Cap. 34

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A la mañana siguiente, me despierta el despertador a las ocho y media, pero con un golpe al pobre teléfono, lo apago, para seguir durmiendo un poco más.

Cuando creo que llevo durmiendo veinte minutos, me despierto por el sonido peculiar que emite mi teléfono cuando Elian me envía un mensaje.

- ¡Espero que hayas dormido muy bien, cariño! No puedo esperar a verte en el almuerzo. Será en el club de campo, por cierto. ¡Te enviaré la ubicación ahora mismo! -

Me froto los ojos y me levanto de la cama, para abrir las cortinas y apreciar la bonita mañana que me ofrece Barcelona.

Me voy a la ducha y me visto rápidamente.

No desayuno ya que en un rato espero comer toda clase de frutas y pastas.

O eso espero. 

Agarro el bolso y salgo corriendo a la calle para pedir un taxi.

El taxi amablemente me pide la dirección, y yo le paso el teléfono con la dirección que Elian me había pasado hacía un rato.

El club de campo me deja más que impresionada, ya que jamás me pensaría que pudiera ser tan bonito.

Unas cuantas casas que aparentemente son del milochocientos han sido restauradas y convertidas en club de golf, restaurante y sala de eventos.

Parece que un pequeño pueblo con no más de cinco casas se ha convertido en todo un centro recreativo para la gente pudiente.

Un camino de cipreses a cada lado de la calle da la bienvenida a las pistas de golf. 

Lo que sería el "centro urbano" está lleno de farolas de lo más románticas de la época.

Las flores y el césped de los lados invita a quedarte en este paraíso por años.

Entro a una gran casa convertida en restaurante, para encontrarme con un camarero.

Le doy el nombre de Elian, y justo cuando me va a dirigir a la mesa correspondiente, veo que alguien más acaba de entrar al restaurante.

Me giro por instinto, y me encuentro con Cristal que también busca con la mirada la mesa en la que nos sentaremos.

Parece que viene con un poco de prisa.

- ¡Oh, hola! No esperaba verte aquí. - digo con sorpresa.

No esperaba que estuviera invitada al almuerzo.

- ¡Oh! Elian me invitó ayer. - dice con una sonrisa. 

- Si hubiera sabido que vendrías, nos hubieramos ido juntas desde el hotel. -

- Salí muy tarde, y esta tarde tengo planes. Supuse que no debía molestarte con todo eso. - ríe.

- Te ves muy bien hoy. Lo que me dice que... Estás vestida para algo más que el almuerzo, ¿verdad? - le giño el ojo mientras le veo su bonito vestido blanco inmaculado.

- Bueno, tendré una cita más tarde. Con otro galán español. - dice mientras se sonroja y ríe por lo bajo.

- Otro caso de "ámalos y déjalos", ¿no? - levanto una ceja ante mis palabras. 

Cristal nunca ha sido de tener pareja, es una chica muy independiente y le gusta ir a su aire, pero el roce masculino es algo que sin duda le encanta.

Así que prefiere salir de fiesta con frecuencia y poder tener noches de locura con uno o dos chicos... A la vez.

Sin duda es algo que se me escapa de las manos, nunca he podido entender su punto de vista, ni ella el mío.

Ella es algo así como una "femme fatale". Todos los chicos le van detrás, sin siquiera hacer nada, simplemente sucede.

Al abrir los ojosWhere stories live. Discover now