46. Piezas

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Les deseo un feliz y próspero 2023!!! 🎉🥳❤️
Vamos con todo. Con actitud, con buenas vibras. Sin olvidar la amabilidad, el respeto, por los demás y por nosotrxs mismxs. Un mega abrazo para ustedes 🎇.

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Llegó de nuevo frente a la puerta y giró sobre sus pies yendo hacia el fondo de la habitación

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Llegó de nuevo frente a la puerta y giró sobre sus pies yendo hacia el fondo de la habitación. Había perdido la cuenta de las veces que había hecho eso mismo. Le dolían las plantas de los pies. No ayudaba estar descalza, no le habían dado zapatos luego de haber sido metida en ese lugar. Abadon había vuelto unas horas después de encerrarla en la habitación de paredes frías junto a Lucifer. Llegó con dos mudas de ropa, simples conjuntos de camiseta y pantalón en color gris pálido, sin zapatos, sin nada más. El demonio le dijo a Kia que podían ducharse en el baño de la habitación, como si ese fuera un regalo por el cual agradecer.

Sin embargo, la chica accedió porque era eso o mantenerse sucia. Además la ropa de Lucifer había estado arruinada y necesitaba limpiar su espalda para que las heridas que tenía ahí no se infectaran.

No tenía idea de cuánto tiempo llevaban encerrados, pero Abadon les había llevado ropa limpia en tres ocasiones más. Así que Kia sospechaba que llevaban cuatro días encerrados. La peor parte era no tener una noción exacta del tiempo de encierro. Sino el hecho de que Abadon volvía para buscar a Lucifer cada cierto tiempo, se lo llevaba por un rato y luego lo regresaba luciendo nuevos golpes, con la ropa manchada de sangre y en estado aún más débil.

Kia Madow no era ingenua, sabía lo que estaba pasando, pero trataba de no pensar en ello porque se le revolvía el estómago y la culpa la carcomía por dentro al no saber cómo detener aquella tortura. Lo único que podía hacer era esperar -rogar en silencio- a que Lucifer fuera devuelto con vida.

Se mordisqueó las uñas de los dedos en la mano izquierda. Lo cual fue doloroso porque había estado haciendo eso demasiado a menudo, la uñas estaban demasiado cortas y sus dedos habían empezado a sangrar. Debía detenerse, lo sabía de sobra, es solo que era la única manera de no perder la calma, de mantenerse cuerda ante aquella situación que la sobrepasaba. Tampoco es que hubiera otra cosa que hacer. La habitación era grande, pero no había nada ahí, nada más que suelos y paredes frías, además del baño al fondo. Empezaría a perder la cabeza. Sufriría algún tipo de colapso por el encierro. 

¿Qué podía hacer para salir de ahí? No tenía la menor idea. Seguía dándole vueltas a la situación, pero hasta el momento cada uno de sus planes eran descabellados e imposibles. En especial porque ella no era una oponente para Abadon y en el hipotético caso de que lograr escapar, no podría llevar a Lucifer con ella en el estado de debilidad en el que se encontraban ambos. Pero además…¿si escapaba de Abadon cómo lograría sortear a todos los demás demonios en aquel recinto? Y eso sin contar a Jofiel y la misma Belcebú. Estaban atrapados y las probabilidades de huir eran cada vez más escasas. No quería perder la esperanza; pero ni siquiera sabía si los demás estaban a salvo, planeado rescatarlos.

La Oscuridad Seduce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora