3. LA CURIOSIDAD MATÓ AL GATO

2.5K 195 1
                                    


Eloy Gold

—«Prometo no dejarte sola hasta que consigas ligue» —la lengua se le afloja a medida que pasan los tragos de tequila—. Eso fue lo que me dijo.

—Por lo visto —me quedo embelesado con el ruidito que hace al absorber el limón. Toda ella es... eléctrica—, no cumplió su promesa.

—¡Al verme bailar con el primer desconocido se fue! —exclama como si fuera el fin del mundo. De no ser por por la alta música, las risas y los gemidos, su voz tronaría en todo el lugar—. Que disfrute al máximo su noche, porque puede que sea la última para ella.

Su amenaza solo aumenta la expectación y... ¡Dios!, ¡la tengo dura!

Jamás me había pasado algo así... sin hacer, ver, o tocar nada. Podría decir que es la bebida la que vuelve la situación más abrumadora, pero sería mentira, puesto que he bebido muy poco. En su lugar, me he encontrado disfrutando de su compañía... y de las sensuales curvas que saltan a la luz debajo del ajustado vestido.

—¿Debería sentir miedo? —pregunto con tono de mofa.

—Intenta propasarte y ya hablaremos.

Me resulta imposible contener la carcajada que sale desde el fondo de mi garganta.

—Entonces, has venido por una apuesta —cambio de tema, picado por la curiosidad.

—Algo así —suspira antes de volver a beber—. El punto es que he perdido... en más de un sentido.

El rostro se le apaga de pronto, como si acabara de recordar algo, intrigándome todavía más... si se puede. La examino de pies a cabeza con los ojos entrecerrados... Es extraña, inusual, definitivamente nada de lo que acostumbro a ver en clubes como estos.

—¿Y qué apostaron? —sacudo la cabeza de manera sutil para salir de mis extraños pensamientos.

—La colada del mes... —toma sal y bebe— y secuestrar a un tipo.

Nos quedamos viéndonos en silencio, yo escéptico, ella seria.

—No estás de broma —afirmo—. ¿Y qué pecado ha cometido dicho sujeto para apostar su libertad?

—Hipnotizarme —responde de forma escueta—. ¿Nunca has deseado algo tanto, aunque no puedas tenerlo, que te hace soñar despierto?

«Ahora mismo, sueño con morder tu boca»

—Alguna que otra vez —me encojo de hombros distraído.

—Pues a mí me pasa todo el tiempo. Ni siquiera sé por qué te estoy contando todo esto —rezonga arrastrando un poco las palabras. El alcohol comienza a hacerle efecto, aunque todavía no ha llegado a la ebriedad... por suerte para mí—. Solo quería comprobar si el viejo refrán de «un clavo saca otro clavo» era cierta.

La obsesión por un hombre... ese es el motivo que la ha traído hasta aquí. Con razón me intriga. Mi instinto me indica que solo he rozado la punta del iceberg.

—Puede que funcione —cavilo, frotándome la barbilla pensativo—, siempre y cuando el nuevo clavo no se te quede atascado.

Me observa con los ojos achinados antes de apuntarme con su dedo índice y sonreír.

—Bien pensado. No pensé que diría esto, pero me ha gustado platicar contigo... La noche no ha sido un fiasco del todo.

—Lo mismo digo —me veo murmurando. Un agudo chillido de éxtasis se escucha de fondo y ambos desviamos nuestra atención hacia la piscina, en donde más de una pareja comparte un placer mutuo—. ¿Te molesta lo que ves? —inquiero al notar su expresión incómoda.

Seduciendo a mi JefeWhere stories live. Discover now