12. Desastre

3.7K 737 172
                                    

Supo que no estaba solo cuando una sensación desagradable recorrió su espalda. No era miedo como tal, sino una sensación de desgrado, algo instintivo. Y como no ¿cierto? Si un ser peligroso e impredecible como lo era un demonio se acercaba, tu cuerpo iba a reaccionar de alguna manera. Se giró lentamente sabiendo que de nada serviría precipitarse y atacar. Sonrió fríamente cuando sus ojos se toparon con los negros de Daen. Oh, el demonio no estaba feliz. Pues bien, era justo eso lo que había esperado.

—¿Qué crees que estás haciendo?— preguntó Daen con una expresión peligrosa en su rostro que poseía una belleza sobrenatural. —Dejaste escapar al humano. Y mataste a mis aliados.

Luego de que el chico cazador se fuera, Brogan mató a los secuaces de Daen que aún había dejado con vida. Ahora solo quedaban  cuatro cuerpos sin vida a sus pies.

—Sí. Lo hice. ¿En dónde está mi perro?

—Muerto. Le arranque la cabeza.

—Mientes— en realidad no podía estar seguro. Sin embargo esperaba de todo corazón que su perro siguiera con vida, era lo único que realmente le importaba— ¿lo has alimentado?

—¡Te hice una pregunta! ¿Por qué lo dejaste ir?

—Porque podía. Porque no pierdo nada al hacerlo, porque al parecer eres un jodido mentiroso y no puedes repararme. Por lo tanto no tengo por qué cumplir mi parte del trato, así de simple.

Sintió el aire cambiar a su alrededor, volverse como eléctrico, cargado de peligro. Daen se acercó a él dando largas zancadas. No dudó ni por un miserable momento antes de tomarlo por el cuello. Y no importaba si era más delgado y más bajo de estatura que Brogan, eso no impidió que lograra levantarlo del suelo. La mano apretaba lo suficiente como para que fuera difícil respirar. De cualquier manera no intentó defenderse.  ¿Qué sentido tenía? Si iba a matarlo, no había nada que pudiera hacer para evitarlo.

—¿Acaso no lo entiendes? Si dejas a Lucifer libre, entonces tú mundo caerá en caos.

—Lo mismo va a pasar si tu jefe gana— se rió. —en cualquier caso, no obtengo ningún beneficio. Me da igual quien gane. Así que si vas a matarme date prisa o Lucifer se te va a escapar. Y no quieres eso ¿Verdad?

—Eres tan inútil…

Daen no terminó la blasfemia que sin duda pensaba soltar, porque afuera estalló el caos. Disparos, gritos, golpes. Toda una fiesta. El demonio lo soltó entre maldiciones y salió corriendo para averiguar lo que estaba sucediendo. Y ya que no tenía nada mejor que hacer. Brogan lo siguió, con demasiada curiosidad.

Y es que para él era así. A veces se preocupaba por el futuro del mundo. Y a veces solo quería que todo se fuera al carajo, que el mundo se acabará. Bueno, en ese momento sentía que quería caos.  En el fondo tenía curiosidad por saber lo que ese chico, Nash Phoenix, era capaz de hacer para mantener a salvo a Lucifer. 

En realidad no culpaba al chico. No lo conocía, pero él mismo fue tan jodidamente idealista alguna vez, creyendo que había manera de salvar al mundo. De hecho Brogan fue tan idealista que eligió volverse un soldado, diciéndose que ciertos males era mejores que otros y todo fuera en pro de un bien mayor. Estaba tan equivocado. Y quizá en algún momento Nash Phoenix se daría cuenta de eso.

Solo esperaba que no se rompiera de manera irreparable antes de que eso sucediera. Justo como él.

~~*~~

Tiró de Lucifer hacía el costado de otra de las bodegas justo cuando los disparos sonaban a su alrededor. Su corazón estaba vuelto loco a causa de la adrenalina. Joder, las cosas no hacían más que complicarse con cada día que pasaba al lado de  Lucifer. A ese paso corría el riesgo de morir antes de que acabara la semana.

La Oscuridad Seduce ©Where stories live. Discover now