UNA HISTORIA QUE NO SE PUEDE COMPARTIR

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Lo primero había sucedido justo después de que despertara.

- Que tengan linda noche Seolhwa-ssi, Jonghyuk-nim...

Lo siguiente después de eso.

-No debería ser demasiado difícil. Heewon-ssi, Jonghyuk-nim y Han Sooyoung vayan a la cabeza, Hyunsung-ssi y yo nos encargaremos de cubrirlos.

-No será complicado. Tal vez si Lee Jihye y Jonghyuk-nim van por la izquierda, Hyuunsung-ssi y Heewon-ssi por la derecha mientras Sooyoung y yo vamos por el centro...

-Supongo que un ataque sorpresa sería lo más indicado. ¡Bien! Heewon-ssi, los niños y yo seremos la distracción, Hyunsung-ssi y Gong Pildu nos cubrirán y Jonghyuk-nim puede atacar por detrás con Sooyoung.

Y todavía después...

-Lo... lo siento maestro. Kim Dokja salió con la señora Sooyung y los niños desde muy temprano. Dijeron algo sobre buscar un equipo para el Dragón Quimera... y luego Yoosung y Gilyoung creo que dijeron algo de helado y... bueno... lo más probable es que tarden en regresar.

Y como esas ocasiones, había habido muchas más.

Todas las veces que el imbécil no llegó a cenar cuando él estaba ahí.

Todas esas veces en que Mía u otros miembros del equipo terminaban comiendo las porciones de comida que Jonghyuk preparaba para el lector y que éste pasaba de largo.

Todas las veces que él había querido...

Ese tipo y él ya no se veían a pesar de vivir bajo el mismo techo, y si llegaban a cruzarse entonces nunca estaban solos.

Cuando llegaban a intercambiar cualquier palabra, lo que sea que dijeran era algo frío y sin sentido.

Cuando los escenarios los obligaban a trabajar juntos, las palabras inútiles llenaban el espacio de lo que antes había sido un entendimiento tácito, y las maniobras y formaciones sustituían a los movimientos casi coreografiados que antes se les habían dado de forma natural.

¡Él ya estaba harto de eso!

Estaba harto de...

El pensamiento se cortó de tajo.

En el lugar al que apuntaba el rastro de historias rotas, pudo detectar el rastro de dos presencias que le eran sumamente familiares, y el solo hecho de que, tan evidentemente lastimado, Kim Dokja prefiriera estar cerca de esa mujer maldita y traicionera antes que llamarlo a él o a cualquier otro de sus compañeros era suficiente para clavarle un aguijón en el pecho.

.............................

-Deberías irte ya. Ese tipo no te perdonará de encontrarte aquí pero viene a buscarme a mí y no a ti.

-En ese caso rezo para poder escuchar tu meta final a través de tus propias palabras la próxima vez que nos encontremos. Hasta entonces, Kim Dokja.

Ella en realidad se había quedado a su lado por un largo tiempo, y sólo pasadas casi las tres horas fue que dejó el lugar con esas justas palabras. Por eso es que después de repetir en su mente una y otra vez las palabras dichas por Anna Croft, Kim Dokja dejó sus pensamientos ante el sonido de los pasos que se acercaban.

Esos pasos en especial no necesitaba levantar la vista para reconocerlos, ya que sólo había una persona en este mundo que podía caminar con esa clase de presencia emanando de su interior.

-Buenas noches, Jonghkyu-nim.

Inició con un saludo formal mientras su mente estaba en conflicto.

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