Cap. 47

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Al día siguiente, me despierto en la fastuosa villa de Liam.

Ya es el día de mi boda, de manera oficial.

Una boda que se celebrará al mediodía.

¿Debería estar más emocionada? No puedo forzar mis emociones.

Pero no estoy muy eufórica que digamos...

Así son las cosas, supongo.

Me arrastro fuera de la cama, para empezar a prepararme para mi gran día.

Después de que destruyeran el vestido de novia, tuve que encontrar otro a toda prisa.

Tuve la suerte de ir a un outlet y encontrar uno de algunas temporadas anteriores, a buen precio y que no necesitaba muchos arreglos.

Es más sencillo, pero al menos me siento cómoda. 

El sol se filtraba suavemente a través de las cortinas, iluminando la habitación y destacando el vestido de novia que descansaba sobre la cama.

El vestido confeccionado en un suave tejido de seda, se ajustaba delicadamente a mi figura, realzando mi belleza natural. El escote en forma de corazón destaca mi cuello y hombros, y la falda cae suavemente hasta mis pies, creando una silueta etérea.

Los detalles del vestido son sutiles pero significativos. Pequeñas incrustaciones de encaje adornaban los bordes de las mangas y el dobladillo, agregando un toque romántico y femenino. Una fina banda de satén ceñida a la cintura, acentuando la figura de reloj de arena.

Faltaba peinarme y maquillarme.

Como no tenía estilista o alguien que me pudiera ayudar, opté por hacerme algo yo misma. 

Cree con cuidado una trenza francesa a lo largo de un lado de la cabeza. Los mechones sueltos se entrelazaban con delicadeza, formando un aspecto bohemio y natural.

A medida que el peinado tomaba forma, añadí pequeñas flores blancas y delicadas a lo largo de la trenza, aportando un toque romántico y primaveral. Las flores se entrelazaban entre los mechones de cabello, aportando un toque de color y frescura.

Por último tocó el maquillaje, en el que no quería perder mucho tiempo.

Comencé aplicando una base ligera y luminosa, asegurándome de que la piel luciera impecable y radiante. Luego, resalté los pómulos con un toque sutil de rubor rosa pálido, creando un aspecto suave y romántico.

Los ojos eran el enfoque principal del maquillaje de novia. 

Apliqué sombras neutrales y suaves en tonos dorados y champagne, aportando brillo y profundidad a mis ojos. Con un delineador líquido fino, tracé una línea delicada a lo largo de las pestañas superiores, realzando la forma y añadiendo definición. Las pestañas se engrosaron con rímel, aportando volumen y longitud para realzar aún más la mirada.

Para los labios, opté por un tono rosa suave y natural, complementando la elegancia de la ocasión. Aplico un labial de larga duración y brillo sutil, resaltando los labios.

Después de pasarme algunas horas preparándome, salgo de mi habitación para buscar a Cristal.

La encuentro en su habitación.

Está sentada en el tocador, aplicándose colorete.

Parece que se siente peor que yo. 

- ¿Estás bien? Parece que estabas llorando. - me acerco a ella con cautela.

- No pasa nada. Estoy bien. Solo pensaba en lo mucho que te voy a hechar a faltar. -

- Claro... - no me creo mucho la excusa que me ha dicho, pero prefiero no darle mucha importancia.

Al abrir los ojosWhere stories live. Discover now