Portada cortesía de @UmbraBlack 🖤
¿Te rendirías ante el señor de la oscuridad?
¿Lo harías incluso si va en contra de todo en lo que crees?
¿Protegerías y soportarías su mimado y exasperante trasero por el bien de la humanidad?
NO copias
NO adaptac...
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Capitulo dedicado a mrengifocalero ¡¡Felíz cumpleaños!! 🥳🥳
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Habían pasado unos cuantos días después del altercado en la habitación de Nash y okey, Lucifer estaba para nada orgulloso de la terrible perdida de control que experimentó ese día. Aunque tampoco es que haya estado preparado para que al aparecer en la habitación de su humano, se toparan con que este estaba impregnado con el aroma y la escencia de otro tipo. La oscuridad se volvió loca y Lucifer poco pudo hacer para aplacarla.
Aún después de los días transcurridos seguía sintiendo un rastro de furia nadando en el fondo de su mente cada que veía a Gabriel. Y lo había visto mucho, para su desagrado. Después de lo que pasó no había manera de que Lucifer dejara demasiado tiempo por su cuenta a Nash, lo que era una putada porque tenía un montón de cosas que hacer en su reino. Así que su tiempo estaba dividido entre asegurarse de que su reino no se desbaratara y averiguar qué era lo que estaba pasando con Bambi y con el estúpido Gabriel.
Lo frustrante es que no podían solo ir por ahí preguntando a cualquier ángel, demonio o caído, si sabían algo al respecto. Porque era una situación de sumo cuidado, información que no podían dar a cualquiera. Y luego estaba la parte en la que nunca jamás se había visto que sucediera algo parecido. Los ángeles que perdían su divinidad nunca iban a recuperarla. Y sin embargo, Gabriel lo había hecho, más o menos.
En aquel momento se encontraban en una vieja bodega que Azazel había alquilado a las afueras de la ciudad para que Nash, Gabriel, la niña profeta y Miguel entrenaran sin ojos curiosos de vecinos entrometido tratando de averiguar lo que estaban haciendo. Porque sí, luego del altercado de la ventana, Azie y Sam tuvieron que recorrer el vecindario borrando recuerdos en la mente de los vecinos que escucharon el escándalo. Uno de ellos hasta vio a Lucifer y sus alas negras.
Entonces estar en un lugar apartado parecía ser lo más sensato.
Sus ojos de un azul cristalinos estaban fijos en las dos figuras que se enfrentaban en aquel momento. Estaban en una esquina de la bodega, la cuál habían convertido en una especie de "arena" de lucha. Incluso el suelo estaba recubierto con esteras delgadas, pero lo bastante suaves para hacer que las caídas no dolieran tanto. Era dónde se solía llevar a cabo el entrenamiento de batalla cuerpo a cuerpo. Y en ese momento, Nash y Gabriel se movían uno frente al otro, como acechándose, con las manos alzadas y los puños cerrados, esperando el momento justo para atacar.
Gabriel no había sido capaz de desplegar sus alas de nuevo, pero si podía cambiar sus ojos a voluntad, en esa dualidad de colores que nunca antes había portado. Dorado y violeta. Gabriel se movió veloz, fingiendo ir a la derecha con bastante agilidad, Nash casi cayó en la trampa, sin embargo, se dio cuenta a tiempo de que Gabriel estaba lanzándole un gancho con la mano izquierda, el chico se agachó y al mismo tiempo barrio los pies en la suelo logrando que el... ángel cayera al suelo soltando una carcajada.
