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RIFA DE INVIERNO

Cuando Yoo Jonghyuk despertó en la habitación de hospital el día era brillante... demasiado brillante como para ser un día en el Mundo de los Demonios.

Se levantó notando por primera vez el reloj de bolsillo cuya correa estaba envuelta alrededor de su brazo pero no se permitió demasiado tiempo para analizar eso antes de asomar a la ventana para descubrir el extraño pero familiar paisaje de Seúl.

¿Por qué estaban en Seúl?

Recordaba todo claramente: la pelea contra Surya, el haberse negado a retroceder, la narrativa de su historia gigante y luego la victoria.

Entonces ¿por qué el Complejo lucía como si un huracán, un terremoto, una erupción volcánica y un tornado hubieran sucedido todos exactamente al mismo tiempo volando el Complejo Industrial en pedazos y llevando los restos a Seúl?

Otra cosa completamente fuera de lo normal era que los miembros del equipo estaban sentados en el medio de la calle, juntos y mirando al cielo pero sin signos visibles de estar hablando entre ellos.

Un momento... de entre los miembros del equipo faltaba alguien. ¿En dónde demonios estaba Kim Dokja?

Justo al pensar en eso un mensaje heló la sangre en sus venas.

[La historia Compañeros de vida y muerte está en silencio]

Escuchó con expresión en blanco y continuó buscando con la mirada... después abrió la cita del mediodía y envió un mensaje exigiendo al lector que le dijera en dónde demonios estaba.

[El mensaje ha sido devuelto]

Aferrándose a la idea de que era todo un error continuó enviando y enviando mensajes hasta agotar la cuota diaria con una desesperación sorda que comenzó a florecer en su corazón...

[Tu patrocinador te está mirando]

¿Eh?

No tenía sentido. Ese tipo que nunca hablaba ni hacía nada... ese tipo que solo observaba sin intervenir nunca. ¿Por qué ahora de entre todos los tiempos...?

Independientemente de eso tenía cosas que hacer, y si para algo había servido ese mensaje era para recordarle que dejarse arrastrar por la desesperación no servía para nada.

Así entonces salió de la habitación.

Aileen Makerfield lo miró sin decir nada mientras caminaba hacia el exterior del edificio y lo mismo sucedió con el tal Mark.

Cuando llegó a donde se encontraba el resto del grupo Lee Jihye fue la primera que lo vio... y de forma inmediata se arrojó contra él llorando desconsolada.

¿Por qué pasaba algo así? Lee Jihye jamás se atrevía a hacer algo así sólo porque sí. Las únicas ocasiones en las que perdía su orgullo y se comportaba de esa manera eran cuando...

Sin hacer ningún gesto para apartar a la adolescente de él, el regresor barrió con la mirada a todos los que estaban ahí tratando de buscar una evidencia de que sus suposiciones estaban equivocadas, pero cada rostro que veía resultaba no ser de ayuda:

Jung Heewon y Lee Hyunsung que normalmente eran tan inamovibles como el acero de mejor calidad ahora estaban chillando uno en los brazos del otro, los niños se hallaban envueltos alrededor de la cintura de una Yoo Sangah cuya expresión estaba totalmente en blanco, Gong Pildu mirando también a un punto perdido en el vacío y hasta el impertinente chico lindo dejaba caer copiosas lágrimas mientras maldecía con los puños apretados.

Tal vez la pregunta estaba de más y tal vez era una crueldad obligar a cualquiera de ellos a pronunciar lo que había sucedido en voz alta, pero él tenía que saber la respuesta a ciencia cierta.