Capítulo 23. Simplemente Omega (Pt.1)

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Byul aún tenía su pomposo vestido de gala para cuando la noche llegó, Seungkwan tenía la pijama de la muñeca a un lado al igual que la suya sobre la cama, ambas listas para solo ponerse y descansar, incluso su vaso de agua y sus vitaminas estaban ...

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Byul aún tenía su pomposo vestido de gala para cuando la noche llegó, Seungkwan tenía la pijama de la muñeca a un lado al igual que la suya sobre la cama, ambas listas para solo ponerse y descansar, incluso su vaso de agua y sus vitaminas estaban en la mesita de noche. Había sido un día agitado, con la boda de Woozi, el tema de las cajas y el pequeño encuentro romántico apenas le quedaba energía para dormir, y vaya que necesitaba dormir.

Mañana sería el ultimo golpe. La graduación y el fin de la escuela Pledis. Aunque mirando el reloj se daba cuenta de que ese mañana se volvía en unas horas, dentro de cinco minutos sería la dichosa fecha y él tendría poco tiempo para dormir, así que se apresuró a quitarle los zapatos a Byul. Jun la había vestido esa mañana así que ella estaba un poco demasiado elegante. Despues de todo habían ido a una boda.

La puerta de su habitación se abrió de pronto dejando pasar el aroma cítrico a limón de Seokhwa, y este apenas cruzó miradas con él, entrando y solo sentándose sobre su cama, arreglando su ropa y su cabello.

Seokhwa siempre había sido una hoja en blanco para Seungkwan, alguien difícil de leer porque controlaba sus feromonas al punto de mantenerlas en una sola línea, sin darle una pista de sus emociones o sus pensamientos, y solo mostrándole la cara que quería. Seokhwa era la única persona que no podía descifrar. Pero estaba seguro de que no le agradaba para nada al chico, y que este tenía cierto rechazo a él.

—Esa muñeca... Todo el año me estuve preguntando porque la llevaban siempre.— Habló Seokhwa con un tono amigable en su voz, y su aroma estaba suavizado, agradable. —¿es importante?

Observó a Byul, su pequeño zapato por fin desprendido de su pie enfundado en una pequeña calceta. Jun se había esmerado tanto en vestirla como vistió a Jeongkwan. Y eso lo hizo sonreír, porque Seungkwan estaba seguro de que Hyejin habría tenido el mismo cuidado con ella.

—Se llama Byul.— Explicó girando hacia Seokhwa para que este pudiera apreciarla mejor. La linda muñeca sin un zapato. —Era de una amiga. Ella ya no pudo cuidarla así que se quedó con nosotros. La cuidamos como ella lo haría.

Seokhwa abrió los ojos como si todo cobrara sentido y asintió.

—¿Quién es esa amiga?

—Su nombre era HyeJin. Seo Hyejin. Ella era buena con su olfato.— Señaló su nariz. — Era tan buena como un sabueso, detectaba las feromonas como si pudiera verlas. Aunque... creo que debiste de haber escuchado antes de ella. Era hija de Minsook.

No hubo cambio en el aroma de Seokhwa, aunque Seungkwan intentó tomarlo por sorpresa. Este chico no cambiaba con nada, siempre con el rostro perfecto e inexpresivo, con su aroma plano y con sus acciones cortadas. Era limpio, era blanco. Lo único que Seungkwan tenía de él era el hecho de que estaba ocultando algo.

Si Seungkwan fuera un poco más idiota, si fuera ingenuo y si su olfato no estuviera entrenado habría confiado en que este cambio de comportamiento era un milagro de la luna, que este chico había cambiado de opinión y que por fin había terminado esa guerra silenciosa. Pero no. Seungkwan no iba a caer en ese truco. Este chico joven y de piedra estaba ocultando algo, lo ocultaba debajo de ese aroma agradable y este ambiente ligero, como si pusiera una venda en los ojos de Seungkwan. Una venda que él mismo podía quitarse.

Simplemente omega [Seventeen]Where stories live. Discover now