Capítulo dieciséis

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El salón poco a poco se va desocupando. La fiesta ha acabado y la mayoría de los niños se han marchado. Solo quedan los amiguitos más cercanos de la cumpleañera, a quien ya se le empieza a notar el agotamiento.

— Estás muy callada —comenta solo para mí mi mejor amiga, sentada a mi lado.

— No le gusto a tu suegra —digo en el mismo tono de voz.

— Yo tampoco le gustaba en un principio. Es muy protectora con sus hijos —argumenta en su defensa—. Solo necesita tiempo para conocerte mejor. Aunque le tengo mucho cariño, debo reconocer que es un poco conservadora.

— Sí —concuerdo—. La familia Gold se ve muy conservadora.

— Pero sus hijos han logrado romper los estereotipos —replica—. Eloy, quien supuestamente debía suceder a su padre, se plantó ante la familia y decidió estudiar Periodismo. Daniel, además de Economía y Finanzas, quizo estudiar Literatura Inglesa. En cuanto a la hermana más pequeña, decidió abandonar el legado familiar para dedicarse a la cocina. Sus padres no les apoyaron en un principio, pero luego aceptaron sus decisiones. Y hoy en día, están muy orgullosos de los tres.

— No es para menos —alego—. Han obtenido grandes logros.

— Sobre todo Riley —destaca—. ¿Sabías que se fue a Francia sin ninguna fuente de ingresos y comenzó desde abajo?

— No tenía ni idea —respondo—. Me agrada mucho tu cuñada. Ahora la admiro. Imagino todo lo que vivió. Pero empezar desde abajo hace que la satisfacción con uno mismo sea mayor.

— Así es —coincide, desviando la mirada a la susodicha, quien se acerca con su sobrina en los brazos.

— ¡Amy! —la pequeña es realmente cariñosa. Se lanza a los brazos de todos—. Tía Liley me ha contado un secreto —comenta con picardía.

— ¿Ah, sí? —le sigo el juego.

Ella asiente en respuesta—. Me ha contado —continúa en un susurro—, que tío Dan y tú son novios. ¿Es cierto?

Dirijo la mirada hacia la hermana menor de Daniel. Ella solo se encoje de hombros en respuesta.

— Sí, cariño —respondo finalmente.

— ¡Viva! —Comienza a saltar nuevamente para ir en busca de su tío.

— ¡Estoy tan contenta! —exclama Riley—. ¡Al fin mi hermanito abrió los ojos! Me gustas mucho para Daniel, Amy.

— Nos ha quedado claro, Riley —se burla su cuñada.

Luego de escuchar la efusividad de Riley por mi relación con Daniel, continuamos una excelente tarde entre risas.

21 de mayo de 2018

Me mira fijamente mientras me hace el amor. Sus ojos nunca abandonan los míos. Mi boca se acerca a la suya. Nuestros labios callan los gemidos del otro.

— Eres mía, solo mía —sisea entre jadeos.

— Soy tuya y tú eres mío —apenas escucho mi propia voz.

— Te quiero, Amy —confiesa antes de besarme nuevamente.

— Te amo, Daniel —digo al sentir la explosión en mi interior.

— Amanda —escucho su ronca voz en mi oído. De manera inconsciente elevo la comisura de mis labios—. Amy —vuelve a nombrarme luego de besar justo en mi hombro desnudo—. Despierta, dormilona.

Lentamente, abro mis párpados y observo a mi alrededor un poco desorientada. Pasados unos minutos, soy consciente del lugar en el que me encuentro.

Seduciendo a mi JefeWhere stories live. Discover now