C A P I T U L O 43

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Hace tres meses que habían ingresado a Tommy en el hospital, estaba realmente mal. Arabia estuvo a su lado todo lo que le permitieron, o más bien lo que él mismo le permitió, porque cuando volvió completamente a sus cabales la echó de allí. Según decía, allí estaba en peligro y debía volver a casa para vigilar a Marco, porque peo alguna razón que Arabia desconocía, todos los hombres que trabajaban en la casa habían sido despedidos.

Ahora Tommy ya estaba de vuelta en casa y prácticamente recuperado

- No deberías fumar todavía.- advirtió Arabia al ver a su marido encenderse un cigarrillo.

- Fumar no me hace ningún mal.- dijo mientras tomaba el periódico que Mary había traído.- He tirado esa puta morfina que me dio el médico, me hace ver cosas raras.

- No voy a decir nada porque realmente creo que sabes lo que te haces.- dijo Arabia en un suspiro.- Pero necesito que te cuides, Tom. Tienes que cuidarte porque no podemos permitirnos perderte.

- Tranquila, Arabia.- tomó su mano sobre la mesa.- Estaré bien.- se acercó su mano a la boca para dejar un beso sobre ella.- Confía en mi. Tengo asuntos que atender.- se levantó y se inclinó para dejar un beso sobre la frente de Arabia.- Nos vemos luego, amor.

Arabia fue a ver como se encontraba su hijo, al ver que estaba jugando con una de las sirvientas decidió no interrumpirlo e ir a la cocina, sabía que los Shelby estaban allí.

- ¿Estás seguro de que el crío el es tuyo?- fue lo primero que escuchó al acercarse al lugar.

- ¿De qué cojones estáis hablando?- Arabia preguntó mirando a cada uno de ellos.

- Michael a preñado a una tal Charlotte.- le informó John mientras fumaba un puro.

- Para qué os lo habré dicho.- susurró Michel.

- Entonces piensa en el matrimonio como un bonito camino con flores a los dos lados.- dijo Arthur.

- ¿Este está de coña?

- Es difícil saberlo hoy en día.- contestó John.

- A ver Mickey, perdóname que me entrometa, pero creo que necesitas a alguien que te de un consejo de verdad.- dijo Arabia mientras tomaba asiento al lado de John y le quitaba el puro.

- Adelante.- Michael hizo un ademán con la mano.

- Primera pregunta y la más importante. ¿Ella quiere tener a ese bebé?

- No, no quiere que su familia se entere.- respondió Michael.

- No importa lo que quiera su familia, tienes que saber si ella quiere tenerlo y si es así, deberás apoyarla en su decisión y ayudarla con lo de su familia.- le explicó Arabia.

- No quiere al crío.- volvió a repetir.- Somos demasiado jóvenes, ni si quiera nos amamos.

- Conocemos a una mujer.- dijo John.

- Cállate, John.- pidió Arthur.

- La misma que te ayudó a ti dos veces.

- No a mis mujeres.- se defendió el mayor.

- Por eso las mandaste a abortar.- concluyó John.

- Charlotte querrá la mejor.- dijo Michael.

- Ella es la mejor.- confirmó John.- Antes era enfermera, veinte minutos y adiós.

- Y no tienes que entrar, ni esperar fuera.- dijo Arthur.- Te vas al Garrison, tomas unos whiskeys, te ríes un rato. ¿Te acuerdas, John?
Y luego entra un crío, sin zapatos, y te dice que ya. La segunda vez entró el mismo crío, pero entonces llevaba zapatos nuevos, y grito: "Está hecho, Arthur".

- Por la virgen.- exclamó Arabia.- Ni de te ocurra ni pensarlo. Un aborto no es algo fácil Michael, por mucho que sea lo que ella quiere, no es un situación agradable, va a quedar marcada en su memoria para siempre. La acompañarás hasta el lugar, entrarás con ella y sostendrás su mano todo el tiempo que dure el proceso, después la llevarás

a casa y te quedarás con ella abrazándola.- todos los hombres la miraron sorprendidos.- Ella no se ha metido en esta situación sola. Los hombres sois unos jodidos insensibles, que usan a las mujeres y cuando las cosas se complican se desentienden. Te conozco, Michael, no eres así, hazte un favor y haz lo correcto.

Una campana sonó interrumpiendo la conversación.

- Tommy ha dicho que cuando tocase la campana fuéramos todos al salón.- dijo Johnny Dogs acabándose el whiskey de su vaso.

- Supongo que no estoy invitada.- dijo Arabia.

- No lo creo.- dijo John.- Pero vendrás de todas formas, ¿verdad?

- Me conoces bien.- dijo yendo detrás de Johnny Dogs.

Entraron al salón encontrándose a Tommy con un hombre que Arabia no reconoció, pero por como reaccionó Arthur al verle supo exactamente de quién se trataba, Alfie Solomons.

Después de una pequeña conversación con Arthur, el hombre se giró sobre su silla para mirar a Arabia.

- Y este bella dama, ¿quién es?- preguntó mirándola fijamente.

- Soy...

- Arabia Salazar.- Tommy respondió antes de que ella pudiese hacerlo.- Trabaja para nosotros, de hecho, no sé que hace aquí, estos asuntos no le atañan.- dijo Tommy mandándola una mirada enfurecida.

- Yo creo que si, señor Shelby.- respondió mirándolo, retándolo.- He oído de usted, Solomons, tiene fama de traicionar a sus aliados.

- Arabia.- Tommy le advirtió.

- Déjalo, Tommy, tiene razón.- dijo Alfie quitándole importancia.- Ha sucedido un par de veces, una de ellas con vosotros mismos, pero eso se acabó, no más traiciones por mi parte.- extendió la mano hacia ella.- Me comprometo.

- Bien.- miró la mano pero no la tomó.- Me iré para que los hombres podáis hablar.

Amor Gitano (Tommy Shelby)Where stories live. Discover now