1864

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El dios exterior conocido como La Llama Viviente se puso en marcha con el cabello revuelto, la ropa desgarrada, el cuerpo adolorido y varias heridas salpicadas en diferentes superficies de su piel. La espada (que no había soltado ni un solo momento) estaba fuertemente sujeta en su mano y sus pasos pese a ser firmes le provocaban un intenso dolor que de hecho se reflejaba en sus rasgos.

Después de una breve caminata, la antigua arcángel finalmente logró llegar a dónde se encontraba el niño desmayado y contempló ese rostro aparentemente inocente mientras se mordía los labios.

Para terminar con la vida de aquel que había arruinado su propia línea mundial, ni siquiera era necesario que Uriel atravesara al bastardo con su espada, porque en el mismo momento en el que la mujer de flamas se apartara un poco del lugar los Sabuesos del Caos se abalanzarían sobre la presa tan largamente buscada para despedazarla con sus dientes filosos y así el largo peregrinar de ese destructivo Yoo Jonghyuk llegaría a su fin...

O por lo menos sería así si ese tipo no fuera un regresor.

Regresor...

Salir de la prisión que suponía el Star Stream había sido una de las experiencias más aterradoras de toda su existencia y ella misma tenía que admitir que probablemente habría enloquecido y perdido la razón de no ser porque sus amigos habían estado junto a ella; pero esa experiencia amarga había tenido como fruto que el filtrado que tantas veces le había impedido entender las palabras del Rey Conquistador durante las transmisiones ahora ya no podía limitarla, por lo que la verdad de las líneas mundiales y la existencia del estigma "regresión" ahora eran una realidad al alcance de su comprensión.

Al viajar al bosque oculto del Trazador Secreto, la Llama Viviente era consciente de que matar al Yoo Jonghyuk de la ronda 1863 sólo serviría para dar inicio a una ronda 1864 y por lo mismo había llegado preparada para sellar a ese sujeto con la misma técnica de sellado que tan dolorosamente le recordaba a su difunto Jophiel.

Y sin embargo, llegado el momento de la verdad ese otro sujeto ("Kim Dokja" según los recuerdos de su yo de esa ronda) había intervenido y Uriel así simple y sencillamente había perdido el control de su temperamento.

(Y no, ella definitivamente no iba a pensar en los recuerdos que la Uriel 1864 tenía de "el apuesto Kim Dokja" y del Trazador Secreto porque si lo hacía simplemente no podría pensar con claridad ni conservar los rencores a los que por tanto tiempo se había aferrado)

Entonces ¿qué hacer ahora?

¿Dar la media vuelta y dejar el trabajo sucio a los Sabuesos del Caos? ¿Dar fin a esa ronda de regresión con su propia espada...? O tal vez... tal vez seguir su plan original y sellar a ese ser malvado y destructivo en el Sueño Eterno de...

¡PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIP!

Eso... ¿ese era el sonido de un claxon?

La mente de Uriel procesaba eso cuando una oleada entrelazada de las llamas del infierno y llamas negras impactaron de lleno con ella arrojándola a una distancia considerable y obligándola a cerrar los ojos.

Para cuando el fuego de su propia alma fue capaz de quemar esas llamas atacantes, entonces se dio cuenta que el niño que debería estar frente a ella había desaparecido mientras que un Ferrarigini del Fabricante de Producción en Masa se alejaba tal vez al límite de su velocidad.

[¿Pero qué...?]

Su grito de furia al comprender finalmente lo que sucedía casi se ahogó entre las llamas que arrojó detrás del auto pero, por mucho que habría gustado de perseguir (y envolver en fuego) a los que robaban a su objetivo, la probabilidad prestada por los dokkaebis resultó ser insuficiente y el Star Stream le impidió ingresar al portal que transportaba a los fugitivos con destino a la línea mundial 1864.

Patrocinador SecretoWhere stories live. Discover now