C A P I T U L O 19

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Birmingham, 1921

Arabia estaba en el cementerio, su ropa era completamente negra mostrando sus respetos y dolor, cargaba a uno de los hijos de John, que descansaba sobre su hombro.

Hace algunos días Ada les aviso de la terrible noticia, Freddie Thorne, aquel chico que conoció cuando se mudo y había sido su amigo hasta ese entonces, había muerto, no murió por una bala ni por un cuchillazo, si no que fue la peste la que se lo llevo por delante, dejando a su mujer e hijo solos.

Arabia sintió un dolor agudo en el pecho cuando se entero de lo sucedido, pero solo se dio el lujo de llorar a solas o acompañada de John, cuando estaba con Ada trataba de consolarla, y no podría hacerlo si también se echaba a llorar, y cuando estaba con Tommy, a pesar de que el hombre no echo ni una sola lágrima en su presencia y dudaba que lo hubiese hecho a solas, prefería mantener la calma porque en su rostro podía ver el dolor de la pérdida de su mejor amigo.

Tommy dio un paso adelante y se aclaró la garganta antes de hablar- Le prometí a mi amigo Freddie Thorne que diría unas palabras ante su tumba si fallecía antes que yo. Se lo prometí antes de saber que iba a ser mi cuñado, cuando estuvimos en Francia, luchando por el rey.

- Amén.- sentenció Arthur.

- Al final, no ha sido la guerra la que se ha llevado a Freddie, sino la peste.- continuó Tommy sobre los llantos del hijo de John y Esme.- Pero Freddie ha trasmitido su alma y su espíritu a una nueva generación, antes de que la muerte cruel se lo haya llevado.

Las palabras de Tommy finalizaron el funeral y la gente comenzó a dispersarse. Arabia miró a su al rededor deseando volver a casa para poder salir del ambiente deprimente tan característico de lo funerales.

Antes de alejarse con el resto, Arabia dejo sobre la reciente tumba un pequeño ramos de gladiolos que se había encargado de comprar antes de venir.

- Descansa y vela por nosotros desde arriba, Freddie.- se despidió para siempre.

El hijo de John despertó reclamando a su padre por lo que no tuvo más remedio que ir en su busca.

- Se hace extraño, ¿verdad?- dijo mientras le entregaba al niño.- Saber que nunca más volverás a ver a alguien a quien estabas tan acostumbrado a ver.

- Así es la vida, Arabia.- dijo John cansado.

Un hombre en motocicleta se acercó a donde se celebraba el funeral, y por como Arthur había corrido hacia Tommy al escuchar lo que el muchacho tenía que decir todos allí predijeron que no podía haber sucedido nada bueno, menos cuando el líder de los Shelby junto a Polly se montó en el coche y partió de nuevo hacia Small Heath.

El resto no tardó el montarse en sus coches y seguirles el rastro. Arabia iba con Finn y el chófer que Tommy había contratado para la ocasión.

- Te queda bien el traje.- dijo Arabia mientras se estiraba para acomodarle la chaqueta.- Estas hecho todo un hombrecito.

- No soy un hombrecito.- se quejo Finn separándose.

- Si que lo eres para mi.- dijo sonriente.- Aún me acuerdo cuando eras un niño y te aferrabas a mi pierna, y mírate ahora, casi me alcanzas en altura.

- ¿Qué es lo que ha sucedido, qué le ha dicho ese hombre a Arthur?

- No lo sé, Finn.- contestó sincera.- Pero lo averiguaremos cuando lleguemos.- se asomó por la ventanilla.- Y parece que no falta mucho para saberlo.

- Ahora que Freddie ha muerto, ¿Ada volverá a casa?- preguntó.

- Eso es solo decisión suya Finn, pero conociendo a tu hermana, querrá vivir con los valores que defendía su esposo, nada que ver con nuestro estilo de vida.- suspiró.- Pero acabará volviendo, es una Shelby al fin y al cabo.

Su coche se desvió hacia la casa de apuestas de los Shelby, el coche de John paró detrás del suyo.

- ¿Se puede saber que ha pasado?- preguntó Arabia cuando vio a John ir hacia ella.

- No lo sé, Tommy y Pol han ido a ver, no tardaran en traer las noticias.- dijo abriendo la puerta de la casa.- Mientras, tenemos un negocio que atender.

Al poco tiempo Polly llegó, habían explotado el Garrison, no sabían quien había podido ser, solo que habían dejado un rastro de confeti verde.

El trabajo en la casa de apuestas no era escaso, las llamadas no paraban de llegar y John como único encargado se estaba viendo algo sobrepasado. Ni si quiera sabían donde estaba Tommy, según Pol se había ido a intentar averiguar algo sobre la explosión del Garrison y el paradero de Arthur era otro misterio.

- Estoy saturado.- se quejó John mientras mandaba a Finn atender las llamadas.- No paran de llegar putas llamadas, no puedo más.

- Las llamadas significan dinero John y eso es exactamente lo que estamos buscando.- Arabia le tendió una silla que John no dudo en ocupar.- No te estreses.- se puso detrás suya y pasó las manos por sus hombros masajeándolos.

- No soy tan capaz como Tommy, Arthur o Polly.- dijo mientras relajaba los hombros intentado disfrutar el masaje.

- ¿Tan capaz de qué?

- De llevar todo esto.- echo un vistazo a todo el lugar alborotado.- Mira a tu alrededor, Tommy tendría todo esto controlado, y yo ni si quiera se pro donde empezar.

- No seas duro contigo mismo John, aprenderás, eres igual de capaz que cualquiera.- Arabia deslizó los brazos por su torso para abrazarlo.- Además, eres el pequeño de los tres, no te preocupes acabarás aprendiendo, chiquitín.

- ¡No me llames así!- exclamó John deshaciéndose de su agarre.- Soy solo un año más pequeño que tú.

- Lo que tu digas Johnny.- Arabia dejó un beso sonoro en su mejilla y fue hacia la mesa en la que estaba Finn para ayudarle a atender las llamas que entraban.


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Gladiolos: antiguamente era el regalo que se hacía a los gladiadores victoriosos, debido a su elegancia y largos tallos (de ahí su nombre). Los gladiolos son la flor de la sinceridad, la fuerza, el honor, los recuerdos y el cariño.


Amor Gitano (Tommy Shelby)Where stories live. Discover now