Capítulo catorce

34K 1.5K 96
                                    


9 de mayo de 2018

¿Fue mala mi enfermedad? Por supuesto que sí, fue una perra que me arrebató mucho más que unos mechones de cabello.

¿Tuvo algún beneficio? Infinidad de ellos: me atreví a realizar cosas que jamás hubiese imaginado; obtuve maravillosos amigos que nunca me di la oportunidad de conocer; conseguí al hombre que amo; devolví la armonía y la unidad a mi familia. Terminé descubriendo mi verdadera personalidad, mis sentimientos, mi verdadero ser. Los libros que leía eran maravillosos, pero la realidad es mucho mejor si sabes aprovecharla. Palabras como tiempo, mañana, futuro, nuevo o desconocido nos resultan aterradoras; sin embargo, debemos sentir mayor temor por el presente, el ahora, lo conocido o que creemos conocer… La incertidumbre es terrible, pero la ignorancia es aún peor.

Aprendí a disfrutar de cada día, cada hora, cada segundo. Aprendí que los pequeños detalles son importantes, y jamás debemos dejarlos pasar.

Aprendí a enfrentar mis miedos, mis inseguridades, a sonreír, a jugar, a amar. En resumen, aprendí a vivir.
Un día me pregunté qué significaba la vida. Hoy presiento que conozco la respuesta. La vida es… simplemente eso, vida. No existe una mejor definición que la palabra en sí. Es un trabalenguas y no creo que jamás lleguemos a comprenderlo en su totalidad. De eso precisamente se trata, en nuestra existencia todo lo que escapa de nuestras manos es complicado.

Aunque de algo estoy completamente segura: tenemos solo una vida, y la vivimos solo una vez. Aprende a vivir y haz que valga la pena. Ese es el mayor secreto para alcanzar la felicidad y la satisfacción plena. A mí me funcionó, espero que también funcione para ti.

Vive ahora, vive ya y vivirás para siempre.

Leo detenidamente el último capítulo; es la tercera vez que lo hago. Ha sido una historia completamente cautivadora. Esta escritora te atrapa y te deja con ansias hasta el último momento. Es realmente buena.
Repaso mis notas antes de llevárselas a la señora Tales. Espero poder ayudarla.

— ¿Amy? —rápidamente identifico la voz de mi jefe—. He escuchado que tienes una reunión con Emma. Pensé que todo estaba cuadrado con tu libro. ¿Ha habido algún problema?

— No —contesto—. Se trata de otro asunto —su gesto cambia de confusión a curiosidad—. Es que hay una escritora en una plataforma que sigo…, que me gusta muchísimo —comento un poco tímida—. La chica es muy buena y no tiene ni idea de ello.

— Conociendo tus gustos, debe ser de romance —intenta adivinar.

— Así es. Tiene una forma muy peculiar de escribir, de describir sentimientos —le paso mis notas mientras continúo explicando—. Escribe en español, espero que eso no sea un impedimento.

— Pues lo que estoy leyendo son muy buenas referencias —comenta—. Me gustaría estar en la reunión, podría echarte una mano.

— ¿De verdad? —dudo—. Pero si no la has leído.

— Amy —se sienta encima del escritorio, frente a mí—, eres muy buena no solo escribiendo, sino como empresaria. Tienes mucho futuro en el mundo editorial. Gracias a ti hemos descubierto maravillosos autores estos meses, y desde que trabajas conmigo, las ventas se han disparado. Somos el departamento con mayores ganancias, con diferencia. Confío plenamente en tu criterio. Además —agrega—, las notas que leo son muy buenas.

— Gracias, Eloy. Has depositado mucha confianza en mí.

— Vaya, ya me tuteas. Eso es un gran logro. Te informo que no me has decepcionado en nada, Amy. Infaliblemente, he acertado contratándote. ¿Nos vamos? Tenemos un hueco de media hora.

Seduciendo a mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora