Capítulo 47

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—buenos días caballeros aterrizaremos en menos de una hora así que pueden ir abrochándose los cinturones—
—¿eres muy coqueta no te han dicho?—
—solo hago mi trabajo señor—
La azafata al dar la vuelta siente como cachetean su trasero
—¿que es ese trasero tan grande?—
—uhh! JAJAJAJA—
Los demás se ríen y ella los mira con picardía y se marcha
—¿entonces dices que está tal Margaret sería buena para invertir en el negocio?—
—más de lo que usted se puede imaginar es muy vanidosa y con tal de mantenerse en la cima haría lo que fuera necesario—
—interesante ¿y saben algo de mi?—
—señor quien no va a saber de usted tiene fama en todas partes—
—lo suponía—
Da un jalón al puro y suelta el aire con delicadeza tiene sus piernas cruzadas y un traje que esconde sus tatuajes, acaricia un poco sus hombros
—necesito relajarme— se da un ultimo trago
Se levanta de su asiento la azafata vuelve hacia ellos pero este la toma por un brazo
—¿hey donde me llevas?—
—a un lugar especial—
Entra al baño con ella y cierra la puerta los hombres que jugaban a las cartas vestidos formales sin corbata se ríen entre ellos el socio de Margaret y su mano derecha solo mueve sus dedos pensando, los gritos de la azafata se escuchan fuera, estruja sus ojos y suspira.

***

—hoy no desayunaré aquí—
Basilio levanta la cabeza la mira unos segundos antes de responder
—¿solo viniste a eso?—
—no—
se acerca a él y toma una manzana del frutero baja su cabeza y suavemente le dice
—espero que te haya gustado ver a tu amante y amor imposible de fondo de pantalla, es una pena no? Pobre mujer arruino su vida por fijarse en ti—
La cuchara cayó en el plato cerró sus ojos mientras escuchaba cómo Margaret se regocijaba en su dolor. Da una mordida sexy a la manzana y luego lamé el rostro de Basilio
—mmm bueno cuídate— suspira
—¡maldita perra mal nacida!— golpea la mesa molesto
—jajajaja ya lo sé pero soy tu esposa— le muestra el anillo de bodas —y nunca, escucha bien nunca dejare de serlo—

Camina fuera de la casa lleva un vestido negro tacones y una chaqueta, lente negros pelo ondulado y algunos accesorios sin olvidar el bolso, le abren la puerta y dos seguridad se van con ella. Mientras va en el carro llega una llamada de un número privado le da la dirección de donde se van a encontrar, ella se retoca el perfume y sacude un poco sus ondas busca el contacto del papá de violeta sonríe saboreando que había llegado su momento para usarlo a su conveniencia.

****

—bruno sshhhh—
Isabella está sudando son las diez de la mañana y solo había dormido tres horas, bruno se mantenía insaciable no sabía cuantas botellas de agua se había tomado podían exprimir las sábanas.

Sus gemidos se escuchan por toda la casa eso pensaba ella mientras bruno la tiene de espalda embistiéndola y apretando sus caderas, acaricia su espalda y envuelve su mano en su cabello lo recoge un poco y su tortura llena de placer los envuelve a ambos, estaba a punto de tener ese orgasmo sus ojos lo delataban y todo su ser temblaba sentía el crujir de sus paredes en cada penetrada
—no quiero correrme aho-ra—
Dice faltándole la respiración Isabella solo gime tampoco quiere que el pare porque está apunto de estallar en placer. Sin saber cómo aprieta su miembro con sus paredes y este gime agudo aumenta la velocidad de sus embestidas y estalla en ese orgasmo deseado y unos segundo mas tarde lo hace ella.

Caen en la cama, agitados y llenos de felicidad, él cae sobre su espalda y ella queda adolorida pero satisfecha
—no puedo respirar pesas mucho—Sonríe se levanta un poco
—hace unos minutos no te importaba mi peso corporal—
besa su espalda con delicadeza mira hacia una mesa de noche hay un paquete de toallas húmedas lo toma saca algunas y le pide a ella que de la vuelta, ella lo obedece un poco tímida, voltea su cara y trata de tapar sus pechos
—¿que haces? ¿Porque quieres cubrirte? ¿No te gusta estar desnuda para mi?—
—no estoy acostumbrada a esto—
Acomoda sus brazos a cada lado de su cuerpo, ella cierra los ojos él le sonríe abre sus piernas y saca una toalla para limpiar todos los fluidos, el rubor sube a su cara al verlo tan concentrado ahí, intenta mover sus piernas para cerrarlas pero él no la deja, acuesta su cuerpo dejando su cabeza entre sus piernas
—¿que haces?—Le pregunta ella sorprendida
—es que, con tanta adrenalina no tuve tiempo de probarte quiero hacerlo—
—¿hacer que?— ella no entendía a lo que él se refería
—hacer esto...—
Baja su cabeza ella intenta detenerlo con sus manos hasta que sintió el rose de su lengua suave y caliente en su clitoris abrió su boca por la sensación tan placentera y sentía olas de placer que iban y venían a medida que su lengua iba lamiendo y chupando, retorcía su cuerpo y sus piernas no podían estar tranquilas así que él las sostuvo haciéndole presión para que no se muevan tanto
—¡bruno ayyyy!— gemido
Le encantaba lo que le estaba provocando lo hacía sentir vivo, pasaba su lengua repetidas veces probando sus fluidos e introdujo dos dedos en su vagina la oleada de placer aumentó haciendo que él sienta como otra vez ella apretaba con sus paredes sus dedos mientras el los removía dentro de ella, gritó tan fuerte cuando tuvo ese orgasmo que todo su cuerpo quedó tendido sobre la cama le dio varios besos en su intimidad y la volvió a limpiar intento abrir sus ojos pero el cansancio y el sueño la vencieron el sonrió había hecho un buen trabajo se acomodó a su lado el aire acondicionado había dejando de funcionar o era lo que ellos pensaban, la calentura de ambos cuerpos quemaba, bruno no sabía que había hecho tan perfecto que Dios lo había premiado con Isabella..

Millonario $in escrúpulos.Where stories live. Discover now