Cap.32

497 60 54
                                    

Mientras Camila atiende en la barra, y empaqueta algunas galletas y porciones de tarta, una mujer se inclina hacia nosotras desde otra mesa, para llamar nuestra atención.

- Estoy avergonzada por haber escuchado su conversación a escondidas, pero... ¿Puedo preguntarte algo? - dice la mujer con curiosidad.

- Um, sí, claro... -

- Creo entender que te dedicas a mejorar la experiencia de los clientes. ¿No? -

- Sí. ¿Qué pasa con eso? -

- Bueno, yo trabajo para una cadena minorista de prendas de lencería. Tenemos sucursales en las principales capitales europeas, y queremos expandirnos al continente americano. -

Ella me entrega una tarjeta de presentación. 

- Queremos trabajar con psicólogos de ventas en ciudades como Nueva York o Los Ángeles. Bueno, especialmente en Nueva York, ya que es un mercado enorme para nosotros. -

- ¡Zoe, esa oportunidad parece perfecta para ti! - admite Cristal.

- Si estás interesada, comunícate con nosotros. Porque tienes exactamente el mismo perfil que está buscando mi empresa. -

- Es muy generoso. ¡Gracias! - estoy tan nerviosa que casi no puedo hablar con claridad.

- En nuestro sitio web está una lista de las sucursales. Échales un vistazo en cuento tengas oportunidad. ¡También hay una en esta ciudad, por si te interesa! -

Ella se coloca el bolso en el hombro, y con una sonrisa se levanta de la silla y se va de la panadería. 

Camila regresa, y se sienta en la misma silla.

- No quería interrumpir, pero prácticamente lo escuché todo. - Camila se tapa la boca, con asombro.

- ¿Cuáles son las probabilidades, Zoe? Ayudaste a Camila con su panadería, y ahora la panadería te lo está devolviendo. - Cristal está con los ojos muy abiertos.

- ¿Qué opinas? ¿Vas a aceptar el reto? - Camila me agarra del hombro para asegurarse de que aún sigo con ellas, y no en otra galaxia.

- Quizás... ¡Parece una oportunidad increíble! - digo gritando y pataleando de la emoción.

Aunque si soy sincera conmigo misma...

Siento que es otra decisión para la que no estoy lista. 

Muchas cosas se vienen a mi cabeza, pero la primera de todas, es Elian, y su extraña manía en que me quede a vivir aquí, en Barcelona.

Esa misma tarde, mientras Cristal y yo volvemos al hotel, sigo pensando en el empleo que me ofrecieron.

En teoría debería buscar trabajo aquí, si de verdad quiero quedarme en España, con Elian.

¿Pero de verdad quiero quedarme?

Esa pregunta, aunque sea triste, me sigue dando vueltas cada día, y me enfado conmigo misma una y otra vez.

No habíamos pactado esto.

Después de la boda nos iríamos a Estados Unidos, a mi casa. 

Allí se puede vivir muy bien, y mi negocio funcionaba bien, no entiendo porqué debería dejarlo.

Ya en la habitación, reviso la tarjeta de presentación de la mujer, y me fijo en la dirección web.

Me gustaría ver sus tiendas para ver si sería una buena elección, y si podría ayudar de verdad.

Agarro el bolso y bajo al vestíbulo, para pedir un taxi.

Mientras espero en la entrada del hotel, pienso en la gran oportunidad que se me presenta, y en todas las puertas que se me pueden abrir.

Al abrir los ojosWhere stories live. Discover now