C A P I T U L O 31

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Arabia contorneó las caderas por el despacho de Tommy para ir hasta el teléfono, que no dejaba de sonar.

- ¿Quién es?- preguntó esperando a que le contestasen desde el otro lado de la línea.- Oficina de Thomas Shelby, ¿quién es?- volvió a insistir.

- ¿Está Tommy?- una mujer preguntó desde el otro lado, una voz que Arabia reconoció al instante.- Si no está dígale que una amiga ha llamado, él sabrá de quien se trata.

- Quién crees que soy para dejarme los recados.- rio Arabia.- Me alegro de escucharte de nuevo, Grace.

- ¿Arabia?- preguntó la rubia algo desconcertada.- Yo, solo llamaba para...

- No inventes una excusa.- dijo Arabia volviendo a su tono serio.- Creo que fui bastante clara la última vez que hablamos, pero sabes qué, olvida lo que dije, se que Tommy no volvería a tocarte, porque me tiene a mi.- dijo Arabia.- Si lo que quieres es quedar con él, siento decirte que esta muy ocupado, pero yo estoy completamente disponible para ti.

- No creo que sea necesario.- dijo Grace.

- Quiero disculparme por como te trate la última vez que nos vimos, debí haber tratado la situación con más tacto.- habló Arabia.- Nos vemos en dos horas, mandaré a alguien para que vaya a buscarte. Se que no soy Tommy, pero ponte guapa.

Nada más colgar la puerta se abrió de par en par dejando ver a un Tommy que iba bastante concentrado en sus pensamientos.

- ¿Vas a salir a algún lado?- preguntó ya que había escuchado la parte final de la conversación.- ¿Puedo saber con quién?

- Es solo una amiga de la infancia.- dijo mientras se acercaba para coger sus cosas.- Es de España, no la conoces.

- Esta bien, solo ten cuidado.- dijo acercándose a ella para dejar un beso sobre sus labios antes de que se fuera.- Ojalá pudiese acompañarte, pero tengo mucho trabajo que hacer, el derbi esta a la vuelta de la esquina.

- Tranquilo, no pasa nada.- le agarro la cara con las manos y la acerco a ella para darle otro beso.- Tengo que irme o llegaré tarde, nos vemos esta noche, no creo que tarde mucho en llegar.

Arabia fue a su casa a arreglarse, había visto con sus propios ojos la belleza de Grace, y no se iba a permitir verse ni un poquito inferior. Rebuscó entre sus vestidos, Arabia no era una mujer tan fina y tan elegante como Grace, pero lo intentaría, se maquillo levemente y peino su cabello. Se miro una última vez en el espejo, satisfecha con como se veía, se pasó su abrigo por los hombros y salió fuera, donde el chófer la estaba esperando.

Condujo hasta un lujoso restaurante en el que Arabia había reservado una mesa para cenar, miro su reloj de bolsillo, llegaba quince minutos tarde, camino un poco más deprisa y después de dar su nombre al chico de la entrada, este le llevo a la mesa que había reservado. A medida que se acercaba pudo ver a una cabellera rubia sentada sola.

- Siento la tardanza.- dijo sentándose frente a ella.

- No te preocupes.- dijo levantando la cabeza para mirarla.- Has escogido un lugar muy bonito.- dijo observando a su al rededor.

- Me alegro de que te guste el sitio.- dijo mientras le cogía de la mano las dos cartas que el camarero les había acercado, le paso una a Grace y comenzó a ojear los platos.- ¿Cómo te ha ido? Supe que te habías ido a Nueva York.

- Me ha ido bien.- dijo tímida.- Me casé.- dijo enseñándole el anillo que descansaba en su dedo anular.

- Enhorabuena.- dijo con una sonrisa sincera, quizás la primera verdadera que le dedicaba a la rubia.- ¿Puedo saber que te trae por aquí?

- Nos están haciendo unas pruebas.- explicó.- Queremos formar una familia, pero en todos estos años no ha habido manera, creen que la culpa puede ser mía.

- Siento escuchar eso.- dijo sintiéndolo de verdad.- Espero que podáis conseguirlo, lo digo en serio.

El camarero tomo la comanda y en escaso tiempo ya tenían la comida sobre la mesa, a pesar de que la conversación entre ella comenzó de forma tímida, porque Grace ni si quiera entendía por qué había aceptado la invitación y Arabia no sabía ni por qué había seguido sus impulsos de querer disculparse con la rubia, con el paso de la cena y entre copas de vino habían conseguido deshacerse un poco de ese sentimiento.

- Grace.- Arabia la llamó.- Quería disculparme por nuestra última conversación, siento que te eché toda la culpa a ti. La mayor parte de mi rabia fue hacia ti, cuando realmente quien estaba en algo conmigo y me debía mayor respeto era Tommy. Te enamoraste de Thomas y seguiste tus sentimientos, realmente no puedo culparte por hacer lo que tu corazón te dicto, y aún así, tal y como te pedí, aunque fuese con una amenaza, no te trate como debía, me deje llevar por toda la situación y deje que toda mi ira te cayese sobre ti injustamente.

- Lo entiendo.- dijo Grace mirándola directamente a los ojos verdes.- Me enamoré de Tommy, y fue un error, quizás el mayor erros que he cometido nunca. Sabía que entre vosotros había algo y aun así no me importo, una mujer no debe pisotear así a otra.- dijo con suavidad.- Tampoco me comporte de la mejor manera contigo, debí dejar a Tommy en paz, pero decidí llevarlo hasta el final. Incluso lo he llamado esta tarde para vernos esta noche, ni si quiera se porque me estoy comportando de esa manera, yo estoy feliz con mi marido en Nueva York, ni Tommy ni esta lugar son para mi.

- No es culpa tuya, es este lugar, te embriaga, te hace hacer cosas que no quieres, o quizás saca a flotes tus más oscuros deseos.- dijo Arabia.- Déjame la mano.- pidió extendiendo la suya para que Grace la pudiese colocar encima.

Algo dudosa la rubia dejo con delicadeza su mano de porcelana sobre la de Arabia, la morena se acerco para poder verla con claridad. Sacó un largo colgante del interior de su vestido y lo coloco sobre su mano y lo hizo tambalear y lo miro atenta hasta que este paro en la parte izquierda de la mano.

- Le he preguntado a mi piedra, no te asuste, no te he hecho ningún tipo de magia negra.- dijo con una sonrisa.- No es tu culpa, es tu marido el que debe ser estéril. Conozco un par de rituales para arreglar eso.

- Tranquila, no hace falta.- dijo con una sonrisa.

- Podéis probar con la adopción, hay muchos pequeños en casas de acogida esperando a encontrar a una familia, serías una espléndida madre Grace.

- Es una buena alternativa.- dijo la mujer bastante convencida.

Arabia pagó la cuenta y las dos mujeres juntas, a la puerta dos coches negros de los Shelby las esperaban.

- De verdad que te deseo todo lo mejor.- dijo Arabia despidiéndose.

- Lo mismo digo, y déjame decirte que Tommy de verdad te ama.- sonrió.- Te mereces ser feliz con él, o con cualquiera que te lo propongas. Eres una gran mujer, Arabia.

- Muchas gracias, Grace.

Cada una entro en su coche y se dirigió hasta su casa, Grace con el hombre con el que quería formar una familia y algún día conseguiría amar, y Arabia volvía con el hombre que las dos amaban.

Amor Gitano (Tommy Shelby)Where stories live. Discover now