SINGULARIDAD

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-¿Crees que se dé cuenta de lo que está haciendo? – preguntó una de las personitas con la mirada fija en la pantalla.

-¿Quién? ¿El Dokkaebi o nuestra encarnación?

-Hablo de Dokja.

-¿Te preguntas si nuestra encarnación se da cuenta de que se ha ganado el favor y la simpatía de un Dokkaebi?

-Sí.

-¿Cómo quieres que lo sepa yo? Dokja es raro. Sinceramente no creo que él mismo entienda lo que pasa por su propia mente la mitad del tiempo.

-Sí, pienso lo mismo.

Muchas cosas habían pasado en el último par de horas: El final de la pelea contra el Desastre de las Preguntas, el enfrentamiento con Dokgak y por último la Capa espacial de dimensión infinita (un abrigo blanco en toda la apariencia) había sido entregado a Dokja, quien por cierto había sido enviado nuevamente a Seúl y estaba siendo molestado por las constelaciones debido a que el blanco de su capa nueva no sólo destacaba perfectamente los colores del Shadow Wine, sino que además era el juego perfecto para el abrigo negro de Yoo Jonghyuk.

A estas alturas Han Sooyoung y Dokja hablaban entre ellos como si fueran viejos compañeros de trabajo e incluso hicieron el equipo perfecto al momento de cazar una Yanaspleta. Como ya se había hecho costumbre Dokja se ofreció a cocinar y las personitas que observaban enviaron mensajes indirectos con sugerencias para mejorar su sazón (la expresión que Han Sooyoung hizo ante los mensajes fue francamente cómica) pero no movieron un dedo para sugerir la preparación del té que sin embargo Dokja tenía ya calentándose en la estufa.

[Algunas constelaciones a las que les encanta cocinar sienten curiosidad por tu cocina] [Una constelación a que le gusta intercambiar recetas siente curiosidad por tu patrocinador]

-Ese tipo nunca va a dejar de aparecer ¿cierto? – comentó la personita con una ceja levantada.

-¿La constelación a la que le gusta intercambiar recetas de cocina? En mi ronda no se dio por vencido sino hasta el escenario 47... y eso porque morí ahí. Así que: no. No lo hará.

La personita resopló mientras en la pantalla Dokja le decía a Han Sooyoung que se fuera para que Yoo Sangah pudiera comer en paz.

-Iré por el área una vez. No te lo comas todo y déjame un poco ¿entendido?

Diciendo las palabras tan amenazadoramente como podía, la chica se internó en la oscuridad y Yoo Sangah se acercó a Dokja con un cierto titubeo.

Él le ofreció una brocheta, pero no pasó desapercibido para los observadores que no hizo siquiera el intento de ofrecerle el té.

-Delicioso... - dijo ella mientras comía la brocheta con lágrimas en los ojos.

-Come despacio – le indicó él en cambio con suavidad.

Ella le hizo caso. Comió despacio y en abundancia, hasta que en algún momento su atención antes dispersa se centró completamente en las llamas que ardían en la estufa.

-Esto es real – murmuró.

-Probablemente.

-¿Ahora no podemos volver?

-Sí, probablemente.

El cuerpo de Sangah comenzó a temblar, pero ella continuaba negándose a dejar ir los sollozos contenidos.

-No es tu culpa – dijo Dokja entonces, y las lágrimas comenzaron a caer por el rostro de una mujer como cascada. Primero incontenibles, y poco a poco con menos fuerza.

Patrocinador SecretoWhere stories live. Discover now