Cap. 35

458 51 9
                                    

Frustrada, me giro para buscar un taxi, pero me encuentro a Liam apoyado contra la pared, con una pierna apoyada en esta. Parece que me estaba esperando.

- ¿Quieres que te lleve, Zoe? -

- ¿Esperaste por mí? - realmente me encuentro muy sorprendida.

- Me alegra de haberlo hecho. Hice planes para nosotros, si te sientes lo suficientemente aventurera. ¿Qué me dices? Ayudará a despejar tu mente. -

- Después de ese almuerzo, definitivamente necesito un poco de distracción. Pero algo que no tenga nada a ver con patadas. Pero aprecio ese "apoyo moral", si así lo quieres llamar. - lo único que puedo decirle son palabras de agradecimiento.

- Tal vez te duelan las pantorrillas por la mañana. - rice riendo con ganas.

- Mis pantorrillas pueden soportarlo. ¡Así que vamos a ello! - 

Liam pide un taxi y rápidamente nos ponemos en marcha hasta nuestro nuevo destino, el cual desconozco completamente.

Liam empieza a charlar con la conductora en catalán, y ella se ríe.

- ¿De qué se ríe? - pregunto con duda, ya que no estoy entendiendo nada de lo que dicen.

- Le dige adónde íbamos, y se emocionó mucho por ti. - dice mientras me mira por el rabillo del ojo y me sonríe.

La taxista nos lleva a las afueras de la ciudad, a un pequeño pueblo situado en una colina.

Al bajar del coche, puedo ver mucha gente que camina hacia una dirección, aunque me deja tranquila que la mayoría de gente vaya con niños pequeños.

Al menos sé que no es nada disparatado. 

Una musica suena por los altavoces esparcidos por las calles, y parece animar a la gente presente.

Por los altavoces también suenan varios sonidos de cencerros de vaca.

Algunos chicos jóvenes visten de blanco con un pañuelo rojo colgado del cinturón.

Estos corretean con cencerros en las manos, mientras gritan y animan a la gente a seguirlos.

- ¿Qué está pasando? - pregunto un poco confundida.

- ¡Vinimos a un festival! - tiene una gran sonrisa en su rostro.

- ¿Qué festival? -

- Se llama Boloencierro. ¿Alguna vez has oído hablar de los "encierros"? -

- Sí. ¡Y no lo voy a hacer! - digo con terror en los ojos, mientras doy pasos hacia atrás. 

- ¡Jamás te pediría algo así! Es demasiado peligroso. Pero el Boloencierro es diferente. Créeme, te va a encantar. -

- Está bien, pero si se pone demasiado loco, me iré y volveré al hotel. - digo no muy segura de mis palabras.

- Espero que estés preparada para correr. - parece que a Liam le divierte verme así.

- Pero dijiste que... -

Un grupo de hombres lanzan una esfera de espuma de tres metros de altura, calle abajo.

La esfera es blanca y tiene dibujado un toro al que le sale humo de sus fosas nasales.

Me pongo a reír de inmediato.

Quizá a causa de los nervios producidos por ver bestias de novecientos kilos, corriendo hacia mí con sus grandes cuernos. 

- ¡Pensé que sería un encierro con toros de verdad! ¡Pero es solo una pelota enorme! - sigo riendo sin parar.

- ¡Exacto! Es mucho más humano, y mucho menos aterrador. - una gran bocina suena de repente, haciendo que Liam no pueda seguir hablando. - ¡Es la señal! Tres... dos... uno... -

Mientras hace la cuenta atrás, me mira de reojo y me sonríe con picardía.

Parece que le gusta verme asustada.

La gente empieza a gritar de emoción y correr calle abajo para no ser aplastados por la gran bola.

Liam me agarra de la mano con firmeza.

- ¡Vamos! Es de espuma, pero no querrás que te caiga encima. -

Grito cuando los hombres empiezan a rodar y a redireccionar la pelota para que pase por medio de la calle. 

Liam y yo salimos corriendo calle abajo cogidos de la mano.

La pelota rebota detrás de mi, mientras el público anima a los corredores a que continúen adelante.

- ¡Corre, corre, corre! - grita Liam.

- ¡Lo siento, no sabía que iba a tener que escapar de una pelota enorme hoy! -

Liam ríe ante mis palabras.

Al rato, él ve que estoy exhausta y me saca del camino, para sentarme en un banco de madera cercano

La pelota rebota por la calle, dejándonos atrás.

- ¿Ha sido demasiado? - pregunta preocupado, mientras pone una mano en mi hombro.

- ¡No, eso fue asombroso! - digo riendo mientras veo a los últimos corredores pasar. 

- ¿Quieres hacerlo de nuevo? Pronto harán la segunda ronda. -

- Tal vez el año que viene. - digo mientras intento recuperar el aliento.

- ¿Eso significa que piensas venir el próximo año? -

- ¿Quién sabe? -

Si encontrara a la persona adecuada, tal vez podría mudarme...

- Oh, bueno. ¿Pero no crees que venir a este festival era mejor que quedarte en tu habitación toda la tarde? -

- ¡Claro! ¡Estoy muy contenta de haberlo hecho! -

Después de estar un rato mirando la segunda ronda, y de pedir un par de Coca-Cola y reírnos de la gente que pasa corriendo, nos volvemos al taxi.

Una vez dentro, apoyo la cabeza contra la ventana, melancólica. 

- Bueno... He estado pensando en ese trabajo. -

- ¿Y ya tomaste una decisión? -

- Por el momento, decidí ir a la entrevista. Porque si no, me voy a volver loca con ese tema. - hago una pausa para mirarlo a los ojos. - Si me ofrece algo, no sé si lo aceptaría. Pero igual quiero mantener esa opción. -

- Eso es muy sensato. Si quieres, te puedo acompañar para apoyarte. -

- ¿Lo harías? Gracias. Creo que lo voy a necesitar. Les enviaré un correo electrónico esta misma noche. - mi sonrisa hace que vea todo este tema con una pizca de emoción.

Toda la emoción posible que te puede dar una oferta de trabajo.

Él me sonríe, y me siento... Reconfortada. Confiada, incluso.

Al cabo de unos minutos, me quedo medio dormida en el asiento.

 Liam toma suavemente mi mano entre las suyas, y simplemente la sostiene.

Él cree que estoy dormida, o medio consciente, así que tiene más cuidado con los movimientos que escoge hacer en cada momento.

Sostiene mi mano en el hueco del asiento que nos separa.

La sostiene con cuidado, mientras me frota con su pulgar, a modo de caricia.

Mi corazón se acelera de inmediato, haciendo que sea casi imposible conciliar el sueño.

Pero siento que es donde tengo que estar.

No pienso en nada más, solo en lo agradable que es nuestro contacto. 

Al abrir los ojosWo Geschichten leben. Entdecke jetzt