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NARRADORA.

Gonzalo quería seguir a Bárbara pero Fernanda lo detuvo.

-¡Papito! Creo que lo mejor será que te quedes aquí, los dos están muy alterados y otra discusión te podría hacer mal-

-No sé en que momento llegamos hasta este punto, Bárbara y yo teníamos una relación excelente-

-Deja que por hoy se tranquilice, seguramente irá a la casa vieja, ya mañana hablan con más calma, hoy fue un día de muchas emociones-

-No quiero perder a Bárbara, a pesar de todo la amo y me duele pensar que en cualquier momento me va a dejar por otro-.

Bárbara manejo con toda velocidad a la hacienda de Franco, en cuanto él la vio estacionarse corrió a su encuentro pues supuso que algo malo debió haber pasado.

Inmediatamente se abrazaron y Bárbara le contó todo lo sucedido.

-No puedo creer que se haya atrevido a tratarte así después de lo que Liliana intentó hacerte-

-Es un idiota pero te juro que me las va a pagar, él y toda la familia Elizalde-

-Ya pronto nos vamos a vengar y nos iremos de aquí..-

-Sí, por fin podré ser feliz, junto a ti y junto a mi hija-

-¿Y si Aurora no quiere irse?-

-Lo querrá, hablaré con ella..-

-Bárbara ¿Te has puesto a pensar que pasará si ella no acepta nuestra relación?-

-Ahorita no quiero pensar en eso, quiero solamente disfrutar estos momentos contigo-.

Bárbara lo beso, lo beso lento y profundo, lo beso como si fuese el último beso que le daría.

Franco la cargo y la llevo hasta su habitación, la coloco en la cama y le beso el cuello.

Todo empezó siendo tierno, pero a medida que pasaba el tiempo iba aumentando la intensidad de sus cuerpos y la pasión que siempre los envolvía cada que estaban juntos.

Hicieron el amor por horas, en diferentes posiciones, a diferentes ritmos.

Se amaron como nunca.

O tal vez como siempre pero esa noche los dos se sintieron más entregados.

POV BÁRBARA.

Después de hacer el amor toda la noche con Franco me fui directamente a ver a Aurora, necesitaba contarle de mis planes y asegurarme de que se iría conmigo.

No pude convencerla del todo ya que insistía en querer regresar a la hacienda para ver a Santiago, pero eso no lo podía permitir.

Ellos eran prácticamente primos y el amor que se tenían tendría que acabar.

Una vez que llegué a Lácteos me encerré en mi oficina y pedí que nadie me molestara.

Gonzalo aún no había llegado y al parecer tampoco Fernanda.

Estaba agachada guardando papeles en uno de los cajones cuando sentí que alguien me tomaba de la cintura.

-¡Hola guapa!-

-¡Luis! ¿Porque diablos entras sin tocar?-

-Soy tu nuevo chofer y tu esposo me pidió que viniera por ti-

-¿Cómo fue que Gonzalo te volvió a contratar?-

-Yo fui a pedirle de nuevo trabajo-

-¿Y porqué no me dijiste nada?-

El dúo perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora