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El cuarto mes de embarazo era un gran acontecimiento para Isis, había leído que muchas cosas excitantes sucedían en este mes, se sentía euforica, con mucha energía y su doctora le explicó todo lo que debía saber.
Iban a aparecer de algunas estrías a medida que su cuerpo fuera creciendo pero por el momento Isis no notó nada, aunque ese era uno de sus menores problemas ya que por la noche no podía respirar bien al dormir, Angela le explicó que esto era debido al aumento del volumen sanguíneo y los cambios hormonales que causaban que las membranas mucosas nasales se inflamen. Le aconsejó mantentenerse hidratada y obvio que Isis siguió todo al pie de la letra. Aprovecho las noches sin poder dormir para dedicarse a alimentar a los cachorros que dia a dia iban creciendo de forma adorable. También llegaron los esperados antojos y fué Martin el encargado de salir a las 3 de la mañana a comprar paltas ya que desde que supo de su bebé, Isis las comía sin parar. Con Martin las cosas iban bastante igual, todavía tenían sus momentos en los que estaba todo bien y algunos en los que Martin simplemente ignoraba el hecho de que un bebé estaba por venir al mundo dentro de poco y que ese bebe era su hijo.
Pocos síntomas son persistentes durante el cuarto mes. Por eso, este periodo ha sido llamado la “luna de miel” del embarazo. En efecto, muchas futuras madres lo usan para decorar, comprar, viajar y hacer otras cosas que requieren mucha energía por lo que Isis siguió con su vida con normalidad, a las caminatas diarias que hacía con Dani, Río y Julia se les sumó Mónica, ambas embarazada caminaban lento pero con seguridad y siendo vigiladas por Dani quien era el único que sabía además de Martin y ahora Sergio. La castaña tuvo un intento de contarle a toda la banda sobre la nueva vida creciendo en su interior pero se acobardo a último momento.
Ángela, su médica, le comentó que finales de este mes el bebé medía aproximadamente 13 cm y pesaba unos 140 g. También realizaron un ultrasonido anatómico, ella le explicó que durante semana 20 era muy importante realizar el examen de ultrasonido que le permitía a Ángela verificar que todo está bien con Isis y con su bebé.
-Durante este ultrasonido podemos ver el sexo del bebe- La jalea fría fué frotada en su estómago para notar la imagen pixelada de su bebé se podía ver en una pantalla cercana a la camilla. -¿Quieres saber que es?-
-No lo se- susurró Isis perdida en la imagen, ahora ya no era más una manchita blanca, ahora tenía forma de un bebé chiquito y a la castaña la tenía totalmente enamorada.
-Es tu decisión cariño- la mujer rubia le sonrió. -Puedes saber ahora o mantener el misterio hasta el nacimiento-
-No creo poder esperar hasta ese momento- Isis se rió con timidez.
-Entonces veamos si se deja ver- Ángela le sonrió con ternura, ella había atendido a millones de mujeres a lo largo de su vida pero veía a Isis con lastima, siempre acudía sola a las consultas, sin nadie a su lado y a pesar de eso tenía siempre un brillo y una ilusión en su rostro, totalmente emocionada.
