La novia de mi hermano 1 [Disponible en físico + Extras]

22 - La perdición reside en sus labios

NOTAS

¡Hola, familia!

Me encanta poder sorprenderles entre semana con un capítulo. Espero que disfruten con el que les he horneado para hoy.

Gracias por todos sus votos y comentarios. ¡Tengan una linda semana!

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La perdición reside en sus labios

Aunque descubro los besos de Ana por primera vez, tengo la sensación de que los he saboreado antes, como si el sueño que tuve hubiera sido muy vívido. Pero hoy estoy segura de que es real. Lo que tanto he anhelado se está cumpliendo.

Un agradable cosquilleo me recorre de la cabeza a los pies, erizándome la piel durante el recorrido. Mi afligido corazón responde con vigorosos latidos, estremeciendo todo mi pecho como un reflejo de sus revitalizadas ganas de vivir. Gracias a que ella oxigena mis pulmones con su tibio aliento sé que aún respiro. Un intenso calor se expande por mi interior hasta entumecer mis sentidos y mi cuerpo.

Tan solo queda la apasionante boquita de Ani adueñándose de mí. Como una marioneta sin voluntad, le entrego mis labios para que los disfrute y los devore a su antojo. Mientras que yo la arrastro hacia mí y la mojo con la suavidad de una ola serena, ella me invade como la posesiva llama de un volcán en erupción. Su pasión me consume de tal manera que fantaseo con que me tumbe sobre la cama y conquiste más partes de mí con el mismo fervor. Cuando creo que me quemará la piel de los labios, los absorbe con los suyos y los refresca con su juguetona lengua, la que me tienta a imaginarla sometiendo mi punto más débil.

Sabía que Ana me gustaba y que me he estado enamorando de los detalles que he ido conociendo de ella, pero este prolongado beso se ha convertido en mi perdición. El encanto de sus tiernos y sensuales labios la describe muy bien, completa la conexión que me faltaba por sentir. Habría preferido que nuestro primer beso fuera de amor y no con sabor a lágrimas, pero no me importa porque sigue siendo romántico para mí, pues siento que beso su corazón, su verdadero ser sensible.

Ana me ha seducido con su inesperado beso y ha abierto una puerta más entre nosotras, pero siembra nuevas incógnitas en mí. No sé si ha sido por un impulso en busca de amor, consuelo y aceptación o si de verdad le gusto. En cualquier caso, por ahora estoy dispuesta a jugar el papel que ella quiera para aliviar su dolor.

—Yo... —pronuncia Ana con debilidad tras privarme de su adictiva boca. Debo estar tan sonrojada como ella, pero da igual porque ya no lloramos y tengo un mínimo de esperanza de que confiese que le ha gustado besarme—. Laura... —Su titubeo se prolonga y, dentro de mi atontamiento, percibo que se encuentra en una situación comprometida.

No puedo ser egoísta, no puedo someterla a más presión a sabiendas de que está mal a nivel emocional. Hoy seré su pañuelo, su cuñada, el hombro de una amiga, lo que sea. Asumo sacrificar mis sentimientos.

—Eres tan bonita y encantadora. —No creí que alguien tan diferente pudiera gustarme como Aiko, quien también me entregó su alma en nuestro primer beso—. De verdad, no creo que mi hermano te haya cambiado por ninguna. Te quedarás, ¿sí? —Después de tantas lágrimas amargas y un sorpresivo derroche amoroso, hay sitio para regalarte una sonrisa esperanzadora.

—Tenía que agradecerte de alguna manera lo buena cuñada y amiga que estás siendo conmigo —alega Ana, pero sin mirarme a la cara. Como fue ella quien me besó, necesita ponerle una etiqueta a ese beso para que no se vuelva un tormento en su mente. O sea, quiere verlo como "un beso de agradecimiento"—. Me quedaré hasta que se defina la situación entre Eric y yo. Lo haré por ti. —¡Sí! Ya no se irá con el corazón destrozado.