Cap. 48

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Todos los invitados están reunidos en el césped, frente al mar.

El césped estaba meticulosamente cuidado, verde y suave. Sillas blancas se alineaban en filas perfectas, esperando ansiosamente a que los invitados tomaran asiento. Una suave brisa marina jugaba con los mechones de pelo de las invitadas, creando una sensación de calma y serenidad mediterranea.

El altar estaba adornado con delicadas flores blancas y azules, que se mecían graciosamente con el viento. Un arco cubierto de hiedra y rosas blancas se erigía en el centro, enmarcando el escenario de la ceremonia. Desde allí, se podía ver el mar, extendiéndose infinitamente hacia el horizonte, su brillo resplandeciendo bajo el sol.

Los invitados se reunían, vestidos en elegantes trajes y vestidos de verano.

Era la escena perfecta de una comedia romántica con final feliz. 

Estoy a punto de pasar por el pasillo que me llevará hasta Elian. 

Se me nubla la mente.

- Estás temblando... Todo saldrá bien. - me dice Cristal, mientras me deja en manos de mi padre, que me sonríe sin entender nada.

Menos mal que no sabe ni entiende el castellano. Aún cree que todo es amor y sinceridad entre Elian y yo.

Me abraza y me dice que todo saldrá bien. Que el día que se casó con mamá, le dieron hasta ganas de vomitar, pero de los nervios, claro.

Ellos se aman tan fuertemente que duele verlos. Ojalá yo tuviera una relación tan bonita como la suya...

Mientras mi padre me lleva hacia el altar, me doy cuenta de que Elian está de pie, frente a mi. Parece casi aburrido, mirando a su alrededor.

Y Liam, que está a su lado, se ve desconsolado.

Mi padre me lleva junto a Elian, y le da la mano con cariño. 

Poco después regresa con mi madre para sentarse entre los invitados.

Nos ponemos uno frente al otro, mirándonos a los ojos, aunque sin ninguna expresión en ninguno de nosotros.

- Queridos hermanos, hoy estamos aquí reunidos... - empieza el sacerdote.

Tomo las manos de Elian, mientras el sacerdote recita los votos, pero termino mirando todo el rato a Liam, que está detrás de Elian, con las manos agarradas y mirando al suelo. Solo levanta la mirada de vez en cuando para admirar el gran mar que tenemos al lado.

Esas cosas que dijo anoche... ¿Las decía en serio?

Yo... No lo di una respuesta apropiada...

No le dije lo que realmente sentía...

A medida que la ceremonia avanzaba, intento luchar contra mis emociones, sintiendo que cada paso hacia el matrimonio es una traición a mis verdaderos sentimientos. Mis ojos se encontraban con los de Liam sin cesar. 

Acabo de despertar de un sueño profundo y duradero, en el que por fin veo la realidad de las cosas.

Me siento perdida y mareada en el mar de invitados que nos miran con atención.

Liam intercambia miradas conmigo, sin parpadear.

Su mirada me reconforta y me calienta el corazón.

- ... en la salud y en la enfermedad. Hasta que la muerte los separe. -

- Sí. - responde Elian.

- ¿Y tú, Zoe? ¿Aceptas a Elian como tu legítimo esposo? -

Al abrir los ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora