Capítulo 33

99 13 1
                                    

—¿quien te dijo que podías venir a mi casa?— Margaret quien recibió aquella sorpresa para nada agradable le reclamó al muchacho del cual no sabía tan si quiera el nombre, él con toda su calma tomaba asiento disfrutando de la cara de enojo de ella
—relájate, es fácil...—
Camino en dirección a la botella que contenía whisky junto a la hielera y sirvió dos tragos
—¿crees que llegue a ti en aquel bar sin saber quién eras? E visto ese rostro miles y miles de veces y nunca creí que podía encontrarte en semejante lugar-
—no me importa si sabes quien soy o no, quiero que te largues de mi casa en este instante y que nunca más se te vuelva a ocurrir la semejante idea de venir hasta aquí nuevamente—
El apuesto joven volvió y tomó asiento mientras la desafiaba con la mirada
—como verás yo...—
Señaló su físico marcado por los ejercicios y algunos tatuajes que le hacían juego para completar su atractivo físico
—vivo de esto— se reclinó en la silla y cruzó sus piernas
—¿y que pretendes venir a chantajearme con que le dirás a mi marido que te revolcaste conmigo?—
El alzó sus cejas y su rostro cambió un poco más a serio quería causarle miedo a Margaret para que ella hiciera lo que él diga cómo estaba acostumbrado chantajear mujeres para quitarles dinero pero Margaret era astuta y sabia perfectamente el juego de aquel chico y uso con él la psicología inversa, aunque no era tonto quiso buscar otra manera de poder lograr su chantaje
—tengo fotos Margaret podría subirlas a la prensa te imaginas el título "la esposa del magnate Basilio Giordano le es infiel con alguien que puede ser su hijo" bastante vergonzoso ¿no?—
Una risa salió de ella y recostó sus codos en el escritorio mirándolo fijamente antes de hacer que esté por poco moje sus pantalones
—yo tengo dinero puedo mover todo un monopolio incluso deshacerme de tu cuerpo sin que nadie se de cuenta, sería algo tan fácil sales por esa puerta y al poner un solo pie en la carretera sufres un accidente y pum! No existes y todos creerán que tuviste un accidente como cualquier otro y nadie buscara culpables más que a ti mismo por conducir ebrio o quien sabe drogado otra víctima más de las drogas tan joven y que tristeza—
la voz de ella cambiaba a menudo que le decía aquellas palabras donde el tragó grueso pudo ver en los ojos de ella que no mentía, ella le susurraba cada una de sus palabras causándole estragos.

Ella dio la vuelta y apretó los hombros de él y dobló su espalda para mordisquear su oreja
—así que ten mucho cuidado a quien le usaras ese truco barato de extorsión—
Metió la mano entre los pantalones de él los cuales eran de tela fina y fácil de manipular cerró sus ojos ante aquel toque
—¿que? ¿Te ha crecido la salchicha? ¿Aún escuchando lo que te puedo hacer tienes una ereccion?—
Deslizó su mano por su pecho y pasó la lengua por su cuello sosteniendo aún su miembro dándole masajes de arriba hacia abajo. Para ella él era solo un mocoso engreído que vivía a costilla de las mujeres al que podía manipular fácilmente. Subió sobre sus piernas y apretó sus mejillas
—eres tan fácil honey que me da lastima ¿con cuantas has usado ese truco barato?—
Las manos de él se deslizaron por sus caderas y apretaron su trasero
—así me gusta si te portas así tal vez no siga pensando en las formas que podría decirle a alguno de mis hombres cómo acabar contigo—
Ella besó sus labios con dureza y él le correspondió levantando un poco su vestido pero el telefono sono interrumpiendo lo que estaba apunto de pasar en una silla (llamada entrante de un número desconocido) a su cabeza llegó la idea de que podía ser alguno de sus hombres con los que hacía negocios sucios ya que su número era privado
—buenas—
—¿hablo con la señora margaret giordano?—
—si con ella habla—
—su hijo bruno giordano a sufrido un aparatoso accidente y lo estaremos trasladando al hospital le estamos dando los primera auxilios pero está muy mal necesitamos un familiar urgente ya que presenta herida de bala en su brazo izquierdo—
El teléfono cayó al piso y tuvo que sostenerse de la mesa del escritorio el muchacho al verla de esa manera intentó ayudarla a sostenerse
—¿que sucede?—
Pero ella solo cerró los ojos y le pidió que se marchara que luego ella se pondría en contacto con él
—no me marcharé de aquí hasta que me digas que sucede—
—que te largues de una maldita vez ¿o quieres que llame para que te echen? ¿Lo quieres hacer por las buenas o por las malas?
El la observo unos segundos antes de salir decepcionado por la puerta y Margaret abrió su boca en llantos tocándose el corazón y cayendo de rodillas al piso todo su cuerpo temblaba su hijo su único bebé al que amaba tanto que se cegaba en los deseos que tenía de hacerlo el hombre más rico y poderoso que haya existido. Como pudo se levantó y tomó el teléfono
—prepárame un coche ha pasado algo terrible—
Salió de la oficina y camino hacia el cuarto de Basilio este veía las noticias cuando ella entró al voltear su cabeza hacia ella y verla en ese estado se sorprendió pero escuchó cómo hubo un reporte del noticiero de ultimo momento donde se presentaba el carro de bruno destrozado mientras lo levantaban rápido en una camilla con un tubo de oxígeno en su boca y nariz y cortadas en su cara, Margaret lloraba mientras los ojos de Basilio casi se salían de sus cuencas apretó sus cien y se levantó rápido de la cama sin poder hablar una sola palabra.

Salió del closet rápido y tomó a Margaret por un brazo no había tenido contacto con ella desde la ultima vez que esta fingió darle un beso delante de los sirvientes el día de su llegada del hospital, el mayordomo había visto la noticias y vio cómo sus jefes salían de la casa como alma que lleva el diablo se presigno encomendado al señor bruno a Dios y volvió a la cocina.

—¿que pasó viste a los patrones?—
—si van al hospital creo que es la primera vez que veo a Margaret llorar y tan decaída—
—¿en serio la víbora estaba llorando?—
—calla mujer y habla de espacio estos nuevos no hablan mucho y podrían acusarte y peder tú empleo como los demás—
—lo siento—
Uno de los nuevos empleados se acercó a el mayordomo sacándole un respingo
—¿que ha pasado con el hijo de los señores?—
—oh brunito nuestro gentil y amable bruno a sufrido un accidente es una pena terrible, los señores se han marchado urgentemente así que cualquier cosa pueden preguntarme—

Mientras Margaret y Basilio iban al hospital empezaron a recibir miles de llamadas de colegas y todos los de la clase alta, la madre de violeta y toda su familia llamaban desesperados queriendo saber del estado de salud de bruno, prensas y paparazzis querían saber del estado de bruno con la intención de saber que decir en sus reportes pero las fuerzas de ambos no eran suficientes, Margaret recostaba su cabeza del hombro de Basilio mientras lágrimas iban y venían mientras que Basilio solo miraba hacia la nada y en lo más profundo de él le suplicaba a Dios por su hijo.

Millonario $in escrúpulos.Where stories live. Discover now