36- 7 peldaños

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-¡NO RESPIRA JODER!- Río gritó alertando a Denver quien corrió hacia los baños, Palermo estaba ahí también junto al cuerpo de la castaña quien, como ya había dicho el ruludo, no respiraba.

Denver se llevó las manos a la cara sin saber que hacer, no quería acercarse para no molestar a su mujer y al argentino quienes trataban de reanimarla, Palermo le daba respiración boca a boca mientras que Estocolmo realizaba compresiones en su pecho pero era inútil porque la castaña parecía no reaccionar.

-No está funcionando- Estocolmo murmuró sin dejar de hacer las compresiones, contó hasta 30 y se detuvo para que Palermo volviera a hacer respiración de boca a boca.

-Vamos vamos vamos- Denver rogó mirándola, Pripiat era muy especial para el, no podía perderla, no podía y tampoco quería perderla a ella ni a nadie más.

-Por favor, abrí los ojos Isis- Palermo estaba aterrado, no podía ocultar las lágrimas que bajaban con desesperación. -No me hagas esto corazón-

Estocolmo siguió con las compresiones cómo le habían enseñado. -¡Palermo aire!-

El argentino volvió a posar sus labios sobre los labios helados de la castaña, quien estaba pálida y prácticamente sin vida.

Necesitaba que abriera los ojos, necesitaba escucharla reír, verla llorar, necesitaba escuchar sus berrinches, cualquier cosa que le indicara que seguía con vida y mientras la rubia seguía con las compresiones Martin le acarició el pelo, deseando que abriera los ojos y fue después de darle más aire que la castaña finalmente tosió soltando grandes cantidades de agua.

-Ponedla de costado- indico Estocolmo mientras Pripiat seguía vomitando agua sin poder respirar del todo bien, estaba asustada y adolorida pero finalmente estaba viva, Martin le acarició la espalda en un intento de calmar los espasmos involuntarios del cuerpo de la castaña

-¡El oxígeno!- Río gritó y rápido Denver corrió en su busqueda asi que en menos de un segundo Pripiat estaba intentando respirar mejor con el oxígeno.

-Tranquila ya está todo bien- Estocolmo le habló y la castaña simplemente asintió.

Martin le besó la frente repetidas veces sin poder creer lo que había estado a punto de pasar, Pripiat quiso hablar, decirle que no llorara, que ella iba a estar bien pero nada salió, no tenía fuerzas para nada, solo se limitó a ver el entorno mientras poco a poco recuperaba la respiración, permitiendo que el aire entrara de forma pausada y tranquila a sus pulmones, estaba todavía en el baño, Denver y Río la miraban con atención al igual que Estocolmo quien le sonreía de forma tímida, tenía a Martin a su lado tomándola de la mano y fue cuando se dió cuenta de la falta de Helsinky y Nairobi, por lo que se movió en busca del último que le faltaba.

-Quedate quieta corazón- Martin le acarició el pelo y la frente, justo donde tenía la herida abierta, ella se alejó un poco debido al dolor y fue entonces cuando lo vió... Bogotá estaba parado en la puerta de entrada pero no fue el quien llamó su atención, sino su mirada perdida y furiosa.

-Nai...¿Don... dónde está Nairobi?- Estocolmo y Río compartieron una mirada que ella no supo descifrar pero claramente no indicaba nada bueno.

-Pri...- Denver intentó hablar pero se quedó sin palabras, nadie sabía cómo explicar lo que había pasado allí unos minutos atrás.

Pripiat se sacó la mascarilla de oxígeno y se levantó como pudo todavía tosiendo, tenía una sensación muy fea dentro suyo, una angustia que le llegó de repente al ver a Bogotá. Apoyó las palmas de sus manos e intentó levantarse despacio debido al dolor en su costado, los demás a su alrededor se pararon también con ella, siguiéndola de cerca por si pasaba algo. La castaña se apoyó en el marco de la puerta intentando respirar debido al esfuerzo, caminó unos pocos pasos y entonces lo vió.

SEMPITERNO |Palermo|Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon