31- Maserati

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Un gemido ronco se escuchó en el baño del gobernador, Pripiat rodó los ojos acomodando mejor su arma, apoyada en la puerta de entrada estaba observando cómo Amanda curaba la cara golpeada de Arturito.

-Si es que...si usted es muy bravo eh- la secretaria habló tratando de romper el silencio incómodo.

-Solo hice lo que tenía que hacer, si no les plantamos cara esos nos pisotean cómo en Auschwitz-

-Shh..- la castaña lo hizo callar, escuchar como el hombre se hacía el heróico le causaba mal humor.

-Si escuece mucho me dice- Amanda embebido y un algodón en alcohol.

-No, hechale alcohol sin miedo, llevo años instalado en el dolor-

-Dios mío- Pripiat suspiró cansada, prefería estar encerrada en el baño con Martin antes de escucharlo. -Cierra la puta boca por favor-

-A ver- Arturito se quejó cuando el algodón hizo contacto con su piel, Denver y Río se acercaron mirando al hombre magullado, El menor estaba impresionado por lo que miró a su amigo negando con la cabeza y se fue rápido al ver el estado de el rehen, Denver fue detrás de el seguido de la castaña.

-¿Se te ha ido la puta pinza?- Río habló finalmente. -¡Lo has reventado! ¡No se te puede ir así la puta cabeza!

-¡¿Como no se me va a ir la cabeza si esto es una puta olla a presión?!-

-¡Por eso! Por eso no puedes liarte a hostias como un puto niñato-

-¡Ya basta los dos!- Pripiat chilló en un intento de calmar las aguas. Río se fue de la habitación algo enojado por lo que Denver lo volvió a seguir. Isis suspiró, volviendo al vigilar a Arturo Román.

-¡Estamos atracando el puñetero banco de España! Igual se te ha olvidado como es esto pero a mí no-

-Nosotros nunca hemos sido unos hijos de puta-

-¡A lo mejor tengo un trauma! A lo mejor lo que está pasando aquí es que todos tenemos un puto trauma-

-¿Que coño estás diciendo? ¿Que trauma tengo yo?-

-Mejor me calló-

-¡Que me lo digas!- Río empujó a Denver.

-Que has dejado a Tokio! A cuántos tíos conoces tu que dejarían a Tokio? ¿o a Pripiat?A ninguno. Porque ni Pripiat ni a Tokio no se les deja.

-¿Que cojones sabes tú lo que son ellas?!

-Cualquiera de las dos son un puto Maserati y todo el mundo quiere un puto Maserati- Pripiat se acercó nuevamente al escuchar a sus amigos discutir de nuevo. -Y si tú cojes un Maserati y lo dejas en la calle con las puertas abiertas y las llaves puestas es porque estás muy jodido-

-¿Denver que te pasa? Ya dejen de pelear- la castaña intentó frenar sin éxito alguno la discusión.

-Venga Río te lo voy a dejar muy claro, a lo mejor tu trauma viene de que te han tocado la virilidad, si, que te han desnivelado con el tema de...de las torturas, pero te lo tienes que sacar, Por eso has dejado a Tokio ¿verdad?-

-Por el amor de Dios Denver ¡Para ya!-

-Que si lo ha hecho uno o lo han hecho un grupo el trauma que causa es diferente ¡Sácalo! Puedes contar conmigo pa todo lo que tú necesites...pero para todo- Denver se fue dejando a los chicos solos en ese pasillo silencioso.

-No tomes enserio lo que el dice...pasa de Denver, el no sabe lo que sufrimos allí- ella le acarició el brazo. -Si quieres hablar o no aquí estoy- el castaño le sonrió para cariciar su mejilla y volver a custodiar a los 2 rehenes que todavía seguían en el baño.

SEMPITERNO |Palermo|Where stories live. Discover now