C A P I T U L O 10

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Arabia vio como Kimber abandonaba la mesa y se acercaba hacia ella, si Tommy lo había dejado es porque era parte de su plan, entonces comprendió porque la había traído, quería que engatusase a aquel hombrera para que aceptase el trato que le había hecho. Y no escogió el vestido rojo porque le quedase bien el color, tal y como le había dicho, si no porque el pañuelo de Kimber era de ese tono. 

- Su hombre dice que puedo pedirle este baile- dijo Kimber cuando llego a su lado. 

Arabia sopló el humo de la última calada del cigarro antes de apagarlo contra la mesa.- Desde luego que lo ha hecho. 

En contra de su voluntad acepto la mano de Kimber y caminó con él hacia la pista de baile, no sin antes echarle una mala mirada a Tommy. Algo consternada por la cercanía de Kimber, Arabia tenía el arco de la espalda lo más alejado a él que podía tratando de evitar sentir su rostro cerca del suyo. 

Arabia sabía bailar al perfección pero se divertía pisando a Kimber "sin querer", podía ver el rostro del hombre fastidiado y eso hacia que no tuviese que fingir una sonrisa. 

- Discúlpeme.- Arabia se disculpó después de pisarle por quinta vez. 

- No se preocupe.- le sonrió con fastidio.- Voy a ir a ver como van por la mesa, espero volver a vernos, señorita. 

Tratando de disimular la prisa que tenía por correr lejos de él fue hacia la barra, sacó del escote un cigarro y le pidió al camarero que se lo encendiese, además de pedirle una copa de ron. Suspirando se dio la vuelta encontrándose a Tommy yendo hacia ella, y por su cara podía deducir que iba a decirle algo que no le gustaba. 

- Ya veo porque me trajiste.- murmuró terminándose la bebida de un trago.- Qué casualidad que el color que escogiste para mi vestido combine con el horrible pañuelo de Kimber, ¿verdad?

- Lo siento, Arabia.- se disculpó, pero Arabia sabía que solamente lo hacia para que lo dejase en paz.- Escucha, iremos a cenar a de Kimber. Tiene una a un par de kilómetros de aquí. 

- La noche mejora por momentos.- se burló Arabia.

- Tengo un tema que zanjar con su contable.- explicó Tommy.- Así que... adelántate con Kimber. 

- ¿Solo él y yo?- preguntó Arabia dejando el vaso sobre la barra, o había altas probabilidades de que acabase estampado en la cabeza de Tommy. 

- Si. Hasta que termine aquí.- respondió.- ¿De acuerdo?

- Por supuesto que no.- declaró Arabia más que enfadada, se sentía utilizada, como si no valiese nada. 

- Te daré otras tres libras por las horas extras.- a Arabia le gustaba el dinero, pero jamás lo aceptaría de una situación tan sucia y ruin como esta.- Venga, Bia.- cada uno de lo vellos de Arabia se erizó al escucharlo llamarla así. 

- Ni se te ocurra volver a decirme así, cretino.- era un mote cariñoso que solía decirle antes de la guerra, y era la primera vez que lo volvía a escuchar después de años y hacerlo en esta situación le había molestado más de lo normal.- Una pregunta Tommy, ¿crees que soy una puta? 

- Todo somos putas, Arabia.- respondió Tommy con simpleza.- Cada cual vende una parte de sí mismo. 

- Que te jodan, Thomas.- Arabia apagó violentamente el cigarro sobre la solapa de la chaqueta de Tommy, y se alejó de él. 

- Arabia, escúchame.- Tommy la tomo de la muñeca y la atrajo hacia él para evitar que se fuera.- Se considera un don Juan, cree que puede conquistarte. Cuando te hartes, le das en las pelotas. 

- O sea, que soy una clausura en un contrato.- dijo entre dientes, aún sin poder creerse que Tommy le estuviese diciendo que hiciese algo así. 

- Este trato va a ser bueno para la empresa, todos debemos hacer sacrificios. 

Amor Gitano (Tommy Shelby)Where stories live. Discover now