9 - Ella es un encanto

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NOTAS

Hola, bella familia.

Hoy les tomo de sorpresa a mitad de semana para traerles un capítulo denso pero relajante -aunque sé de una que lo vivirá con intensidad-. 

Preparemos el terreno para la ansiada fiesta... :D

¡A disfrutar y darlo todo en los días que restan de la semana! ¡Ánimo!

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Ella es un encanto

Estuve despierta más de media noche a causa de los sentimientos encontrados que me acosaron tras el diluvio de placer. Como dos torbellinos coordinados, la imagen de la traición a Aiko y a mi hermano azotó mi conciencia.

El engaño a mi Ai había comenzado desde que permití que la foto de Ana me incitara a ocultar mi dolor para venir a conocerla. Empeoró cuando acepté que mi cuñada me gusta como chica. Sobrepasé los límites al tocarme pensando en ella, poniendo de relieve que también la deseo físicamente. Esa había sido mi elección en lugar de contemplar la foto de mi Ai como hacía cada noche.

Por otro lado, el pecado de desear a la novia de mi hermano se había originado de la misma manera, con la diferencia de que no lo consideraba grave porque no le haría daño a Eric. Solo debía callarme que siento algo por Ana y respetar su relación. Pero le fallé en el instante que me ilusioné con el coqueteo con Ana.

Aiko me entregó todo su amor y fue fiel hasta el final. Mi hermano me adora, tiene un gran corazón, y sé que haría lo que fuera por mí. Y yo les pagué manoseándome por Ana. ¡Soy terrible!

Lloré a intervalos por culpa del martirio en que me vi envuelta. Sin embargo, no podía negar que había disfrutado muchísimo. Una parte de mí estaba convencida de que no había hecho nada malo. Después de pasar tanto tiempo sin desear, sin recordar lo que eran el contacto físico y el placer carnal, Ana me hizo sentir viva en otro aspecto de mi vida. De hecho, mucho más que eso porque luego dormí plácidamente y desperté vivaz, como si me hubiera librado de una carga muy pesada que me estaba asfixiando.

Me consolé pensando que mi traición había sido sana, que no había herido a nadie porque solo pasó entre mi mente, mi mano y yo. Nunca saldría de aquella habitación. Aun así, me prometí que no lo volvería a hacer, pero...

Entré en el baño a media mañana. Mientras me lavaba la cara y me cepillaba los dientes, me invadían flashes del fruto de mi imaginación. Vívidas imágenes de Ana posando con sensualidad, entregándose a mí con la lencería puesta, ganaban fuerza segundo tras segundo. Ya en la bañera, aseando mi zona íntima con agua tibia y jabón, no pude contener el adictivo deseo de revivir la misma sensación que había sentido la noche anterior.

¡Ana, eres la tentación misma!

—Laura —pronuncia mi cuñada al otro lado de la puerta a la vez que la golpea con una mezcla de suavidad y agitación. Escuchar su inesperada voz agudiza mi tensión. ¿Cómo reaccionaría si entrara y me descubriera manoseándome? Tan solo imaginarlo y deleitarme con la melodía que emiten esos labios provoca que me penetre más profundo—, ¿te falta mucho?

—Cinco minutos más, por favor... —le contesto, esforzándome para disimular mi disparada excitación. Si ella supiera que es el motivo de que me esté retorciendo gustosa en la bañera.

—Vale, pero date prisa, ¿sí? —Una expresión tan banal que me resulta seductora al imaginarla como un ruego para que lama sus labios prohibidos con más afán.

—¡S-Sí! —Estremezco la bañera con la presión de mis piernas alborotadas.

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La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora