Capítulo 15

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—¿andabas revolcándote con alguno de tus juguetes de 23 años?—

—oh no no, el juguete de esta noche tenía 24 y era muy apuesto—

—eres una...—

—sssshhh cuida tu lengua Basilio y úsala para lo que mejor sabes hacer hablar y hablar ahora quítate de mi camino—

—escúchame bien...—

Basilio tomó a Margaret fuertemente por el brazo forcejeando con ella y se detuvieron al escuchar en carraspeo de bruno quien venía llegando

—¿que está pasando aquí?—

Ambos miraron a bruno dejando a un lado su discusión violenta mientras veían cómo las cejas de este estaban cruzadas

—hijo no es lo que piensas—

—no, de hecho no estoy pensando nada estoy esperando que me den una explicación al respecto—

—tu papá está algo ebrio no hagas caso—

—mmm al parecer veo que no solo él esta ebrio ¿no eres tú la que acabas de llegar madre? Te veo el bolso en la mano—

Su cuerpo se puso rígido y dejó de sonreír buscando en su cabeza la excusa Perfecta para escapar de las acusaciones de su hijo ya que frente a él ella se dejaba ver cómo una mujer perfecta sin errores.

—soy una mujer adulta y trabajo bastante como para tener que estar encerrada todo el tiempo en estas cuatro paredes, no se que mas quieren que hagan mi hijo me acusa y mi marido usa sus arrebatos de enojo contra mi debes empezar a dejar de tomar tanto es por tu bien—

—madre no te he acusado de nada...—

—no hace falta que me lo digas tu mirada lo deja todo claro, a veces siento...que me odias—

Lágrimas espesas se derramaron por sus mejilla bruno se sintió mal y fue hasta ella y la abrazó dándole un beso

—madre, no llores jamás lo vuelvas hacer eres demasiado hermosa para verte llorar, no quiero que me mal interpretes tampoco quiero que pelees con papá, aunque me lo oculten se que no tienen una buena relación y les agradezco que se hayan esforzado tanto para que no me de cuenta pero tienen un hijo bastante observador no creo que las cosas se me escapen tan fáciles, ahora ve a descansar madre supongo que si llegaste ahora estás algo cansada—

—me siento agradecida con Dios por ti hijo mío eres tan dulce no se que hice para merecerte—

Se despidió de su hijo este le dio un beso en la frente y miró a su padre y con voz aguda le habló

—y tú padre ven a la oficina tenemos que hablar—

—ya es tarde para tener que escuchar reclamos—

—¡ahora padre!—

Se dio la vuelta y caminó en dirección a la oficina sin dejar que su padre pueda contradecirlo.

—bruno hijo no es lo que...—

—toma asiento padre—

La actitud y el tono frío y cortante de bruno hacia su padre lo hacían sentirse miserable quien lo observaba algo inquieto

—padre no voy a permitir que maltrates a mi madre pensé que habías dejado de beber pero al parecer sigues en tu antiguo oficio—

—no he tomado una sola gota de alcohol bruno, no me faltes el respeto—

—no te estoy faltando el respeto me preocupo por ti y por tu bienestar no quiero que lastimes a mamá por uno de tus arranques—

—tú madre es quien me ha lastimado siempre, todo el tiempo ha sido así pero es perfecta para victimizarse delante de ti, yo soy basilio giordano y no tengo porque tener que escuchar a un mocoso a quien le di todo lo que necesitó para que hoy en día quiera venir a decirme que hacer o que no—

Millonario $in escrúpulos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora