SEMPITERNO |Palermo|

46- Asunto familiar

El grito euforico de la gente se sentía con una claridad increíble, todos al coro de "profesor" dandole apoyo al hombre de lentes que estaba a nada de cruzar la enorme puerta del banco de España, a dentro todo era silencio, un gran contraste de lo que era el afuera.

Una vez qué Sergio entró, logró ver con claridad como toda su banda estaba en el piso, arrodillados en círculo y con un arma en la parte posterior de su cabeza. Sergio avanzó observando todo el panorama, había francotiradores por todos lados así que camino despacio y sin hacer movimientos bruscos hasta encontrarse finalmente cara a cara con el coronel Tamayo.

-Digame ¿Dónde está el oro?-

-No lo se-

-Cabron...ya me lo imaginaba- el coronel chasqueo los dedos y de forma rápida un militar se posicióno detrás de Sergio esposandolo. -¡Mira!- se acercó al centro del circulo de atracadores. -¡Esta es tu obra!- de forma lenta se acercó nuevamente al profesor para agarrarlo del cuello con mucha fuerza y arrastrarlo hacia donde estaba Río. -¡Mírale a la cara! Dile al chaval que a la interminable lista de delitos le va a sumar la muerte de 5 militares, prisión permanente ¡Dícelo! Niño ¿Cuántos años tienes?-

-23-

-Pues haste a la idea de que esa ha sido toda tu vida en libertad gracias a ti-

De forma brusca empujó a profesor para ponerlo en frente de la rubia. -Igual que Estocolmo ¡Mírala!- a Sergio le costaba mucho mirar a la madre primeriza. -Que la mires pedazo de cabrón! Cuando salga libre su hijo será un señor de 45 años ¿Disfrutas del dolor que causas hijo de puta? ¿Disfrutas?-

Denver fue el siguiente en la fila del profesor cuando Tamayo lo posicióno en frente del castaño de ojos claros. -Igual que a Denver ¿No le dices nada? Cuentale que a perdido a su hijo al igual que perdió a su padre y que el responsable de las dos veces a sido el mismo... ¡TU!-

-¿La querías de verdad?- murmuró Tamayo cuando dejó al profesor en frente de su mujer, Lisboa. -Pues mírala porque quiero que cada día que pases en la cárcel recuerdes esa cara y pienses que si no te hubieras acercado a ella...ella seguiría teniendo una vida, una madre, una hija ¡AHORA NO TIENE NADA!-

Dejó a Sergio arrodillado -¿Sabes quién es la reina de las hijas de puta? Alicia Sierra, quien entró de forma ilegal a mi casa e intentó chantajearme... Me dijo que tenías una hermana pequeña...- agarró de forma brusca a la castaña a la cual puso en frente del hombre mientras Palermo se retorcía en su sitio intentando protegerla. -Una hermana a la que hemos tenido un largo tiempo sin saber realmente que era la joya perfecta, el punto débil del profesor-

-Basta...- Isis susurró llorando.

-Lo que yo no entiendo es que clase de mierda debes ser para meter a la única hermana que te queda en la vida. Porque ya le jodiste la vida a Berlín... ¿Ahora a ella? Tenía toda una puta vida por delante y se la acabas de arruinar porque... ¿Cuántos años tienes?- le habló a Isis.

-No...- se negó la chica.

-¿¡CUANTOS AÑOS TIENES!?- Isis lloró asustada.

-¡NO LE GRITES HIJO DE PUTA!- Martin recibió un golpe cuando le gritó a Tamayo por defender a su novia.

-22- susurró con la voz quebrada.

-Joder...que hasta es más chica que el otro crío- se llevó las manos a la cabeza. -Espero que disfrutes de tu vida en la carcel sabiendo que le arruinaste la vida a tú hermana pequeña, que se va a quedar con las ganas de conocer el mundo porque lo único que va a ver será una celda pequeña hijo de puta-

El militar levantó a Isis para ponerla justo al lado de Palermo quien había estado totalmente rabioso con esta nueva información que tenía el coronel Tamayo, quien levantó a Sergio por el cuello. -Me importa una mierda lo que estés tramando con el puto oro... Porque ni siquiera lo voy a buscar...- se alejó lentamente, caminando entre los atracadores. -Uno de estos me va a decir dónde está ¿Sabes porque? Porque el que me lo diga le voy a dar una vida nueva- el coronel aplaudió llamando la atención de todos los presentes ahí. -Prision permanente... O vida resuelta, uno de vosotros va a ser de hoy el día más feliz de su vida ¡Y DE LA MÍA!- el hombre empezó a reírse.