Amor Gitano (Tommy Shelby)

C A P I T U L O 16

- La policía está buscando a Tommy.- Finn irrumpió sacando a Arabia de su actividad.- Fue al Garrison a buscarlo.

- ¿Cómo?- preguntó exaltada.- ¿Y dónde está?- se acercó tomando al niño por los hombros.- ¿Dónde está Tommy, Finn?

- Se fue con la camarera.

- ¿Con Grace?- el niño asintió repetidas veces.

- Dijo que lo ayudaría a esconderse.- explicó Finn.

- Iré a buscar a Arthur.- dijo Arabia no muy contenta por saber la compañía de Tommy, pero no podía hacer nada. Además, debía confiar en él, en especial por lo sucedido anoche.

Tomó su abrigo y se lanzó a la calle en busca del Shelby mayor, no sabía muy bien donde podía esta, pero conocía como había acabado todo el tema de su padre y sabía que si algo ayudaba a Arthur a desfogarse aparte del alcohol y las putas era el boxeo.

- ¿Arthur?- su voz se escuchó en eco por todo el lugar. Había estado allí un par de veces, pero no era su lugar favorito, así que evitaba visitarlo.- ¿Arthur estas aquí?

El sonido de sus tacones resonaba por la sala a medida que iba avanzando, un ruido seco se escucho cuando dejo caer su bolso por la impresión que le dio la escena que tenía ante sus ojos.

Cuando pudo reaccionar, corrió hacia el ring lo más rápido que sus piernas le permitieron.

- ¡Arthur!- el hombre tenía una cuerda atada a su cuello y los pies colgando provocando que le fuese imposible respirar. Arabia lo tomó de las piernas elevándolo buscando que pudiese coger algo de aire, pero era demasiado pesado como para poder aguantarlo mucho más tiempo.

Con una vieja navaja que guardaba en su abrigo se subió al taburete que probablemente Arthur hubiese usado para subirse a esa altura, para poder alcanzar a cortar la cuerda que lo asfixiaba. Trata de amortiguar la caída provocando que todo su peso se cayese sobre ella.

- ¡Arthur!- acercó el rostro a su boca para comprobar que seguía respirando, pero no había rastro de aliento. Lo tumbo completamente en el suelo y empezó a hacer presión sobre su pecho con las manos sin poder evitar que lágrimas cayesen sobre el pecho de Arthur.- Por favor, por favor.-suplicó sin detenerse.

El sonido de una tos por parte de Arthur hizo relajase y cayese desplomada de alivio a su lado mientras le escuchaba respirar con dificultad.

- ¿Estás bien?- se sintió idiota por hacer esa pregunta.

- Eso creo.- dijo tratando de regular la respiración.

- No tienes porque contarme que ha pasado, piso necesito que me prometas que no volverás a hacer algo así.- dijo Arabia reincorporándose.- Si tienes algún problema o quieres desahogarte siempre puedes acudir a mi, no lo dudes.

- No volverá a suceder.- afirmó con una falsa seguridad de la que Arabia se dio cuenta pero decidió no comentar al respecto.

- Arthur, ¿quieres un abrazo?- Arthur la miró sorprendido y con algo de duda se acercó a los brazos ya abiertos de la chica.

Arthur se acomodó en el pecho de Arabia tratando de aguantar las lágrimas. Arabia se dedicó a sobar su espalda tratando de hacerle sentir mejor.

Arthur podía ser una persona difícil en ocasiones, era impulsivo y nunca pensaba en las consecuencias de sus actos. Quizás es por esto que a pesar de ser el mayor no era el líder de la familia. Arthur era una persona caliente, mientras que Tommy era una persona fría.
Sentía la presión de todos el mundo recordándole que Tommy estaba por encima de él, y ese sentimiento de fracaso había podido con él llevándole hasta el peor de los extremos.

Arabia ayudó a Arthur a caminar hasta casa, después de poner a preparar un té se sentó en una de las incómodas sillas de la cocina y con el silencio y la compañía del Shelby se quedó dormida.

Como estaba dormida no se dio cuenta cuando Tommy llegó después de haber estado ausente toda la noche, tampoco se enteró de la conversación que mantuvo con Arthur ni cuando quito el abrigo de este que usaba como manta y lo cambio por el suyo. 

Tommy cargó a Arabia en brazos hasta su habitación, posándola suavemente sobre la cama. Se deshizo de su ropa y en vez de ocupar el hueco al lado de Arabia en la cama tomo asiento en una silla mientras observaba a la chica dormir. 

Tommy Shelby no era el tipo de hombre que solía sentir culpa ni solía arrepentirse de las decisiones que tan minuciosamente tomaba, pero esta vez si se sentía culpable y por una decisión que había tomado en un acto de impulsividad. Y ver a Arabia dormir plácidamente en su cama después de haberle salvado la vida a su hermano lo hacía sentir la peor calaña del mundo. 

No negará que Grace se le había hecho atractiva desde que la vio, una niña rica irlandesa que se hacia pasar por una pobre chica en busca de trabajo, desde luego que llamo su atención pero nunca se había interesado en ella más allá, al fin y al cabo, muchas mujeres le han parecido atractivas. Pero ninguna era Arabia y nunca se había visto envuelto con otra mujer cuando estaba con ella, ahora ni si quiera sabía en que situación se encontraban, pero sabía que había hecho mal al acostarse con Grace por la presión que sentía en el pecho. 

- ¿Tommy?- Arabia se revolvió en la cama. Se sobó los ojos y se estiro antes de reincorporarse completamente. 

- ¿Has dormido bien?- preguntó Tommy tratando de dejar a un lado los pensamientos intrusivos. 

- Menos mal que estas bien.- Arabia se levantó de un salto de la cama y se tiró a los brazos de un sorprendido Tommy pero que aceptó gustoso el abrazo.- Estaba muy preocupada.- se separó de él para tomar entre las manos su rostro e inspeccionar que ni tuviese ni un rasguño. 

- Estoy bien, Arabia.- Tommy tomo las manos pequeñas y delicadas y las quito de su rostro pero siguió sosteniéndolas.

- ¿Has estado todo este tiempo con Grace?- preguntó con algo de recelo. 

- ¿Cómo sabes que estaba con ella?

- Finn me lo dijo cuando nos aviso de que le policía te estaba buscando.

- Me escondió en su casa, pero no hay nada de lo que debes preocuparte.- subió sus manos para poder dejar un beso en ellas. 

- Lo sé.- dijo Arabia con una sonrisa.- Se de sobra que puedo confiar en ti.- se acercó al rostro de Tommy para poder unir sus labios en un beso que para ella estaba lleno del amor que sentía y para él estaba lleno de culpabilidad.