Capítulo 50

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—¿que hiciste queeee?— Isabella camina de un lado a otro atormentada bruno le habia dicho que habia comprado un apartamento
—mírale el lado bueno estarás más cómoda—
—bruno bruno, mírame no puedes solo comprar un apartamento sin mi consentimiento como, como voy a dejar mi casa yo... no puedo hacer algo así—
Bruno la toma por las manos y la acaricia mientras le sonríe suavemente
—se que no estás acostumbrada a nada de esto pero todo será un proceso aprenderás a vivir en el y estarás más cómoda es hora de que salgas de tu zona de confort—
Isabella se recarga en los brazos de él hace un puchero enojada pero a la misma vez feliz aún no entiende cómo es que bruno toma decisiones a la ligera como si nada, comprar un apartamento era cosa de locos ni juntando todos los días de lo que se ganaba en la cafetería podría comprar uno en años creía que era una broma cuando se lo había dicho ahora a empezar una nueva vida mas cómoda y lujosa aunque sonara perfecto para otra mujer a ella la aterraba la idea.

Ambos se terminan de arreglar ella se coloca una falda larga y una camiseta que cubre sus brazos se amarra el cabello con una liga bruno al verla suelta su cabello
—no necesitas esto tienes un cabello hermoso y me gusta cuando lo dejas suelto—
Le da un pico en la frente y aprieta sus cachetes ella cierra sus ojos por inercia, se sentía tan bien ser mimada por alguien nunca había sentido esta sensación que siente al estar con bruno, se siente protegida, cuidada incluso hasta querida. El la mira

La toma de la mano y la lleva al coche abre la puerta y ella sube tranquilamente él hace lo mismo antes de poner el carro en marcha le habla
—nuestra primera parada será llevarte a conocer tu nueva casa, luego iremos a un salón de belleza, a una tienda de ropa y a una tienda de electrodomésticos—
—¿por qué iremos a un salón de belleza?—
—porque eres hermosa pero quiero que te veas más hermosa porque hoy te llevare a cenar— le lanza un beso al aire ella coloca un mechón de cabello detrás de su oreja con timidez, aún no se acostumbraba a la idea de que bruno era parte de su vida, se coló aunque ella no quería
—¿donde iremos a cenar?—
—a un lugar muy muy bonito al aire libre donde las estrellas brillan aun mas, el sonido del lugar es relajante el aire es puro y hay mucha arena blanca—sus ojos se agrandaron sin duda era la playa
—¿vamos a ir a la playa bruno?— pregunto emocionada sacando de él una sonrisa mas amplia
—si, ¿por que te emociona tanto nunca has ido a la playa?—
—no— respondió con tristeza
—me complace saber que soy el primero en muchas cosas en tu vida isabella ojala ser el ultimo—

las ultimas palabras las dijo en un tono mas bajo pero ella igual lo escucho

—hablas como si sintieras amor por mi— soltó una risa irónica sin mirarlo

El la miro fijamente unos minutos tomo su mentón y la beso con suavidad, la llevo a sus piernas mientras la besaba con deseo y acariciaba su espalda

—calmahghgh— él no la dejaba hablar cuando se concentraba en sus labios no podía parar era como una droga sumamente adictiva los labios de ella son tan suaves y carnosos era inevitable que su deseo no aumente a medida que la besaba.

Sus dedos se deslizaba entre sus bragas haciendo que ella abra la boca dándole él espacio suficiente para que su lengua se meta en su cavidad y empiece el juego

—bruno no— trataba de alejar su mano y detenerlo pero él no escuchaba era como si su voz significaban gemidos para él y aunque quería que parara al sentir como sus dedos jugaban con su punto de placer le era tan difícil volver a negarse. Su falda había subido hasta su cintura y sus piernas estaban abiertas bruno masajeaba haciendo movimientos circulares, sus tetas estaban fuera de su blusa los dedos de el entraban y salían la humedad y los fluidos eran por montones isabella no sabia como permitió llegar a ese punto, bruno estaba empapado de sudor el carro llevaba tiempo encendido y climatizador no era suficiente.

Millonario $in escrúpulos.Where stories live. Discover now