Capítulo 45

84 11 3
                                    

Vuelvo a casa con mi padre me embriaga la emoción de saber que podré ir con Isabella, al llegar me bajo con rapidez antes de que nos abran la puerta
—bruno hijo, no vayas solo por favor recuerda lo que te pasó hace unos días además de eso no quiero escuchar la histeria de tu madre—
—hey viejo deja de preocuparte por mi estaré bien y no hagas caso a mamá de todos modos no duermen en la misma cama—
Niega exasperado pero no dice nada más, camino hacia el garaje colocó mi huella en la puerta para abrirla tomo unas llaves y salgo con prisa.

Es tarde así que acelero, necesito llegar pronto pero recuerdo que es un poco tarde tal vez ceno o tal vez no, me detengo en un supermercado algo pequeño y humilde siento las miradas de todos sobre mi y el secreteo entre personas, me había quitado el saco para verme mas informal pero aún así, compro cosas para preparar pasta y un vino no es de los que me gusta mucho pero pasa, saco mi tarjeta pago todo, la cajera me sonríe coquetamente y detrás de la factura me deja su número y su nombre "Jennifer llámame"
Me hago el desentendido, negando tomo las bolsas plásticas y me pongo en marcha al salir unos niños me piden dinero acaricio mis bolsillos pero no traigo dinero en efectivo miro al seguridad de la puerta
—hey ¿tienes 20 euros?—
—el grandísimo bruno giordano dueño de medio Edimburgo pidiendo 20 euros jajaja es algo que no creí ver ni escuchar en mi vida— sonríe
—¿no puedo estar sin dinero un día?—
Doblo un poco la cabeza y levantó un poco los brazos
—todos podemos estar sin dinero un día—
Nos sonreímos mutuamente me pasa cincuenta euros y se los doy a los niños voy a mi coche monto las compras y vuelvo a salir
—dame tú número de cuenta—
Se pone algo nervioso y niega rotundamente que le devuelva el dinero
—¿tienes hijos?— le pregunto
—tengo 4 hijos señor— responde él
—si tienes hijos no rechaces jamás el dinero no por ti si no por ellos—
Me da su numero de cuenta y su teléfono vibra, al revisar sus ojos se agradan pero ya no estaba ahí para que me agradezca camine a mi coche y al llegar a la puerta me grita
—señor señor muchas gracias Dios lo bendiga—
Puedo ver sus ojos llenos de alegría desde aquí muevo la cabeza y le doy una sonrisa.

Voy en marcha pero antes me detengo en la cafetería está cerrada así que conduzco hasta su casa las luces están apagadas me parece extraño se que no duerme tan temprano me bajo del coche dejo las compras y toco la puerta espero unos minutos nadie me abre la vuelvo a tocar me estoy empezando a sentir ansioso y nervioso a la vez, la vecina de al lado prende la luz camino hacia allá
—buenas noches, señora ¿ha visto usted a la mujer que vive aquí hoy?—
—la suelo ver todos los días pero no la he visto ni saliendo ni llegando joven, la última vez que vi a alguien saliendo de ahí fue a una mujer con dos hombres en trajes negros la señora era muy sofisticada pero no pude verle bien la cara y los hombres parecen que eran sus guardaespaldas—

Agradecí a la señora pero mi sangre estaba experimentado cambios en este momento podría jurar que la persona que estuvo aquí fue mi madre no se que le habrá dicho a Isabella pero sea lo que sea es el motivo del cual ella o no esté en casa o simplemente no quiera abrirme.

Toco como un loco la puerta las personas que pasan me miran raro pero no me importa, la llamo me acerco a las ventanas y la sigo llamando pero escucho la puerta abrirse voy rápidamente no logro ver nada pero Isabella me abraza toco su cabeza y la escucho llorar en silencio su cuerpo esta temblando trato de caminar al interruptor enciendo la luz ella no quiere que vea su cara.

Voy hasta el mueble hago presión y tomó su cara entre mis manos tiene los ojos hincados y muy rojos demasiado diaria yo los cierra y quiere recostarse otra vez sobre mi pecho
—¿Isabella quien te puso en este estado?—
Le pregunto suavemente haciéndome el desentendido pero ella empieza a llorar más fuerte, la acarició y siento un desgarre en mi alma quien sabe cuánto tiempo tiene en este estado y yo sin poder venir a socorrerla pasan los minutos se duerme sobre mi la acuesto y coloco una manta sobre ella voy al carro y busco las compras, no se como empezar a cocinar pero lo hago busco una olla y pongo la pasta a hervir preparo una salsa blanca, y hago albóndigas. Miro la botella de vino creo que lo dejaría para otro. Luego de acabar voy hasta ella
—hola preciosa he preparado algo de comer quedó muy rico así que te va a gustar—
Se despierta sin querer la ayudo a incorporarse suspira y camina no puede abrir bien los ojos los tiene muy pequeñitos me siento a su lado quiero tratar de comer pero la comida se me vuelve un nudo al verla en ese estado esta sobre la mesa parece un muerto viviente me levanto y tomó su plato envuelvo la pasta en el cubierto y la ayudo a comer.

En cada bocado toma un poco más de ánimo al parecer no había comido, me pide agua y le doy un vaso se lo toma todo y me pide más, termino por darle la cena acarició su pierna y recuesta su cabeza sobre mi hombro
—tienes que ducharte— le digo suavemente
—¿huelo mal verdad?— sonrio no olía a nada le doy un beso en la cabeza y la ayudo a llegar al baño esta vez no hay problemas con que la vea desnuda quito toda su ropa y la ayudo a ducharse, la envuelvo en una toalla y salimos en busca de algo cómodo no tiene mucho que ponerse suspiro y la llevo al mueble tomó un cepillo y mientras está sobre mi peino su cabello es largo y abundante.
Pasado un tiempo estando ambos en silencio se empieza a sentir mejor me pide que coma mi cena le hago caso pero no me despego de su lado.
Luego de acabar tomó sus manos un poco cabizbajo
—Isabella perdóname por llegar tan tarde tuve que ir a trabajar con mi padre estamos construyendo un hotel no se si has leído de ese proyecto en el periódico además estaba viendo un apartamento donde quiero que vivas y...—
Sus ojos empiezan a llorar otra vez y tiembla un poco
—tienes que alejarte de mi bruno—
Cierro los ojos por inercia y esas palabras me caen como un balde de agua helada chasqueo la lengua estaba esperando que ella me diga que mi madre vino y por eso está en esta condición
Me acomodo mirando hacia el techo y aprieto mis puños
—¿mi mamá te pidió eso verdad? Te dijo que te alejarás de mi—
Volteo hacia ella se tapa la boca y cierra los ojos pero no puedo verla en ese estado ella no se merece nada de esto no quiero que llore por mi culpa. La tomo por el brazo y la subo sobre mi
—dime Isabella ¿quieres eso que te deje en paz? Vas hacerle caso a mi mamá y te vas alejar de mi no vas a pelear por lo que sentimos—
Aunque trato de convencerla sigue negada no quería bombardearla con preguntas sobre mi madre porque la iba a enfrentar el simple hecho de venir aquí a su casa es un motivo para tener que dejarle puntos claros a mi madre.

—¿Quiero que me digas que te dijo mi madre Isabella? y nada de mentir—
—no te he dicho que tú madre estaba aquí ¿quien te dijo eso?—
—basta de mentiras ya se que estuvo aquí me lo acaban de informar no quieras ocultarme este tipo de cosas créeme que se muy bien lo cruel que pueden ser las palabras de ella además mírate estas desbastada y no me digas que es porque tuviste un mal día porque no es así—
—ell-ella me ofreció un millón de euros para que te deje en paz y me vaya de aquí y nunca más sepas de mi y me dijo que si te decía algo me iba arrepentir—
La abracé diciéndole que se calmara y limpie sus lágrimas, mi madre se las verías conmigo eso si era seguro.

Millonario $in escrúpulos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora