Cap. 50

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Han pasado seis meses.

Hoy me he levantado temprano, para asistir a una importante reunión en mi nuevo empleo.

Me visto rápidamente y aprovecho para pedirme un café americano y una rosquilla glaseada en la cafetería que hay debajo de mi apartamento.

El repentino frío que empieza a hacer a mitad de Noviembre me hiela el pensamiento.

De repente, siento un cúmulo de emociones, mientras voy caminando a la oficina.

La soledad de estos meses me ha hecho sentirme abrumada constantemente.

Hecho de menos a Liam, pero definitivamente tomé la decisión correcta. 

Seguro que ahora estará ejerciendo el puesto de Elian, y ganándose el futuro que tanto merece.

Hasta quizá haya conocido a alguna chica...

Es muy guapo y sobre todo, buena persona. Seguro que eso ha hecho que las chicas se fijen en él.

Me alegraré saber que en un futuro pueda formar su familia deseada... Sin mi.

Me sacudo la sensación, respiro profundo y acelero la marcha para concentrarme en la reunión.

Al llegar, la reunión empieza de inmediato.

- Hemos gastado mucho dinero en nuestra sucursal de Los Ángeles, Zoe. Pero no le está yendo tan bien como esperábamos. - me mira uno de los jefes de la empresa. 

- ¿Me puedes mostrar algunas fotos del interior? - le pregunto mientras pego un sorbo a mi café.

Tres hombres de traje impoluto se inclinan ante mi, mientras examino las fotos que me dan.

- Las fotos se ven bien. Díganme algo: ¿Qué tipo de música ponen en esta tienda? -

- ¿Perdón? - responde un hombre confundido.

- Necesito saber más sobre el ambiente. Cada elemento importa. -

Mientras los hombres intentan describir la música, hecho otro vistazo a las fotos.

- La música es pop y casual. Muy millenial. - responde uno. 

- No, no. Eso no servirá. Por una cosa... - señalo una fotografía. - Esos maniquíes... ¿Por qué están encorvados? -

- Se supone que deben verse "geniales" y "a la moda", no encorvados. - uno de ellos pone cara de frustración.

- Se ven como si tuvieran sueño. Y no creo que nuestro modelo de negocio sea ese. No queremos que nuestras tiendas promocionen nada "promedio". ¡Estamos tratando de promover un concepto de lujo! -

Los hombres me miran y asienten.

- Queremos que la compra sea toda una experiencia, no solo una manera de pasar el tiempo. Y en ese sentido, ¿ven algo más que se destaque en estas imágenes? -

Los empresarios se inclinan, para poder examinar mejor las fotografías.

- ¡Los trabajadores están usando ropa de nuestra línea de productos! - digo exaltada. 

- ¿Acaso no es bueno? -

- ¡No! ¡Transmite la sensación de que nuestra ropa es para cualquiera! ¡Queremos vender lujo! Y el lujo no es para todos. Si el personal usara uniformes, la tienda se vería más formal y elegante. -

Mientras hablo, se abre la puerta de la sala de conferencias.

El Sr. López interviene.

- Perdónenme, caballeros, pero necesitamos un momento. -

Al abrir los ojosWhere stories live. Discover now