4- Lo siento

1.3K 97 32
                                    

Isis había viajado por casi una semana entera, su contacto había tomado todas las precauciones necesarias para trasladar a la castaña sin que nadie la viera prácticamente.
Eso incluyo viajes en barquitos, una especie de moto con un carrito y por último un viejo auto que se detuvo más veces de las que se puede contar con una mano.
Fueron 5 días de puro miedo, terror de que alguien los reconociera y pasará algo, por esto mismo Isis no pego un ojo en todos esos días, le aterraba la idea de volver a ser encontrada por la embarazada que había estado haciendo su vida un infierno al igual que a su amigo.

De solo pensar en que el pobre de Río había quedado solo le estaba carcomiendo la mente, las torturas que habían tenido que vivir, los días sin dormir, las noches aterradoras, cada vez que intentaba dormir lo único que conseguía era llorar en silencio, ya que la persona que se encargó de su traslado no había abierto la boca en ningún momento de esos 5 largos días, nisiquiera sabía su nombre y para ser sincera, no tenía ganas de hablar con nadie.

Extrañaba muchísimo su antigua vida, la vida que tenía antes del gran atraco. Extrañaba pasar las tardes tomando té con sus hermanos, extrañaba el acento de Martín y como siempre maldecia, extrañaba muchas cosas simples de su vida diaria, como acostarse en el césped a ver las nubes o hornear algunas galletas de gengibre, mirar la lluvia por la ventana y mucho mejor si está venía acompañada de relámpago y truenos, le gustaba escuchar música y bailar.
Nunca se había dado cuenta de la vida tan bonita que tenía hasta que apareció el plan del atraco de la fábrica de moneda y timbre.

Antes de eso su vida era "normal".

Se seco las lágrimas que caían por sus mejillas y trato de hacerse bolita acostada en los asientos traseros del viejo auto.
Y justo en ese momento se percató de la velocidad del auto, que era mucho más lenta de lo que se había acostumbrado, miro para todos lados y lo único que pudo observar fue una carretera de tierra bastante alejada de todo, y en ese momento escucho a su transporte, que hablaba por teléfono con alguien, al no entender nada dedujo que era otro idioma, eso la asustó más de lo que ya estaba.

¿Y si este hombre la vendía al gobierno que la había tenido capturada?

Rápidamente se levantó mejor y vio a lo lejos lo que parecían ser 2 autos, el corazón de Isis latió tan fuerte que llegó a dolerle, estaba tan asustada de volver a lo que había sido su infierno.

Una especie de ataque de pánico comenzó a formarse en ese preciso momento, sus manos empezaron a temblar y su vista se volvió borrosa, le costaba mucho respirar así que cerró los ojos y trato con todas sus fuerzas de respirar con tranquilidad.
Fue tanto el esfuerzo que puso ella en tratar de tranquilizarse que no se enteró cuando el auto se detuvo completamente y menos cuando la puerta fue abierta dejando así pasar la brisa de esa tarde calurosa.

Al abrir los ojos se encontró con la persona que menos había esperado, fuera del auto estaba su hermano, quien la miraba con los ojos húmedos, conteniendo lágrimas detrás de sus gafas.
Isis chillo al verlo y simplemente salto a sus brazos, abrazándolo inmediatamente, cerró sus ojos de manera automática, aspirando el perfume que su hermano había usado siempre, alguna que otra lágrima se escapó y Sergio limpio al separarse de ella y verla de nuevo frente a el.

-Estas bien?- su hermana pequeña simplemente asintió por lo cual le besó la frente como siempre sabía hacer.

-Lo siento mucho- murmuró por milésima vez desde que había hablado por teléfono la vez pasada.

- Está bien Isis, lo único que me importa ahora es que estás bien- y rápidamente volvió a abrazarla.
Sergio nunca se dió cuenta de cuánto la extrañaba hasta que la vio irse con Río y Tokio contra su voluntad.

Isis se sintió automáticamente mejor al estar en los brazos de su hermano nuevamente, lo observó fijamente, tenía algo de barba y el cabello un poquito más largo de lo que acostumbrada, pero al mirar sus ojos se dió cuenta de que no la miraban precisamente a ella, sino que a algo o alguien que estaba detrás suya.
Así que simplemente de dió vuelta y se sintió morir en ese instante.

-M..Martín?- sus ojos se llenaron de lágrimas al instante en que lo vió a la lejanía, junto a otras personas a las que no presto atención, simplemente se hecho a correr, tal como en una película de amor, ella simplemente se lanzó a sus brazos.
El la abrazo tan fuerte que se asustó la sentirla tan delgada, pero lo ignoro al escucharla llorar desconsoladamente en el hueco de su cuello.

-Te extrañe tanto Martín-

-Lo se bebé, yo también y no voy a dejar que nada malo te pase desde ahora- le agarro la cara para limpiar las lágrimas.
La verdad es que jamás le había gustado verla llorar, y en el estado en el que estaba ahora le destruía el corazón.

Sergio carraspeó e indico a todos que subieran a los autos, que debían partir rápidamente de ahí, así que Martín sin soltarla subió a uno de los autos que habían aparcados, Isis logro ver a Denver y a Tokio subirse a otro de los autos pero simplemente no le importo, lo único que quería ahora era abrazar a Martín.
Su hermano mayor subió al volante junto a Raquel Murillo que iba de copiloto, Isis la miró con desconfianza, la última vez que la había visto estaba del lado de la policía, la misma policía que había matado a su hermano Andrés.

A su lado, en el asiento trasero subió Jakov, quien la miró con lastima, tanto Isis como martín y el profesor ya lo conocían desde antes así que el simplemente le dió una leve sonrisa de lastima a la castaña.

-Antes de continuar necesitamos hacer algo- Sergio se dió vuelta a ver a su hermana quien simplemente escucho lo que tenía para decir.

- Es muy probable que te hayan implantado un chip o una baliza gps- Raquel hablo mientras sacaba un cuchillo, Martín noto el miedo de la chica cuando está lo abrazo más fuerte.

- Isis necesito tu brazo- murmuró Sergio mirándola desde el espejo retrovisor, la verdad era que no se atrevía a verla directo a los ojos sabiendo lo que le iban a hacer a su hermanita.

Raquel paso una especie de aparato por todos lados hasta detenerse en su brazo derecho, una vez localizado el objetivo no perdió más tiempo y con el cuchillo cortó un poco la piel de su brazo.

Martin jamás había visto a Isis llorar de la manera en la que lo hizo, así que simplemente la abrazo y mantuvo la cabeza de ella en su cuello, susurrándole cosas lindas para calmarla, tratando de que no se moviera tanto.
Una vez que el chip GPS fue retirado Raquel le vendo el brazo y procedió a quemarlo. Le dió a Isis una botella de agua y una pastilla para el dolor, la cual la castaña se tomó rápidamente para acurrucarse como un bebé en el regazo de Martin.
El perfume de Martin logro que finalmente ella se durmiera un poco más tranquila, entre sus brazos ella se sentía realmente protegida así que simplemente se durmió como hacía días no hacía.

Sergio prendió el auto y rápidamente partieron hacia su destino que era el monasterio.

El mismo lugar en donde Isis paso por los momentos más hermoso de su vida, así como por los peores.





Más de 1000 palabras gente🥳
Creo que jamás escribí tanto como ahora jeje
Y aún así todavía no estoy tan convencida 🤔
Espero que disfruten el reencuentro más esperado por toda Latinoamérica (?
Porque se vienen tiempos duros 💔😭

SEMPITERNO |Palermo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora