Patrocinador Secreto

PALABRAS INAUDIBLES

- Maestro de la maestra del maestro ¡Por favor cuéntame esa historia! Cuando extendiste el brazo y explotaste su cabeza... ¡Sólo una frase! Realmente puedo aprender bien.

-¿No va a dejarlo en paz pronto, verdad? – suspiró 41.

-Jihye no es de las que se rinde fácilmente – le respondió 999 con simpleza mientras en la pantalla se veía a Lee Jihye prácticamente acosar a Yoo Hosung mientras este lavaba la ropa, limpiaba la casa, comía y... bueno, literalmente en todo momento.

-No es algo que puedes aprender – se impacientó el reencarnador al final – aquellos que como ustedes están acostumbrados al sistema no van a ver ningún efecto incluso si entrenan por 100 días.

-¡Le enseñaste a la maestra del maestro!

-Ellos son trascendentes sin patrocinadores. Son diferentes a ti.

-¡Nunca sabes! ¡Haré exactamente lo que me digas!

-Tu posición es incorrecta desde el principio. Esto no es algo que puedas aprender simplemente haciendo lo que te digo. Dime ¿no has sentido nada mientras me seguías durante los últimos dos días? ¿No has oído nada aquí?

No sólo Lee Jihye, también Kim Dokja miraba los alrededores.

La expresión de Lee Jihye era confusa, pero en cambio Dokja tenía esa mirada concentrada que los hacía querer preguntar qué es lo que estaba pensando...

No lo hicieron. Querían más que nada preguntar a su encarnación lo que cruzaba por su cabeza, pero ni 41, ni 999 ni ningún otro de los kkomas se atrevía a escribir algo bajo la mirada estricta del Trazador Secreto.

-Se tarda 10 años, 100 años, 1000 años en obtener una sola oración – continuó diciendo el reencarnador –. Esas son las historias reales. En cuanto a ustedes: tienen historias ¿no? entrenen bien ese método porque es inútil aprender otras historias ahora.

-Pero no puedo ser tan fuerte como tú – se quejó la chica.

-¿Miraste correctamente antes? Una historia que es demasiado grande hace que sea imposible saber la dirección de la historia.

Lee Jihye se negaba a darse por vencida y daba a Yoo Hosung sus mejores ojos de cachorro, pero Dokja en cambio lucía inquieto y contemplativo.

-¡Uff! Estos malditos niños... Te lo diré una sola vez. Para empezar ¿qué piensas tú que es una historia?

-¿Un cuento? – propuso la chica.

-No – dijo el Trazador Secreto indiferente.

-Lamentable – le respondió el reencarnador.

-No sólo me engañes. ¡Házmelo saber!

-Tengo que explicarte lo básico – se quejó Yoo Hosung – levantando la mano izquierda – ahora ¿cómo llamas a esto?

-¿Mano izquierda?

-¿Y a esto? – levantó la otra mano.

-Mano derecha.

-Entonces ¿qué pasa cuando se unen?

-¿Dos manos?

Con una mezcla de orgullo por sí mismo y exasperación por la adolescente, Yoo Hosung continuó con sus ejemplos a Lee Jihye recogiendo y lanzando una ramita.

Mientras él hablaba, Dokja se inclinó y recogió una piedra del suelo.

-Chico estúpido – se burló el reencarnador – acabo de dar un ejemplo. ¡No se puede establecer una relación y generar una historia sosteniendo algo! ¡Se necesita mucho tiempo para reducir la distancia entre los materiales y usted mismo...!