El asistente me ayuda a cubrirme hasta el cuello y empieza a darme masajes por las piernas.
A mi lado me acompaña una copa de champán recién servida.
- Entonces, ¿Qué le trae por Barcelona, señorita? - pregunta mientras me masajea las piernas.
- Vine a casarme con mi prometido, él fue quién ordenó este tratamiento. - digo mientras sonrío y tomo un sorbo a mi copa.
- ¡Qué romántico! ¿Cómo le propuso matrimonio? -
Mi mente vaga perfectamente en aquel día en que Elian me hizo la pregunta más importante de mi vida.
19 de Septiembre.
Es un día frío.
Y para ser más especifica, es nuestro segundo aniversario.
Habíamos planeado que pasaríamos la tarde juntos, e ir a algún restaurante por la noche a celebrarlo.
Y al día siguiente pasaríamos el fin de semana esquiando en Gore Mountain.
Ya había acabado el trabajo, y solo me faltaba recoger mis cosas de la oficina, pero he decidido bajar a la calle para llamarlo y tomar algo de aire fresco, pero no hay ninguna respuesta, no he tenido noticias de él en todo el día.
Parece que al final me tendré que dar por vencida y volver a casa.
Seguro que es por su estúpido trabajo.
Me doy la vuelta para volver al edificio a recoger mis cosas.
Se suponía que ahora mismo estaría celebrando con mi novio nuestros dos años como pareja, pero aquí estoy, llamándolo sin parar y totalmente desilusionada.
Este gesto me hace suspirar y resignarme.
Lo vuelvo a llamar.
Pero la llamada cae inmediatamente en buzón de voz.
- ¿Dónde diablos estás Elian? - digo alzando la voz, mientras abro las puertas del edificio.
- Estoy aquí, detrás de ti. -
- ¿Eh? ¿Elian? ¿Qué estás haciendo aquí? - pregunto sorprendida, de hecho, habíamos quedado en mi casa.
Hacía como tres horas, pero como no me respondía, seguí adelantando trabajo.
¿Cómo sabía que estaba aquí?
- Quería compensarte y disculparme por haber llegado tarde a nuestro plan. -
- Esta vez vas a necesitar mucho más que una disculpa. - pongo mis brazos en mis caderas, en forma de jarra.
- Lo sé, amor. Pero también he estado pensando mucho, y eres la persona más importante de mi vida, aunque sea una relación a distancia, no estar contigo produce un vacío en mi que hasta ahora no he podido entender. Pero después de noches sin dormir, de largas noches mirando por la ventana y días con la cabeza perdida, he descubierto que de la manera en la que me siento mejor es compartiendo mis días contigo, cada noche, cada desayuno, cada cena... Y por eso he tomado una decisión, y en ella estás tú. ¿Quieres casarte conmigo, Zoe? -
Elian saca de su chaqueta un pequeño estuche rojo y se arrodilla frente a mi, con una gran sonrisa. Su pelo negro cae por su frente y le da una apariencia de niño pequeño haciendo alguna travesura.
Mis ojos se abren como platos y me tapo la boca con las manos, la respuesta sale sola de mis labios.
- ¡Dios mío! ¡Claro que sí! - digo dando brincos.
YOU ARE READING
Al abrir los ojos
Romance¿Crees en las relaciones a distancia? ¿Crees en tu novio al cien por cien? ¿El enlace prevaldrá hasta el día de la boda? O quizá te das cuenta que otro chico te hace más feliz.