48 - Doble estaca en el corazón

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NOTAS

¡Hola, familia!

He aprovechado que este capítulo es más corto y lo he terminado del tirón para hacer más corta la espera hasta el fin de semana. ¡Disfrútenlo!

¡Un abrazote ricote!

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Doble estaca en el corazón

El suelo tiembla por cada estridente paso de miss Hulk. Antes me habría aterrado contemplar a la profesora abalanzándose hacia nosotras como un voraz tiranosaurio. Ahora me irrita que estropeara mi plan. Estaba segura de que Ani y yo nos íbamos a besar. Pero puedo soportarlo porque sé que Bernarda nos ve como novias, y apuesto a que eso será lo que subraye otra vez. Me interesa que Ani se lo vuelva a plantear en su cabecita negacionista.

—Lo siento, profesora. —Ani pide perdón por ambas tras alejarse de mí como si huyera de la Muerte. A la par, bajamos la mirada—. Aunque no lo crea, la ayudaba con la falda —alega con voz de niña dócil.

—Sí, es muy obvio, y ella a ti —señala Bernarda, mezclando dureza y sarcasmo.

—Me refiero a que se le había atascado la cremallera —especifica Ani.

—¡Qué casualidad! —Para mi asombro, Bernarda agarra mi falda y me despoja de ella en un pestañazo. Yo sabía que no estaba atascada, y Ani, la descarada Ani, también fingió que lo estaba para entretenerse tocándome—. ¿Cuánto he tardado? ¿Diez segundos? —Eso sería una eternidad comparado con lo que tardó en realidad—. No sé qué pensar de todo esto. O bien os burláis de mí...

—¡No, profe! ¡Eso no! —chilla Ani enseguida.

—No me interrumpas, Ana. Recibiréis otro castigo. Quiero un trabajo detallado sobre el voleibol para la próxima semana. —Bernarda está al borde de carbonizarnos con una llamarada.

—Profe, no —le suplica Ani. Yo ya me habría arrodillado a sus pies por ese tonito sensiblero e irresistible que emplea para manipularla—. Tenemos exámenes la semana que viene.

—Ese no es mi problema. Habed usado la cabeza. Y, si me vuelves a replicar, será peor. Recordad, detallado. Nada de copiar y pegar de Internet. Pienso revisarlo de principio a fin. —¿Y qué más, Bernarda? ¿Nos pondrás a correr bajo el sol o bajo la lluvia? ¿Empuñarás un látigo para atemorizarnos? Estoy esperando a que hagas énfasis en el acto que presenciaste por segunda vez.

—¡Puf! Vale... —resopla Ani. Debería verle el lado bueno al castigo. Haremos el trabajo juntas, eso significa que pasaremos más tiempo a solas. ¿No era eso lo que quería?

—No te quejes. Recordad que esta tarde os toca venir al entrenamiento. Será cada viernes y lo ampliaré a más días si seguís con esta indisciplina. Es más, os jugáis una expulsión —nos amenaza Bernarda sin piedad.

—Oh... —pronuncio con debilidad. Una expulsión no favorecería en nada mi buena reputación como estudiante.

¿Ani habrá caído en que su propuesta de paseo no iba a ser posible?

—Laura, termina de cambiarte y asegúrate de que tus compañeros están calentando —me ordena la profesora—. Ana, quédate un momento. —¿Por qué la retiene? No quiero que la castiguen más que a mí. Esta no era la idea.

Me gustaría protestar, pero sería un error provocar más al ogro que se ha despertado bajo esa piel humana. Preocupada por el destino de Ani, intercambio una afligida mirada con ella y acato la orden sin rechistar.

***

No supe qué pasó en el vestuario después de que me marchara. Sin embargo, fue evidente que Bernarda mantuvo una conversación profunda con Ani porque ambas regresaron a la cancha sumidas en pensamientos. Intenté sonsacarle información a Ani sobre su estado reflexivo durante la clase de voleibol, pero su lengua se resistió a hablar. Supuse que quería aparentar que estaba concentrada porque Bernarda nos vigilaba como una carcelera a sus reas.

La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora