54. Erradicar el mal

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Capitulo dedicado a bangtan-girl2 ✨😘

—¿Estás seguro de esto?— le preguntó Miguel en cuanto lograron llegar hasta donde él y Lucifer se encontraban

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—¿Estás seguro de esto?— le preguntó Miguel en cuanto lograron llegar hasta donde él y Lucifer se encontraban. 

Su hermano mayor se veía preocupado y Gabe sabía de sobra por qué. ¡También estaba preocupado! Y bastante aterrado. Aunque también podía ver la ironía en el asunto. Los tontos grilletes de castigo fueron parte del por qué las cosas cambiaron tanto. Y ahora que la situación se había estropeado más allá de lo posible, eran esos mismo grilletes de castigo los que podía darles la solución que tanto buscaba. Al menos lo sería si su plan funcionaba, porque había una infinidad de cosas que podían salir mal, eso lo tenía más que claro. 

Así que viendo directo a los ojos de su hermano, negó con la cabeza y tragó en seco. Gabe nunca había sido mucho de sentimentalismos, era más bien alguien práctico y distante, pero justo en ese momento no le hubiera importado recibir un abrazo. Por eso cuando Miguel lo atrajo hacia su pecho, no se resistió, en su lugar lo rodeó con un agarre firme, recostando la frente en su hombro. Ah, Miguel siempre había tenido un toque casi terapéutico y lograba hacerlo sentir seguro.

—No tienes que hacerlo— susurró su hermano mayor—. Podemos buscar una solución.

—Y eso nos llevaría tiempo. Gastar más recursos y energía. No podemos permitirnos eso.

—No tienes que ser un mártir— dijo Lucifer, parándose a un par de pasos de distancia—. ¿No te quejas de los demás cuando intentan ser héroes?

Rodó los ojos separándose de Miguel. Aún no estaba en buenos términos con Lucifer, pero tampoco iba a empezar una discusión en aquel momento, cuando tenían poco tiempo como para perderlo en tonterías.

—No trato de ser un héroe. Solo busco la solución más rápida ¿Entonces haremos esto o no?— preguntó con un aire molesto.

Podía sentir la inconformidad de Ely a sus espaldas, aunque ya había accedido a dejarlo tomar un riesgo tan grande. Y estaba bien, lo entendía, era una locura lo viera por donde lo viera. Ni siquiera sabía si serían capaces de someter a Belcebú por al menos un minuto. Requeriría un trabajo en equipo, que todos se concentraran al máximo. Lo cual era difícil con todos esos tentáculos y las ráfagas de poder desmedido que Belcebú estaba soltando. 

—¡Dejen de perder el tiempo y vengan a enfrentarme!— gritó la demonio chocando una y otra vez con la ligera barrera que Ely y Miguel habían levantado no hacía mucho para darles algunos minutos.

—Necesitamos a los demás aquí— Nash tenía una expresión determinada en su rostro, aunque la preocupación también estaba ahí—. A mí padre por lo menos. 

—Yo voy por él— ni bien lo dijo, Daen desapareció, materializándose un segundo después hasta el otro lado del extenso terreno, en dónde los aliados trataban de abrirse paso entre tantos tentáculos. 

La Oscuridad Seduce ©Where stories live. Discover now