34- Las Vegas

487 33 135
                                    

-Me duele mucho- Isis lloró intentando moverse unos centímetros.

-Tranquila niña, quédate quieta y descansa- Bogotá le sonrió tocándole la frente sintiendo todavía el calor en su piel.

-Quiero a Martin...- volvió a insistir llorando, al hombre le recordó a una niñita chiquita haciendo un berrinche.

-Lo que necesitas es descansar cariño- Paquita le puso otro paño húmedo en la frente.

-Me duele... Me duele respirar- se quejó sin siquiera controlar el llanto, estaba adolorida y molesta por la fiebre así que no se iba a controlar con sus sentimientos. -Me duele todo-

-Ya ya cariño todo va a estar bien- la consoló Paquita cómo si fuera su madre. -Dime dónde te duele-

-Aquí...- le señalo su costado izquierdo por lo que Bogotá tocó el área despacio sobresaltando a la chica quien lloró más de dolor.

-Lo siento- el hombre le dió una mirada a la mujer, teniendo una idea de lo que podía estar pasando. -Necesito que te sientes niña-

Ambos ayudaron a levantar a la castaña con sumo cuidado, quien siguió soltando lágrimas de dolor.
Bogotá le bajó el cierre del mono y se lo bajó hasta la cintura, le levantó la remera hasta abajo del busto y abrió los ojos en grande mirando a Paquita que estaba a su lado.

-Joder... La madre que me parió- el hombre suspiro agarrándose el rostro.

-¿Que le pasa?- Nairobi intentó levantarse de la cama para mirar.

-Posiblemente tenga una costilla rota- murmuró Paquita mirando la piel morada al rededor de la última costilla.

-¿Que?- Isis se asustó. -No me quiero morir- continúo llorando.

-No vas a morir cielo- la mujer le acarició la mejilla.

-En estos casos, la costilla se curan solas con el tiempo- Bogotá se levantó y buscó el botiquín para volver a sentarse frente a la chica. -Voy a inyectarte analgésico y un poco de sedante así no te duele-

-No...no quiero- la chica se limpió las lágrimas.

-Vamos niña, estás grande para tenerle miedo a la aguja-

-No me importa- volvió a llorar. -Me tiraron de un segundo piso y me duele todo así que voy a llorar todo lo que yo quiera-

Bogotá empezó a reírse al ver que a pesar de todo el dolor seguía en modo berrinche.

-Al final no creo que sea conveniente adoptarla- Bogotá le habló a Nairobi, quien negó con una sonrisa.

El hombre cargó el analgésico en la jeringa y la castaña se escondió en el gran abrazo que le dió Paquita como una forma de afrontar su miedo a las agujas y luego del sedante esperaron que haga efecto, se acostó nuevamente intentando descansar algo.
El analgésico y el sedante habían logrado disminuir gran parte del dolor, por lo que Bogotá las dejó un momento solas mientras la mujer se ponía a acomodar el botiquín.

-¿Es cierto?- Nairobi habló finalmente. -¿Que te ibas a ir con Palermo? ¿Nos ibas a dejar solos?-

-Estoy algo mareada, no puedo hablar ahora- la castaña intentó evitar la conversación.

-No me jodas con eso cariño-

-Supongo que no lo pensé bien... Yo solo no quería perderlo de nuevo... No pensé en los demás, solo quería hacer lo que me hiciera feliz-

-No se que decir- murmuró Nairobi. -Entiendo que ames a ese idiota pero también estamos nosotros cariño, somos familia-

Isis dudó mucho en si hablar con ella o no, todavía seguía algo dolida por todo el asunto de su discusión.

SEMPITERNO |Palermo|Where stories live. Discover now