C A P I T U L O 25

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Arabia abrió poco a poco los ojos, no estaba en su habitación pero podría reconocer el olor que albergaba el lugar en cualquier lado, estaba en la cama de Tommy, pero él no estaba a su lado. Se incorporó limpiándose antes el hilo de saliva que caía por el lateral de su boca, vio a Tommy sentado en su escritorio a los pies de la cama, leía unos papeles algo preocupado.

- ¿Qué lees?- preguntó aún adormilada.- Es demasiado temprano para estar pensando en el trabajo.

- No es nada importante.- cerró el cuaderno y lo dejo sobre la mesa.- Tengo que ir al Garrison, puedes acompañarme si quieres.

- Claro.- se estiró sobre la cama.- Pero antes que nada quiero mi beso de buenos días.

Sin rechistar, Tommy se acercó hasta ella depositando un dulce y escaso beso sobre sus labios, cuando se separó Arabia no pudo evitar mirarlo haciendo un puchero, necesitaba más de él, enganchó los brazos a su cuello y se movió con la agilidad que le caracterizaba para quedar sentada sobre el regazo con una de sus piernas a cada lado.

A pesar de que ella tenía una camisa puesta Tommy podía sentir sus pechos rozar el suyo, bajo sus manos hasta la espalda baja de la mujer para poder sujetarla mejor. Arabia bajo las manos por la espalda bien formada hasta llegar a la tira de la ropa interior de Tommy, escabulló las manos por el interior.

- ¿No vas llegar tarde?- preguntó Arabia en un susurro.

- No me importa en lo más mínimo.- dijo con la voz entrecortada. Se levantó con Arabia en brazos y la tumbó sobre la cama.

Antes de colocarse encima se deshizo de la poca ropa que lo tapaba mientras Arabia hacia lo mismo por su parte. Se acercó a la mujer tal y como un león se acerca sigilosamente a su presa, colocó sus manos sobre sus rodillas y abrió lentamente sus piernas, se inclinó sobre ella deseando probarla.

(...)

Más tarde ese día, los hermanos Shelby se encerraron en la habitación privada del Garrison entrevistando a jóvenes para un trabajo del que Arabia no tenía ni idea, y por su puesto ninguno le explicó nada.

Cuando acabaron con las entrevistas y el último chico salió, no muy apto a los ojos de Arabia para cualquier trabajo relacionado con los Peaky Blinders, los hermanos se terminaron su bebida y salieron del pub acompañados por Arabia.

Mientras caminaban de vuelta a casa Arthur y John comenzaron un juego tonto de niños, los dos desenfundaron sus armas y comenzaron una pelea falsa.

- ¡Bajé el arma o ella pagará las consecuencias!- pillándola de improvisto, Arthur agarró a Arabia por la cintura y la puso frente a él colocando el arma en su sien.

- ¡No, a ella no!- exclamó John aún con el arma en alto.- No meta a la señorita Salazar en esto, déjela libre.

- No hasta que usted se rinda.- en un rápido movimiento Arabia le quitó la pistola a Arthur y se deshizo de su agarre yendo hacia John.

- Vaya, señor Shelby, parece que usted el que está acorralado ahora.- dijo la mujer con una sonrisa.

Tommy los había estado observando serio desde atrás, hasta que al infantil comportamiento de sus hermanos se unió Arabia, entonces una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

- ¡Arrodíllate ante mi, cobarde!- exclamó Arabia tratando de sonar sería mientras apuntaba a Arthur y traspasaba la puerta de casa.- ¡Bang!- exclamó fingiendo un disparó.- Estás muerto.- Arthur se dejó caer de rodillas al suelo.- ¿Lo habéis visto?- preguntó a los otros dos hermanos.- ¡He ganado!

John se acercó celebrando hacia ella y la cogió en brazos comenzando a girar mientras los dos reían como dos niños pequeños.

- ¡He batido al feo ogro, Tommy!- exclamó Arabia aún en los brazos de John.

- ¿Cómo que "feo ogro"?- preguntó Arthur "ofendido" levantándose del suelo.- Me has matado porque te he dejado, no quería que fueses a llorarle a Tommy.- se colocó la chaqueta.

- Chicos...- los tres miraron a Tommy desconcertados, quien les señalo sus espaldas, se giraron lentamente encontrándose a Pol acompañada de un chico, un joven que Arabia reconoció al instante, era Michael o Henry.

Arabia le devolvió a la pistola a Arthur, que la guardó enseguida aguantando las ganas de reírse.

- Vamos a ver Polly, ¿quién es este?- preguntó Arthur pensando que sería algún chico que Polly se había llevado a casa la noche anterior.

- Señores, este es vuestro primo.- presentó Tommy.- El hijo de Polly, Michael.

Michael se acercó a ellos y tras estrechar la mano de los hombres se acercó a Arabia sin saber muy bien como presentarse.

- Soy Arabia Salazar.- extendió su mano para que la estrechase.-Dios, lo siento por esta primera impresión.

- Soy Arthur.- se presentó el mayor.- El que te tiraba por la ventana y John te cogía en la acera.

- Si, y te metía en una caja de zapatos y te iba pateando calle abajo.- añadió John.

- Yo era la que te salvaba de la muerte.- dijo Arabia sonriente.- Y me dejabas peinarte con trencitas y todo eso, Mickey.- el chico la miro extrañado por ese apodo, le parecía raro que lo llamase así tras conocerse de unos escasos minutos.- Perdón, solía decirte así hace tiempo, pero no te acuerdas claro.

- Tranquila, me gusta.- dijo sonriente.

- Seguro que te alegras de haber vuelto.- dijo Tommy co una sonrisa.

- No me acuerdo de nada.- dijo sincero.- Solo recuerdo el día que me llevaron.- Pol se acercó a su hijo y lo abrazó con todo el amor que no había podido darle durante todos estos años.

- Pero ahora ya estas aquí.- se acercó Tommy.- Bienvenido a la familia Shelby.

Arabia le dedicó una sincera sonrisa a Pol y otra a Michael, la mujer estaba demasiado ocupada observando detenidamente a su hijo como para prestarle atención a alguien más, pero Michael si que le correspondió, aunque con una sonrisa pequeña y tímida. Había reconocida a Arabia en el instante en el que la vio pasar por la puerta, era la misma mujer que había acompañado a su primo a buscarle a su casa.

Después de la visita que recibió le preguntó a su madre sobre ellos, no recibió una gran respuesta: "No son nadie importante, unos desquiciados, y esa mujer seguro que es una fulana, nadie con quien debas relacionarte Henry"

A penas llevaba allí una mañana y ni si quiera había hablado lo suficiente con cada uno, pero tenía la sensación de que después de tanto tiempo había vuelto al lugar en el que debía estar, después de todo, era un Shelby.

Amor Gitano (Tommy Shelby)Where stories live. Discover now