La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]

59 - Lista actualizada

NOTAS

¡Hola, familia!

No pensarían que se quedarían sin saber más detalles sobre las salidas secretas de Laura esta semana, ¿no? Están a punto de descubrir más información reveladora...

¡Tengan una linda semana!

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Lista actualizada

Planeo merodear la caravana de Angie esta tarde como hice ayer. Puede que hoy tome algún tipo de acción para saber más cosas sobre ella, como acercarme a una de sus amantes. Si Ani decidiera no verse más con ella, no habría necesidad de seguir investigándola. Me pondré hasta arriba de espaguetis otra vez. ¡Quién sabe cuántos días pasen hasta que pueda probarlos de nuevo!

Pero tengo las energías concentradas en la clase de Filosofía en esta mañana de jueves. Antes de que empezara la hora, noté el incremento en la ansiedad de Ani. Su sonrisa se debilitó hasta ser forzada y su pierna se aceleró como si deseara salir huyendo del aula. En cuanto el profesor entró, ella se puso más tensa. Mi Ani...

A medida que los minutos pasan, Ricardo la convierte en el objeto de sus chistes explicativos. No es una novedad en él, pero sí el hecho de que la acose con la mirada con más frecuencia que antes, además de haber subido un nivel en la connotación sexual de sus metáforas. El apodo de Manzana abunda más en su palabrería, como si pretendiera recordarle algo a Ani o gobernar su atención.

Las piezas terminan de encajar por sí solas cuando el profesor ronda nuestra mesa. Se pasea como un lobo hambriento hasta ubicarse detrás de la silla de Ani. Los alumnos escuchan a Ricardo explicando el tema del día, pero yo veo la angustiosa mirada de Ani, que se estremece cuando el lobo le pone las garras encima del hombro. Contemplar a mi Ani sobrecogida provoca que exprima mi estuche de bolígrafos, deseando que fueran los dedos de Ricardo para quebrárselos.

Él le hizo algo a Ani en el despacho para que ella se muestre tan retraída e incómoda con su presencia. Si abusó de mi Ani, ¡lo voy a matar!

***

Tuve que respirar hondo como Ani para calmar mis ansias de clavarle todos mis bolígrafos en la mano a Ricardo. Ya no veo a ese hombre con los mismos ojos. Desde que le tocó el hombro a Ani, no puedo reprimir las perturbadoras imágenes que se proyectan en mi mente sobre lo que ese degenerado le pudo haber hecho en el despacho.

Ojalá pudiera saber lo que pasó con exactitud para encargarme de él del modo más apropiado. Pero no debo sucumbir ante los impulsos. Necesito descubrir más y trazar un plan bien elaborado. Ricardo no es un niño como Mario. Mientras Ani no se vuelva a quedar a solas con él, estará a salvo. He de actualizar mi lista. Por primera vez, los nombres más recientes que figuran en mi cuaderno significan que no son para protegerme a mí, sino a otra persona a la que quiero, a mi Ani.

Acompaño a Ani al patio, donde Claudia nos espera. La pobre Ani anhelaba escapar del aula, volar libre como un pajarito que había estado enjaulado. Ella ya tenía todo recogido para salir disparada en cuanto sonara el timbre. Pero el Mal la acecha por todas partes. Creía que tendríamos paz después de deshacerme de Mario, pero tengo la sensación de que solo atravesamos el ojo del huracán.

El cuerpo de Ani se sacude cuando Sandra, al pasar junto a ella, le choca el hombro bruscamente.

—¿Hueles eso? Es lo tensa que te pongo —escupe Sandra, exhibiendo una sonrisa más siniestra que la de sus espectros. No quiero que esa trastornada se acerque a ella. No quiero que regrese a su vida. Eso es lo que intenta con roces como este, y vio una oportunidad cuando Ani nos protegió a Aura y su grupo y a mí. Por suerte, Ani la ignora.