42- Válvula de escape

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Dicen los astrofísicos que casi todo el oro en la tierra llegó hace 4 mil millones de años en una lluvia de meteoritos, quisas por esa llegada tan violenta siempre a sido un metal maldito, por ningún otro se a matado tanto como por el que usamos para pedir matrimonio... Por ninguno se a generado tanto dolor, tanta locura, Tokio había sido una más en la lista de muertos en la que solo había sobrevivido ese metal dorado porque cuando todo lo de más se pudre, el oro permanece intacto...

-¡¿Que cojones haces?! ¡¿Que cojones haces?!- Denver se levantó furioso cuando escuchó a Mónica reírse a carcajadas tirada en el piso del despacho del gobernador. -¡¿Monica que haces?!¿¡Que mierda te pasa!?- la levantó del piso de forma brusca.

-Dani...déjala, no está bien- Pripiat murmuró despacito, ella descubrió que si respiraba hondo empezaba a toser sin parar por lo que hablaba y respiraba con lo justo y necesario.

-¡Tokio acaba de morir!- Denver ignoró a la castaña para seguir gritando. -¿De que mierda te ríes?- Denver quien estaba llorando, sacudió a su esposa la cual abrió los ojos grande, sin poder creerlo.

-Me he metido morfina- susurró.

-¿Que?-

-¿Tokio a muerto?- murmuró la rubia incrédula.

-Tokio a muerto, Tokio a muerto- le confirmo su pareja.

-Tokio a muerto- repitió Estocolmo, recién cayendo en las palabras que le decía su pareja por lo que empezó a llorar. -Yo solo quería que pasara el dolor Denver-

-Lo siento- le susurró el chico y la abrazó intentando consolarla, intentando ambos consolarse con un abrazo, como si esa fuera la solución a todo el dolor que estaban sintiendo en ese momento.

Manila los observó y no pudo evitar llorar al ver al hombre que más amaba de esa forma, Isis se acercó a su amiga y ambas se abrazaron llorando, por la muerte de una compañera mas de la banda, por los corazones rotos. El museo estaba en condiciones iguales, Palermo se limpió las lágrimas y se levantó cuando escuchó a alguien hablar detrás de la puerta metálica.

-¿Hay alguien ahí? Tengo un herido grave, necesita ser evacuado-

-¿Y el resto?-

-Han caído, solo estamos el herido y yo- Palermo miró a Lisboa y ella le asintió.

-Profesor los militares quieren negociar, repito quieren negociar solicito permiso para hacerlo-
Sergio no contestó nada desde el otro lado de la radio, estaba teniendo una verdadera crisis en ese momento, demasiado afectado por la reciente muerte.

-Señoritas, arriba las cosas se están poniendo muy jodidas, Quiero la bomba de extracción conectada en dos horas ¿Estamos?- Bogotá ordenó al bando de los fundidores quienes le contestaron con fuerza y decision.

-Faltan más de 10 toneladas por fundir- murmuró Matías

-Seguimos fundiendo y a la vez sacamos el oro ¡Va coño! Que hoy es el gran día! Nos comemos el turrón en casa- alentó y todos gritaron motivados, finalmente iban a usar la bendita máquina por la cual Santiago había entrado a la banda así que sonrió con nostalgia recordando ese día.

~•~•~•~

El helicóptero se movía de forma suave en el aire, Andrés cantaba a todo pulmón el "himno de la alegria" de Beethoven.
Había estado insoportable desde que el helicóptero se alejó por los aires hacia más o menos una hora y media, quizás dos. Isis rodó los ojos fastidiada, estaba de mal humor debido a muchas cosas pero la principal era que había tenido que madrugar y Andrés estaba con la energía a tope.

SEMPITERNO |Palermo|Where stories live. Discover now