C A P I TU L O 44

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El día de la inauguración del Instituto para niños huérfanos había llegado. Arabia se había encargado de que todo estuviese bien decorado y de todas las reformas que hicieron para que fuese el mejor lugar para los niños que vivirían en él.

Arabia no lo hizo pensando en otra cosa que no fuese usar todo el dinero que les sobraba para algo realmente bueno. Pero lo quisiese o no, había servido para blanquear la imagen que tenían los Shelby.

Se decidió a tomar esta iniciativa en una reflexión matutina. Había vivido en Small Heath durante mucho tiempo, por lo que había visto lo desgraciada y pobre que era la gente que vivía allí. Ella tuvo la suerte de que a pesar de la marcha de sus padres tuvo a los Shelby a su lado, y aunque en un principio no eran los más ricos del lugar, les bastaba para vivir.

El día de la inauguración todos se vistieron de gala. Arabia llevaba un sencillo vestido color beige. Se encargó de que ninguno de los muchachos fuesen con sus gorras de Peaky y de que nadie fuese con excesiva joyería, no era el lugar para sacarla a relucir.

Aunque fue Tommy el que puso el dinero fue Arabia quien se encargó de todo, y por eso mismo debía encargarse de que todo saliese perfecto, tal y como ella lo había planeado. A la entrada del lugar les esperaban varios fotógrafos, que se encargaron de fotografiar la llegada de toda la familia Shelby.

- ¡Señor Shelby!- uno de los fotógrafos le llamó.- Una foto de usted solo, por favor.

- Ni hablar.- Tommy se negó.- Ha sido mi mujer la encargada de todo esto.- la empujó levemente la frente y se hizo a un lado para no salir en la foto.

- Una juntos, amor.- Arabia le tendió la mano a Tommy, que posó a su lado agarrándola por la cintura.

- Muchas gracias.- el fotógrafo agradeció antes de retirarse al interior del lugar.

- ¿Estás preparada?- preguntó Tommy sin soltarla.-

- Estoy nerviosa, pero si.- dejó un beso sobre su mejilla y caminaron juntos dentro del salón.

Pasaron por el pasillo hasta las primeras filas, ocupando el lugar en el que estaba escrito su nombre.

- Bienvenidos a la inauguración del Instituto Salazar para niños pobres en situación de precariedad.- saludó Polly desde el pequeño escenario que habían montado.- Me gustaría que se unieran a mi para agradecer a la mujer y al hombre que han hecho posible la creación de este instituto. Damas y caballeros, la señora Arabia Shelby y Thomas Shelby.

La gran multitud de aplausos provocaron que ambos se pusieran en pie, el primero fue Tommy, que quito de los brazos de Arabia a Marco y le tendió la mano para ayudarla a levantarse. Los dos se giraron para recibir los aplausos.

Dejando a Marco en los brazos de Ada, los dos subieron al escenario, Tommy dejó a su mujer al frente y él se paró a su lado pero unos pasos más atrás.

- Bueno, como comenzar...- dijo Arabia nerviosa.- Lo primero, quiero agradecer tanto a mi marido como a cada uno de los inversores por ayudar a llevar este proyecto adelante económicamente.- de nuevo aplausos se escucharon por todo el salón.

- ¡Vamos!- exclamó John.

- A pesar de mi poder adquisitivo actual, eso no siempre fue así, he crecido en las duras y frías calles que ellos, he sentido lo que es el hambre y aún peor, quedarse sin familia, desamparado.- hizo una pequeña pausa.- Ser madre me ha hecho darme cuenta de algo, el hambre y la pobreza son duros, pero no hay nada peor que sentirse solo frente a un mundo tan cruel como es este, en especial con los más favorecidos. Pensar en mi pequeño desamparado me hizo replantearme la idea de este lugar, un refugio para todos esos niños y niñas, un hogar para ellos. Estarán bajo nuestra protección, no serán enviados a las colonias ni trabajaran para ningún hombre. Todos serán bienvenidos y aquí podrán crecer queridos.

- Por orden de los Peaky Blinders.-la voz de Arthur se alzó entre los aplausos.

- Por orden de los Peaky Blinders.- repitió Arabia volviendo hacia su marido.

Al acabar se dirigieron hacia uno de los grandes salones, donde se había preparado algo para comer y beber. Tommy desapareció, por lo que Arabia entró sola y recibió los primeros agradecimientos y felicitaciones sin su marido.

Dio un pequeño salto al sentir unas manos posarse sobre sus caderas.- Ha hablado estupendamente ahí arriba, señora Shelby.- murmuró Tommy abrazándola.

- Quizás tú podrías haber dicho algo, te recuerdo que todo esto ha sido posible gracias a tu dinero.

- Eres mi esposa, así que también es tu dinero.- se balanceó con ella en brazos.- Además, no creo que hubiese podido hablar mejor que tú.

- ¿Dónde te habías metido?- preguntó Arabia girándose para mirarlo.

- Aclarando unos asuntos con el padre Hughes.- respondió sin darle mucha importancia.

- Ese hombre... ni si quiera sé por qué está aquí, te he dicho mil veces que no me gusta nada, no me trasmite buenas vibraciones.- masculló Arabia.

- Lo sé, cariño.- dejó un beso en su frente.- Tengo que hablar un segundo con Arthur y John.

Tommy se alejó de nuevo dejando a Arabia sola, la morena inspeccionó el lugar, estaban todos aquellos de los que esperaba recibir generosas donaciones y por supuesto los niños que ya habían acogido, a pesar de que sabía que a todos los ricachones les molestaba su presencia, ya que no paraban de armar jaleo y correr, pero todo esto era por ellos, y no había forma de que no estuviesen allí.

- Arabia.- Ada se acercó apresurada hasta ella con Marco en sus brazos.- No para de llorar, juro que he intentado de todo.

- Esta bien, déjamelo.- dijo mientras lo cargaba sobre su cadera. Al sentir a su madre cesó su llanto, pero a los pocos minutos volvió.

- ¡Papá!- exclamó mientras se revolvía en los brazos de su madre, con la cara roja pro el llanto.

- Esta bien, vamos a buscarlo.- suspiró Arabia. Giro sobre sí misma hasta ver a Tommy parado en el centro del salón y fue directa hacia él.- Tom.- el nombrado dejó a un lado la conversación que estaba teniendo para atender a su esposa.- No deja de llorar mientras pregunta por ti.- dijo mientras mecía al niño desesperada por calmar su llanto.

- Oh, ven aquí, Marco.- Tommy aceptó al niño, que fue calmándose poco a poco.

Las mujeres que rodeaban a Tommy hablaban unas sobre otras, elogiando el buen papel de Tommy como padre por cargar a su hijo en público u ofreciendo sus servicios a la institución. Arabia se alejó de allí para reunirse con Arthur y John mientras veía a su esposo posar para las fotografías.

- Estoy agotado.- suspiró mientras esquivaba a uno de los niños que iba corriendo sin mirar por donde iba.

- Lo has organizado todo muy bien.- le felicitó Arthur.- Linda dijo que podría traerle algunos pasteles a los niños alguna vez.

- Agradécele, pero no es necesario, tenemos cocineros que se encargan de eso.- dijo Arabia.- Lo que si estaría bien es que los huérfanos encontrasen una familia, así podríamos acoger a otros.

- No me mires.- bromeó John.- Tengo suficiente con los míos propios.

- No lo decía por ti, idiota.- le golpeó en el hombro juguetonamente.- Pero se me ocurre alguien que quizás si podría estar interesada.

Por acto reflejo los tres se callaron y se pusieron rectos al ver a Tommy ir hacia ellos a toda velocidad.

- ¿Habéis visto a Marco?

Amor Gitano (Tommy Shelby)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora