56- Deja vu

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-¿Que estás haciendo?- Isis entró a la cocina con Mali en brazos.

Martin se volteó mirandolas con un cuchillo entre sus manos. -Hoy vamos a tener una cita vos y yo-

-¿Que? ¿A qué se debe?- ella sonrió enamorada.

-Hoy es 14 de febrero- el argentino la miró esperando que se diera cuenta ella sola.

-¡Es San Valentín!- chilló. -Lo olvide por completo-

-Es San Valentín, si, pero también algo mas...- el dejó el cuchillo junto con las verduras que estaba cortando y se acercó para tomarla del rostro con suavidad y dejar un largo beso en sus labios. -Hoy hace 6 años atrás estábamos en Las Vegas-

-Hace 6 años atrás nos casamos- murmuró la castaña con asombro por haber olvidado esa fecha tan especial.

-Correcto- Martin agarró a la bebé, dejando a Isis con los brazos vacíos. -Así que vamos a tener una cita sin está llorona entre nosotros- murmuró sobre sus labios e Isis se dió cuenta tarde de lo que el argentino había dicho.

-¡Martin!- le dió un golpe en el brazo escuchándolo reír. -Mali no es llorona-

Y justo, como si la bebé entendiera todo lo que sus padres decían, empezó a llorar haciendo reír al argentino quien abrazó a la bebé a su pecho al ver el puchero que había hecho la niña, quien lloraba con sentimiento, como si realmente le hubieran dicho algo malo.

-Perdoname corazoncito- Martin mecio a la bebé dejando alguno que otro beso en su pequeña frente. -Papá promete no decirte más llorona aunque realmente lo seas-

-Eres tan odioso- Isis se rió divertida.

-¡Pero si es verdad! Es más llorona que vos-

La pareja siguió conversando en la cocina entre risas y susurros cuando la bebé volvió a dormirse después de que Isis le diera el pecho. Martin la llevó a su cuna en su habitación muy en contra de la castaña quien seguía complicada con el tema de no tener a su hija siempre con ella, Martin le había dicho que tenían que empezar a acostumbrarla a dormir sola, en su propia habitación pero Isis se negaba y la mayoría de veces terminaba llorando.

-¿Viste? Se quedó tranquila en su cuna- Martin volvió a la cocina. -Así que no pongas esa cara de sufrimiento- el le besó la frente notando los ojos llorosos que tenía la castaña.

-Es que...no se que me pasa, no me gusta dejarla sola ¿Y si se despierta y no la escuchamos? ¿O si le pasa algo?-

-¿Algo como que?-

-No se... Vi una noticia hace poco...de una mujer que perdió a su bebé- la voz se le cortó. -Lo dejó durmiendo y el bebé jamás despertó-

-Creo que tenes que dejar de ver esas cosas- el argentino le acarició la mejilla. -Te vas a volver paranoica y no te va a hacer bien-

-Lo se pero no puedo evitarlo-

-Para que te quedes más tranquila dejé la puerta de su pieza abierta y Oreo está con ella- le dió un beso con una sonrisa tranquilizadora, dónde sea que Mali estuviera siempre estaba Oreo a su lado así que cuando Martin la dejó en la habitación el pequeño perrito simplemente los siguió y se acostó a un lado de la cuna. -Aparte tengo esto- Martin le mostró la pequeña pantalla de su teléfono donde la imagen de Malaika se reflejaba mientras dormia tranquila.

-Te amo tanto- ella se acercó más a él dejando besos por toda su cara. -Gracias por hacer todo lo que haces-

-Yo te amo más- murmuró sobre sus labios para tomarla de la nuca y besarla.

SEMPITERNO |Palermo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora