Amor Gitano (Tommy Shelby)

C A P I T U L O 40

- Arabia.- Tommy la tomó del antebrazo y la giró para quedar cara a cara.- Debes quitarte el collar.

- ¿Por qué?- preguntó la mujer negándose.- ¿A caso crees que le quedaría mejor a ella?

- No es nada eso Arabia.- la tomó por el rostro para que lo mirase.- Lo que quiero es que estés bien, te necesito Arabia, te necesito.

- Maldito seas, Thomas Shelby.- agarro las solapas de su chaqueta y lo acercó a ella para besarlo.- ¿Vamos entrando?

- Si.

Lo siguiente sucedió a cámara lenta, un hombre se puso frente a ellos sosteniendo un arma en su dirección al grito de "¡Esto es por Ángel!" apretó el gatillo.
Tommy trató de colocar a su esposa detrás de él y Arthur empujó al hombre a un lado, pero fue tarde porque la bala ya había impactado en el hombro de Arabia.

Las rodillas de Arabia flaquearon y se desplomó en el suelo acompañada por Tommy, que no la soltó en ninguno momento mientras pedía a gritos una ambulancia.
Arabia no veía con claridad pero podía escuchar cada golpe que recibía quien había disparado, podía escuchar sus huesos quebrarse.

Estiró el brazo con lentitud para poder agarrar el de Tommy, que se inclinó para atraerla más hacia él y dejar un beso sobre su frente.

- Thomas, si muero, necesito que te mantengas en pie.- dijo en un susurro.- Por Marco y por el resto, no caigas Tommy.

- No, mi amor.- Tommy lloró contra su rostro.- No vas a morir, no voy a dejar que eso suceda.

Arabia se dio el lujo de cerrar los ojos a pesar de que no sabía si volvería a abrirlos de nuevo, pero necesitaba descansar, dejar de sentir el dolor que le abrasaba el hombro.

(...)

Aunque en un principio las probabilidades de que Arabia sobreviviese al disparo parecían escasas, con ayuda de los médicos de la ambulancia logró hacerlo, a pesar de la gran cantidad de sangre que había perdido.

Arabia debía mantener reposo, estaba fuera de peligro, pero necesitaba descansar, para poder sanar cuanto antes.

Ada y Pol solían pasar la mayor parte del tiempo con ella, los chicos también pasaban a visitarla cuando podían. Pero Tommy había estado perdido en sus pensamientos, a penas la visitaba y si lo hacía era cuando estaba dormida.

Después de días de reposo se sentía con la suficiente fuerza de levantarse de la cama. Se puso una bata bata de seda sobre sus hombros y con el brazo que no tenía malherido se fue apoyando por las paredes hasta la habitación de su hijo.

Abrió la puerta y asomó la cabeza.- ¿Marco?- palpando por la pared encendió el interruptor.- Mi vida, ¿dónde estás Marco?

Se adentró en la habitación en busca de su hijo, pero no encontró rastro de él. Salió asustada y aturdida de la habitación, fue escaleras abajo a toda prisa.
Al final de las escaleras chocó estrepitosamente con Finn, lo que la hizo caer al suelo.

- ¡Arabia, joder!- el rubio la ayudó a levantarse rápidamente.- ¿Qué haces fuera de la cama y corriendo?

- Es Marco, Finn, he ido a su habitación y no hay rastro de él, ha desaparecido.

- Tranquilízate, por favor.- Finn pidió mientras pasaba un brazo por su cintura y la ayudaba a ir hacia la cocina.

- No me pidas que me tranquilice.- dijo exasperada.- Se han llevado a mi bebé.

- Ha sido Tommy.- dijo John viéndoles llevar.- Se ha ido con Marco y Johnnydogs, no nos preguntes porque no ha dado ningún tipo de explicación.

- ¿Por qué haría algo así?- preguntó Arabia.

- Ha estado raro desde el disparo.- explicó Polly.- Necesita su tiempo para procesar lo sucedido, si se ha ido ha sido para poder volver.

- No tienes porque preocuparte.- Ada se acercó para abrazarla.- Nadie cuidará mejor a Marco que Tommy.

- ¿Está muy mal?- preguntó Arabia aceptando la taza de té que Pol le ofrecía.

- Supongo que se culpa por lo sucedido.- dijo John.- El disparo que recibiste iba para él, no para ti.

- Lo supuse.- murmuró Arabia.- Esperó poder hablar con él cuando vuelva.

- No debes preocuparte por eso ahora.- Polly le sonrió.- Me alegro de que te sientas mejor y hayas podido levantarte de la cama.

- Si, aunque el choque con Finn no creo que haya sido lo mejor para mi herida.- dijo algo adolorida.

- Ven, te curaré la herida.- John la tomó de la mano y subió con ella hasta su habitación.

Arabia dejó caer la manga de su camisón para dejar ver la venda manchada de sangre que cubría la herida de bala.

- A estás alturas ya no debería haberte sangrado.- dijo John mientras quitaba la venda.

- Ha debido de ser por la caída tras chocarme con Finn.- dijo viendo los puntos que le había cosido un médico.- Juro que su yo me hubiese cosido no se habrían saltado los puntos ni que fuese arrollada por un tren.

- En ese momento no estabas en condiciones de coser nada.- rio John.- Dios, de verdad pensé que te perdía. No entiendo como después de perder tanta sangre aún sigues viva.

- A una bruja solo se la mata en la hoguera.- bromeó Arabia.

- Hablo en serio.- dijo John.- No había sentido tanta rabia por alguien como por ese hombre, pensar que te había arrebatado de mi vida y que por su culpa no iba a poder volver a verte más, hizo que mi rabia se potenciara.

- Lo sé, escuche cada golpe que le distéis.- dijo Arabia pensativa.- También te escuche cuando llorabas diciendo que no podía morirme porque no podías vivir sin mi. Me emocionaste, la verdad.

- No te burles de mi.- se quejó John.- Tenía miedo a perderte, lo reconozco. Pero sabes que tu también hubieses sentido lo mismo si el que estuviese allí tirado desangrándose fuese yo.

- Claro que sentiría miedo.- afirmó Arabia.- Tuve miedo constante de perderte durante los cinco años que fuiste a la guerra. Y no me burlo de ti, solo no me esperaba esas palabras tan ñoñas por tu parte.

- Bueno, de todas formas no te acostumbres.- dijo John avergonzado.

Con cuidado de no hacerse daño Arabia abrazo a John con todas sus fuerzas. Los dos eran un pilar fundamental en la vida del otro, la pérdida de uno significaría el derrumbamiento del otro.