𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝟓𝟏: 𝒂 𝒑𝒍𝒆𝒏𝒂 𝒗𝒊𝒔𝒕𝒂

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Era domingo y todavía no sabíamos cómo íbamos a proceder. ¿Debía hablar en público a pesar de que la mayoría de la gente no sabía qué cara tenía Olivia Archer? ¿Debíamos denunciar, aunque la denuncia nunca saldría adelante porque lo que estaba diciendo Roger Smitz era verdad? Pero parecía que esas decisiones no iban con Olivia, ella parecía estar aislada en un mundo donde nadie podía verla, tocarla o hablarle. Prefería fingir que no escuchaba a nadie antes que afrontar la nueva realidad que se le abría ante ella.

Llevaba el mismo pijama que ayer, las mismas ojeras que hacían decaer su cara y sumirla en la zozobra más profunda que alguien haya experimentado. No había tocado el móvil en todo el fin de semana, tampoco había abierto la boca para darme los buenos días, para saludar, para darme las gracias por el desayuno, para preguntarme qué haríamos hoy... No dijo absolutamente nada. Se sentó en la terraza a mirar la carretera delante del complejo de apartamentos. El desayuno seguía intacto en el plato y lo único que había cambiado era el cigarro en su mano.

—Olivia, tienes que comer.

Ella giró la cabeza con el ceño fruncido, la nariz arrugada y un gesto de enfado y rabia, empujando el plato de desayuno.

—No me trates como si fuese una niña pequeña.

—No te estoy tratando así —espeté, volviendo a ponerle el plato delante—. Vamos, cómete aunque sea la tostada con mermelada.

—Que no quiero, Noah. ¿Me escuchas cuando te hablo? —Bufó, levantándose de la mesa para entrar de nuevo en casa.

Seguí sus pasos y cerré el ventanal de la terraza detrás de nosotras, observando cómo Olivia se giraba de golpe hacia mí.

—¡Estoy cansada de que todo el puto mundo me diga qué debo o qué no debo hacer cuando lo único que quiero es estar tres meses en la cama y salir cuando todo haya pasado! —Exclamó con las venas de la frente y el cuello totalmente hinchadas.

—Pero no puedes, Olivia. Tienes que afrontar las cosas o te hundirás en la mierda, joder. Entiendo que...

—¿Qué entiendes? —Replicó, achicando los ojos para dedicarme una mirada desafiante—. ¿¡Qué coño va a entender nadie de mí!? —Añadió a gritos, negando—. Las únicas que podrían entender algo son las que estaban encerradas conmigo y a la que violaban todos los días y un tío que me violó durante dos años acaba de decirle a todo Dios que soy PUTA —gritó con el cuello estirado y el pecho subiendo y bajando—. ¿¡Cómo vas a entender lo que es eso!?

—¿Qué cómo voy a entender lo que es eso? —Solté una risa, pasándome la mano por el pelo—. Todas las putas mañanas me levanto y me quedo mirándote, pensando en todas las cosas que te han hecho y, las que no me has contado, me las invento imaginando lo peor. Yo no soy la víctima aquí, Olivia, pero no me jodas con esto.

—Sabía que no aguantarías que te contase todas esas cosas... —Ella sonrió de forma irónica y triste con la vista fija en el suelo.

—¡EH! —Grité, llamando su atención—. Ni se te ocurra volver a hacer eso. Ni se te ocurra volver a provocarme para que me enfade y me aleje de ti. —La señalé con el dedo y los ojos bien abiertos—. Me importa una mierda cómo de oscura sea la situación, mírame. —La agarré de la barbilla e hice que me mirase—. Te dije que podías contármelo todo, que yo me lo echo en la espalda y eso hago y ahora ni se te ocurra volver a provocarme para que me enfade contigo. —Olivia rompió a llorar, desviando la mirada hacia mi izquierda—. Sé que crees que me voy a ir porque no puedo soportarlo y prefieres echarme tú, pero las cosas no son así, Liv. Yo soporto tus mierdas y tú soportas las mías, así es.

—Las mías son demasiado profundas, Noah. —Negó, mordiéndose el labio inferior mientras las lágrimas caían de sus ojos.

—Me importa una mierda. Mírame. —Volví a agarrarla de las mejillas para que me mirase—. No serán tan profundas si me dejas ayudarte de una vez. ¿Confías en mí o no? —Ella asintió con un puchero, mirando al suelo—. Pues ahora te vas a poner algo de ropa, vamos a dar un paseo por la playa y a comer lo que te apetezca, ¿vale?

let me be her (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora