Cap. 16

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Me alegro tanto de que Elian haya pensado en mi, y me haya traído a mi pilar fundamental.

Creo que no lo ha podido acertar más.

- ¡Ay Dios mío! ¡Así que tú eras la sorpresa! Elian fue muy considerado, de verdad. Ha acertado por completo, no sabes las ganas que tengo de estar contigo estos días, y que me ayudes a escoger un bonito vestido de novia. ¡Aún no me creo que estés aquí, Cristal, en serio! - salto para abrazarla con ganas.

- ¿Estás bromeando? Cuando me pidió que me adelantara a la fecha prevista de venir, no lo dudé ni un segundo, lo dejé todo y me vine hasta aquí. - ahora es ella quién me abraza, mientras me agarra de las dos manos.

- ¿Y como viniste hasta aquí? ¿Y qué pasó con tu trabajo como redactora? - 

- Más despacio, velocista. - ella ríe con tanta naturalidad. - Vine en taxi, en Barcelona todo es tan intuitivo, no tuve ningún problema, y sobre lo del trabajo, es un trabajo que puedo hacerlo desde cualquier parte, así que me he traído todo lo necesario, para trabajar por las noches, antes de irme a dormir. - hace una pausa, y me mira fijamente. - Y sobre todo esto... Yo he venido a ayudar, así que... ¿Cómo te puedo ayudar? -

- Bueno, para empezar, aunque no sea nada de la boda, esta noche tengo una pequeña fiesta con Elian y sus compañeros de universidad, parece que quiere aprovechar la oportunidad para hacer algunos contactos, y la verdad es que no sé que ponerme para una velada así. - arrugo la frente, ya que tengo que admitir que me da un poco de vergüenza no saber qué ponerme.

Cristal mira todas las opciones que tengo, piensa en diferentes conjuntos, en maneras de conjuntar diferentes estilos, pero yo decido no ser tan atrevida y nos decantamos por un vestido negro y dorado.

- Pruébate este, y maquíllate con los mismos colores, te quedará perfecto. - 

Agarro todo lo necesario, y corriendo, me encierro en el baño para hacer un poco de magia en este cuerpo.

Miro el vestido, y me doy cuenta de que tiene la etiqueta de nuevo. Me llevo la etiqueta a los dientes, y con un tirón, la arranco.

Parece que hice algunas compras pensando en pasar momentos inolvidables junto a Elian.

Me enfundo el vestido, que se amolda a mi cuerpo a la perfección.

Es negro, con flores doradas, clásicas, por todo el vestido, eso le da un punto elegante.

No es muy largo, más arriba de la mitad del muslo, con mangas largas y un gran escote en forma de corazón.

Me maquillo con los mismos tonos y me hago un peinado adecuado.

Al cabo de un buen rato, salgo del baño, con los brazos levantados, y contoneando la cintura sensualmente. 

Doy una vuelta para que pueda mirarme bien. Me siento tan sensual.

Me paso la lengua por mis labios color rojo sangre.

Creo que esta noche estoy preparada para darlo todo.

Me siento en la cama para anudarme los zapatos, mientras Cristal me mira con impaciencia.

- ¡Estás preciosa! Estaba segura de que este vestido te quedaría espectacular. Tienes muy buen gusto para la moda, de verdad. -

Le agradezco el cumplido, y me río de ella, ya que considero que Cristal va a la moda siempre, no creo que mi vestido le sorprenda tanto.

- Y bueno... Tienes que contarme alguna cosita interesante... - lo dice dudando, mientras se sujeta la barbilla con el pulgar y el índice.

- ¿El qué? - no la miro, ya que estoy batallando con el cierre del zapato.

- ¿Qué tienes con ese amigo sexy de Elian? - ella se agacha, mirándome a los ojos. 

- ¿Quién? ¿Liam? -

- ¡No te hagas la tonta! Vamos, no creo que no lo hayas notado todavía. - levanta una ceja y sonríe.

- ¿Te gusta? No me había dado cuenta. - lo digo distraída y con ganas de que no me pregunte más.

Estas cosas tienen sus consecuencias, estar todo el día juntos, eso ha provocado rumores, aunque no sabría decirme a ciencia cierta si solo son rumores...

Aunque yo creo que desde la perspectiva de otra persona, nuestras actitudes son completamente normales.

- Sí, claaaro. - su sarcasmo en palpable. - Está bien, sé que estás prometida, pero no eres ciega. -

- ¿De dónde sacas estas conclusiones? No has estado estos días para saber como es Liam conmigo. - 

- Elian me lo contó, decía que no estaba preocupado, se lo tomaba como una locura más de las suyas, y que Liam estaba siendo un buen ayudante para ti. -

- ¡Exactamente! Y sí, estoy prometida, así que no lo veo de esa forma. -

Intento tragarme mis ganas de gritar todo lo que llevo dentro, pero prefiero callarme.

Y escuchar que Elian no sospecha de mí, significa que estoy haciendo bien las cosas.

- Esa reunión de universitarios va a estar repleta de solteros. - se levanta de un salto y pone los ojos en blanco. - Uff... -

- ¿Esa es tu manera de pedirme una invitación? - 

- Tranquila, no voy a estropear tu reunión. Pero de sueños también se vive. - ella ríe por lo bajo.

- El padre de Elian tiene contactos con la universidad, tienen becarios de prácticas a menudo y creo que está en el consejo de profesores. No creo que haya problema en que tú vayas, te podremos colar. Además, me vendría bien tu apoyo. -

- ¿Pasa algo? ¿Por qué no estás convencida? -

- Hemos estado un poco distanciados últimamente. Me gustaría que pasáramos más tiempo juntos. -

- ¿Me estás diciendo que no has podido compartir ni una sola noche de intimidad con tu prometido? - Cristal parece boquiabierta.

Yo niego con la cabeza, lentamente. 

- Siempre dice que está ocupado con el trabajo, pero últimamente... No sé. Olvídalo. - no me apetece mucho hablar sobre Elian y sus constantes excusas.

- Si necesitas algo, dímelo. Ya sea hablar, hacer algo... ¡Lo que quieras! Estoy aquí para ti. - me abraza tan fuerte que casi no puedo ni respirar.

- Sabía que tú me apoyarías. - digo con los ojos un poco húmedos. - Bueno, pongámonos en marcha. ¡Oficialmente estás invitada a la reunión! -

Cristal se vistió con un pequeño vestido lila, con tirantes y textura sedosa y brillante. 

Salimos las dos del hotel para pedir un taxi que nos lleve al lugar de la reunión.

Después de un rato, nos encontramos en un restaurante con disco, justo al lado de la universidad.

Con un poco de miedo a lo desconocido, las dos entramos hacia el restaurante.

Me vuelvo a quedar impresionada con el restaurante, en tonos blancos y marrones de la madera de suelo y techo, y su tenue luz, que le da un toque mas íntimo.

El camarero nos indica que nos sentemos en una mesa y que cenemos, la cena será servida en unos pocos minutos.

Las dos nos sentamos en una mesa, un poco desorientadas por no poder localizar a Elian entre tanta gente.

Al abrir los ojosWhere stories live. Discover now