Capítulo 62

39 4 0
                                    

—Gladis, quiero que te comuniques con cada uno de los orfanatos de aquí de escocía y preguntes por Isabella Gutiérrez—
Colgó el teléfono mientras seguía en marcha hacia la casa de isabella pero antes hizo una parada en una tienda de aparatos eléctricos
—buenos días—
Las miradas sobre él y las sonrisas de las damas las sintió en su espalda
—¿señor en que lo podemos ayudar?—
Pregunto el chico de servicio al cliente llamando l atención de él quien observaba una vitrina con varios aparatos electrónicos como; laptop, tablet, reloj, celulares etcétera y señaló un teléfono celular
—oh si señor ese cuesta mil...—
—no me interesa el precio solo haz lo que tengas que hacer tomare asiento mientras terminas— le paso la tarjeta, el muchacho se dejó ver algo nervioso bruno era tan tosco que causaba temor cuando hablaba.

Tomó asiento miró su reloj y sacó su teléfono marco el número de la casa de Isabella
—buenas— no hablo, mientras que ella volvía y hablaba y hablaba pero no le decía nada, disfrutaba de oírla se escuchaba tan tranquila ella colgó y él sonrió suavemente. Mientras esperaba recibía algunas llamadas importantes Gladis le mandó su agenda algunas de sus empresas seguían con descuadres en las ganancias trataba por cualquier medio de evitar tener que ir a Estados Unidos dejar a Isabella sola no era buena idea para él, media hora después el chico volvió con una bolsa
—señor bruno—
Bruno se levantó de su asiento y caminó hasta el mostrador
—todo está listo—
—por favor dime el numero—
—76857930547–
—okey muchas gracias—
El anotó el número en su teléfono y camino hacia su carro cuando entró se acomodó y encendió el celular para configurar algunas cosas, sin que ella se diera cuenta el celular sería monitoreado por él, cada cosa que ella vea o escriba a cada lugar que se mueva el lo sabría, hasta lo más mínimo
—y listo—
Lo volvió a apagar y lo guardo en su caja y se puso en marcha tendría que hacer otras paradas más así que quería ganar algo de tiempo.

Al llegar y salir del vehículo subió al ascensor llevaba el regalo de Isabella, unas flores y la cena para ambos junto a una botella de vino sus manos iban ocupadas así que tocó el timbre pero nadie le abrió volvió a tocarlo y nadie le abrió así que tocó la puerta con la punta de su zapato pero nadie respondió se asustó pensó que algo malo había pasado colocó las flores y el regalo de ella en el piso y abrió la puerta entrando rápidamente y dejando todo en la cocina caminó hasta la habitación pero no estaba en todo el lugar, subió a la piscina y busco por todas partes
—¿para donde se habrá ido? ¿será que se sintió muy presionada?—
aflojo su corbata sentado en el comedor, no tenía idea de donde podría estar, pasó la mano por su cabello despeinándose, habían pasado veinte minutos hasta que recordó la cafetería
—¡maldición posiblemente esté ahí!—
Se levantó rápido para manejar hasta allá pero cuando agarro la manija de la puerta justamente Isabella iba abrir, bruno sintió un alivio en su pecho pero en conjunto la rabia se apoderó de él.

La mirada que reflejó ante los ojos de ella no fue nada amistosa y la tomó por un brazo con desesperación como si ella se iba a volver a escapar.
Mientras caminaba hasta la habitación con ella, esta le iba explicando pero él guardaba silencio

—se que estás molesto pensé llegar antes de que llegues pero al parecer llegaste antes yo...—

La llevó hasta la cama y la deposito ahí no fue brusco y tampoco lastimó su brazo con tristeza en la mirada le reprochó

—¿tienes idea del susto que me diste Isabella Gutiérrez? Te dejé mi número de teléfono sobre la encimera podías llamarme, podías avisarme o podías pedirme que te llevara antes de ir a casa de mi madre y ocuparme con algunas cosas más ¿sabes lo terrible que fue llegar y tocar y buscarte y que no aparezcas? creo que no me merezco que sigas actuando conmigo como si fuera un maldito desconocido como si decirme las cosas que harás o que quieres esta fuera de lugar somos una...—
El estaba a su altura mientras que ella se mantenía sentada en la cama con sus brazos sobre sus piernas y cabizbaja, él se levantó y se dio la vuelta no podía decir que tenían una relación tampoco se lo había pedido sólo tuvieron sexo y terminaron viviendo juntos unos
—no tengo por qué darte explicaciones, tú no me das explicaciones de todo lo qué haces en el día, solo se que sales a trabajar, yo soy una persona libre no me interesa tener que volver a vivir como esclava—

Millonario $in escrúpulos.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon