La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]

18 - El renacer del rencor I

NOTAS

¡Feliz sábado, familia! 

Espero que estén teniendo un fin de semana espectacular. Al mío le falta un poco de sol, pero como buen escritor, encuentro la inspiración hasta en los días más grises -es literal, ¡eh! Hace viento y llueve por aquí, no es que haya caído en depresión-. 

Creía que me daría tiempo a escribir el capítulo completo, pero no pudo ser. Miremos el lado bueno, mañana podría haber otra actualización si consigo terminarlo. Por eso les recomiendo seguirme en FB, IG y Wattpad para que no se pierdan ninguna novedad.

Si miran esta noche a las estrellas, contemplarán todos los besos que les envío. (Rezo para que el cielo no esté nublado, ¡ja, ja, ja!)

¡Les quiero, familia!

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El renacer del rencor I

Los orgasmos que vivo imaginando a Ani son tan intensos que siento que renazco después de ellos. Se está convirtiendo en una adicción desearla y ansiar el contacto físico con ella. Anoche silencié un estruendoso gemido torturando un dedo entre mis dientes. Cuando mi cuerpo se arqueaba de placer por el juguete que vibraba en lo más profundo de mí, mi mente visualizaba la mano de Ani haciéndome suya en el cine.

Tener la cabeza fría a primera hora de la mañana provoca que me cuestione mis sentimientos. Me siento confusa respecto a mi cuñada. ¿Y si no es amor verdadero lo que despierta en mí? ¿Y si mi enamoramiento solo es fruto del adictivo placer carnal del que he estado privada desde que perdí a Aiko?

Siempre he creído que solo existe un alma gemela y un amor único, ese que trasciende eternamente de una vida a otra, que se busca en cada reencarnación. Tuve la sensación de que Ana es un amor especial que habría deseado, pero mi hilo rojo del destino está conectado con Aiko.

Quisiera quitarme la venda de la lujuria de los ojos y comprobar que todos esos detalles que valoro de Ana me han enamorado de verdad. Quisiera saber si estoy aquí por obra del destino o porque mi subconsciente necesitaba aferrarse a algo para sacarme de la oscuridad.

Si algún día cometiera el error de besarme con mi cuñada, me gustaría disipar toda la nebulosa que vuelve a atormentarme. No sé cómo afrontaría que nunca olvidaré a mi Ai sabiendo que amo a otra chica. Pero lo que no permitiré es que Ana juegue conmigo con su tonteo seductor. Puede que estemos creando lazos afectivos entre nosotras, pero desconozco sus intenciones ocultas. Antes de que ella me enloquezca para que confiese que la encuentro irresistible, la enloqueceré yo para que me aclare sus sentimientos por mí.

He de admitir que anoche me habría gustado escuchar sus gemidos como audio de fondo mientras me tocaba para potenciar la estimulante sensación. Habría dado por sentado que realmente supo mantener la boca cerrada para no hacer ruido, pero no hubo golpeteos de la cama, ni vibraciones raras ni rugidos de Eric. Me pareció distinguir algún chillido y murmullos, pero nada relacionado con una actividad sexual. Según mis suposiciones, basadas también en que Ana me demostró lo activa que es, ella no habría desperdiciado esa noche con mi hermano.

¿Qué habrá pasado? ¿Eric se habrá tomado a pecho su ataque de celos y se guardaría la reprimenda para antes de dormir? Esa podría ser la razón por la que he notado a mi cuñada tan desvanecida desde que nos cruzamos por el pasillo.

Aprovecho para acercarme a Ana mientras mi hermano se prepara en el baño para ir al instituto. Recuerdo que ella ya estuvo mal una vez y no quiso contarme nada, pero hoy luce más afectada. Sus ojos apagados no expresan cansancio, sino dolor. La magia de sus alegres labios se ha convertido en una curva de puro desánimo. Me aflige ver a mi rayo de luz así.